Las páginas las pasaba con rapidez, sintiéndose frustrado ante la nula información de algún trabajo disponible que pudiese tomar, siendo aún un menor de edad.

– ¡Hey, Kuroko! – Saludó alguien unos pasos lejos de él, mientras se acercaba.

– Buenas tardes, Himuro~san – Respondió amigable antes de volver a observar el periódico.

– ¿Qué haces? Me enteré que te retiraste de clases – Con cierta lastima observó al menor, sabiendo de ante mano los problemas por los que estaba pasando, llevar la enfermedad de su madre no ha sido tarea fácil, menos con su escaso estado de financiamiento.

– Sí, he tenido que tomar esa salida, los problemas se han ido incrementado y los gastos de mis estudios son un derroche innecesario en estos momentos, no le puedo hacer llevar más carga a mi padre, suficiente tiene con pagar el hospital y los tratamientos de mi mamá – Contestó sin emoción, tal como siempre ha sido, solo que sus ojos demuestran cuanto le duele aquello – Además, ahora debo encontrar trabajo, pero no he visto ninguno que me sirva – Dándole otra ojeada al periódico, notó un anuncio, llamando por completo su atención – Secretario... – Murmuró.

Se necesita chico con o sin experiencia para cargo de secretario en la compañía "Master Tokio".

Cualquier consulta llamar; xxx-xxx-xxx.

Una sonrisa grande cruzó el rostro del peli-celeste, sintiéndose pleno ante aquella oportunidad.

– ¿Qué sucede? – Echándole una ojeada al papel que tenía su amigo entre sus manos, trató de indagar, no consiguiendo una respuesta clara.

– Creo que he conseguido la oportunidad de trabajar – Anunció feliz mientras con rapidez guardaba el periódico dentro de su bolso.

– Pero...– Antes siquiera de poder terminar su oración, observo al menor irse con prisa, sin despedirse – Que te vaya bien... – Susurró.

La admiración en sus ojos era notoria para cualquiera que se detuviera a observarlo, ninguno estaría seguro de la razón de aquello, solo aquel niño, que sin despegar su mirada del imponente edificio, caminó hacia sus puertas, sintiéndose ligeramente nervioso al saber su nula experiencia en el ámbito laboral, más, con su corta edad.

Al ya haber ingresado notó el ambiente formal que se vivía, cada quien que andaba ocupaba traje o algún vestido elegante, nada parecido a su vestimenta.

Pronto su sonrisa desapareció y sintiéndose tímido se acercó a recepción, notando a una mujer, ya pasada de edad, teclear en el computador sin tomarlo en cuenta.

– D-Disculpe – Llamó en un tartamudeo, sintiendo a los segundos los curiosos ojos sobre él.

– ¿Si? ¿Qué se te ofrece? – Preguntó amable, queriendo no intimidar al chico.

– Vengo por el puesto de trabajo... ¿Sabe con quién debo hablar? – Ella asintió.

– ¿No eres muy joven? –

– S-Sí – Susurró, ganándose una sonrisa maternal por parte de la mayor.

– Solo porque me has caído bien, te diré – Dijo, ganándose por fin una sonrisa del peli-celeste – ¿Ves el ascensor de allá? – Él asintió – Bien, tómalo y marca el piso 17, allá solo se encuentra una puerta, que pertenece a la oficina del señor Akashi Masao, claramente debes tocar y cuando él te atienda le dices el motivo ¿Quedó claro?

– Sí, muchas gracias – Dando una inclinación, agradeció, antes de partir su rumbo.

Dentro del ascensor marcó el número correspondiente, llegando a los segundos a su destino, viendo una gran puerta rojiza frente a sus ojos, a la cual le dio tres toques, anunciando su llegada y esperando pacientemente a ser atendido.

– Pase – Avisó alguien del otro lado, con un autoritario tono de voz.

– Permiso – Nuevamente hizo una reverencia, saludando con educación al hombre frente suyo y cerrando la puerta tras su espalda.

Al levantar la vista se topó con dos grandes pozos rojizos, mandándole un escalofrío al notar lo intimidantes que eran. La frialdad que se mostraba, contrastaba con el aspecto del hombre, cabello perfectamente peinado hacia atrás, traje negro impecable y alguna que otra arruga sobre su rostro. Las manos entrelazadas sobre el escritorio y la interrogativa de su mirada le hicieron encoger.

– Supongo que has venido por el puesto de trabajo – Asintió – Entonces comencemos, dime tu nombre.

– Kuroko Tetsuya, señor – Respondió, lo suficientemente audible para el contrario y ganándose una sonrisa por parte del mayor.

– Lindo nombre, pequeño –

–editado–

Para los los lectores nuevos; El fic contiene 25 capítulos + prólogo + epílogo + especial.

Por las complicaciones de edición, ya que igual lleva tiempo, estaré publicando cada día un nuevo capítulo, la idea es acortar el máximo tiempo posible fuera de publicación.

Bien, eso seria, espero haya sido de su agrado, cualquier error, me avisan por favor.

Los quiero; Brithish.

You're Mine; KnBWhere stories live. Discover now