Capítulo 46 || FINAL ||

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- La manada está en su mejor momento, no puedo creer que las deudas hayan terminado al fin - Expresa Adrián con alivio.

- Gracias a Leah, ella fue la que supo distribuir y guiar todo - Oliver me besa el cuello y yo sonreí orgullosa.

- Definitivamente... nos alegra tenerte de regreso, y más como nuestra Luna - Comenta Matías.

- Es verdad, apoyo eso - Aporta Iván.

- Gracias chicos, a mi también me alegra serles de ayuda - Sonreí ampliamente.

- Pero bueno... es hora de irnos... - Menciona Matías.

- Sí, acordamos cenar con la familia esta noche - Dice Iván.

- Oh, está bien. Fue lindo verlos -

Ellos sonríen y se despiden antes de irse; Adrían es el siguiente, mencionando que tenía que pasar tiempo con Renata. Finalmente terminamos por quedarnos solos.

- Hm... solo queda una rebanada - Miré la pizza en la mesa.

- Sí... -

Ambos nos miramos un segundo pero entonces nos movemos rápidamente. Oliver agarra el trozo pero yo golpeé con dos dedos un punto débil en su muñeca y soltó la rebanada, al instante la agarré.

- ¡Oye! -

- La sueltas, me la quedo -

Salí corriendo mientras comía el trozo, Oliver me sigue pisándome los talones. Llego hasta su habitación donde pienso en tirarme del balcón pero él me sujeta por la cintura antes y me deja en su hombro.

- ¡Estuve cerca! -

- No escaparás -

Me suelta en la cama posicionándose sobre mi, pero yo sonreí y mostré mis manos que solo tenían migas.

- ¿Ya te lo comiste? ¡Yo lo agarré primero! - Se queja.

- Pues yo lo conseguí después, aunque ni siquiera pude disfrutarlo. Hm -

- Eres mala -

- Que novedad -

Comencé a reír levemente, no obstante, él ya no lo hacía. Lo miré dejando de reír de a poco y terminando siendo una risa nerviosa por su mirada, caí en la cuenta de como estábamos y entonces me sonrojé y aparté la mirada.

Solo que en un segundo me toma de la barbilla y estampa sus labios sobre los míos, el contacto era tan exquisito y profundo que no quería separarme. Su mano baja por mi cuello apenas tocándome, pero entonces mete su mano bajo mi camisa y yo me asusté, pensando que esto llegaría a más que antes. Me separé, pero al instante me arrepentí.

- Hm... lo sabía, aún no estás lista... - Se separa y aún así me sonríe, yo agarré su camisa pero él se me adelanta para hablar - No te preocupes, no me molesta ni me desespera -

¡¿Qué diablos?! Dice exactamente lo que me estaba preguntando.

- Pero... -

- Leah, no porque sientas presión significa que tienes que hacer las cosas. Tómate tu tiempo, ¿De acuerdo? - Besa mi frente con ternura - Te esperaré... el tiempo que sea necesario, no me iré -

Me quedé muda por el asombro, Oliver era realmente el chico perfecto, al menos lo era para mi... Se levanta de la cama con intenciones de caminar hacia la puerta pero yo no pensé antes de hablar.

- No -

- ¿Huh? -

- Oliver... estoy lista, tal vez creas que lo digo por presión pero es en verdad... Estoy segura de que estoy lista -

Él me inspecciona y escanea cuidadosamente, seguramente en busca de algún indicio de mentira o similar.

- Leah, piénsalo bien ¿Si... ? -

Lo interrumpí al quitarme la camisa frente a él y quedando en sostén. Me mira sorprendido, pero sus ojos no tardan en oscurecerse.

- Ya lo pensé. Sí, quiero... -

Se me acerca nuevamente y me toma por la cintura para acercarme de golpe y pegarme a su pecho, me sujeté de sus hombros con ambos brazos.

- Aún tienes tiempo... -

Sonreí y negué con la cabeza antes de besarlo con intensidad y pasión. Él me corresponde al instante y sin querer despegarse de mi; mis manos fueron hasta su camisa y la levanté pero es él quien se la quita.

Me hace recostarme de nuevo, agarra mis piernas y se coloca en medio de estas... podía sentir mi intimidad ansiosa y necesitada. Pero también pude sentir como algo comenzaba a frotarse por allí, algo duro, grande y recto...

Tragué grueso pero él me calmó con un beso en la frente y otro en la mejilla. Yo lo miré a los ojos un momento y luego ladeé mi cabeza para destapar mi cuello y dando la clara indicación de que quería que me marcase...

Él acaricia el hueco de mi cuello, casi sin tocarme, y acerca su boca sacando sus colmillos. Besa mi piel, me abraza y entierra sus colmillos de una manera que... sorpresivamente, no dolió tanto como me lo habían dicho.

- Mhm... - Murmuré cerrando los ojos y sujetando sus hombros.

Me suelta y fue mi turno de marcarlo a él, acaricie el cabello de su nuca e hice que ladease la cabeza. Mordí su cuello y él suelta un gruñido de satisfacción que me hizo erizar.

Nuestros cuerpos se calentaban a cada beso, a cada mordida, a cada roce. La ropa comenzó a molestar y pronto terminó en algún punto de la habitación al cual no le di atención; los besos apasionados y llenos de lujuria recorrían nuestros cuerpos completamente pero no solo me besaba, sus manos encajaban perfectas en mi.

Eran lo suficientemente grandes y buenas para brindarme el placer que me hacía perder la cabeza. Tocaba zonas de mi cuerpo que, si bien lo había hecho antes, ahora lo sentía mejor y no quería que se detuviera con solo sus dedos.

- Oliver... Por favor... - Supliqué entre lloriqueos y jadeos.

Su sonrisa no pasó desapercibida para mí; no dijo nada, simplemente me abrazó y se hundió en mi interior con delicadeza. No me dolía, solo molestaba por la invasión a mi cuerpo, pero nada más.

Los gemidos aumentaron, llenando por completo el lugar y seguramente el resto de la casa, no podía controlarme... estaba tocando el cielo y el infierno al mismo tiempo. Quería más de él, quería tanto que hasta me reprochaba el no haber hecho esto antes.

Claramente con Oliver, solo con él soy capaz de sentir esto. Solo él conseguiría hacerme venir tantas veces en una sola noche, hasta que quede con las piernas temblando como lo estaba ahora.

SIEMPRE JUNTOSWhere stories live. Discover now