—Todos se están alistando, no te tardes— Dijo la mujer, y tras recoger su bolso, salió de la habitación dejando a la chica sola con sus ideas y con sus hermanas parloteando.

—Podrías sonreír aunque sea— Comentó la hermana que le seguía tomando el ramo de flores con el cual saldría junto a las demás.

—No tengo que, no saben por el calvario por el cual estoy pasando...

—Ay, claro— La ironía en la voz de la siguiente hermana llamó la atención de la mayor de todas —Estás a punto de comprometerte con el hombre más guapo y rico de toda Francia, cualquiera odiaría esa vida...

—Aunque no parezca, el pobre hombre desearía casarse con una mujer más sumisa y no conmigo...

—Eloise, el señor Hardy no tiene nada de pobre— Masculló la menor de las cuatro levantándose de golpe —Gana 50.000 libras al año, es dueño de la mitad de París, de Lyon, y una cuarta parte de Nantes, ¿Y dices que es pobre?

—Ustedes no saben identificar la verdadera riqueza...— Las muchachas iban a seguir quejándose, pero la puerta fue abierta por una de las monjas diciendo que todo estaba listo para que las damas de honor salieran a presentarse en la sociedad, estas mismas lo hicieron en orden muy emocionadas, dejando a la novia sola.

Esta suspiró bajando la mirada con pesar, se miraba sus manos enguantadas por la delicada tela, y luego miró su ramo de flores, con diferentes especies y colores, era realmente hermoso, pero ni todo eso hacía que una sonrisa apareciera en el rostro de la de ojos grises, en cambio, lágrimas empezaban a aparecer y resbalar por sus mejillas.

—Una mujer no debería estar llorando en el día más feliz de su vida...— Esas palabras hicieron que la chica se sobresaltara y se girara sobre sus tacones blancos, justo ahí parado en todo el umbral de la puerta, un hombre de postura elegante se erguía con orgullo.

—No es el día más feliz de mi vida si no voy a casarme con el hombre al que amo...— Suspiró nuevamente.

—Sabes que no puedo darte una vida de ensueños amada mía...

—Claro que puedes...

—Condenarte a una vida de sufrimiento eterno, sed de sangre y violencia a mi lado no es lo que quiero para ti...

—¡No lo será si siempre estamos juntos! ¡Yo te amo a ti!— Se apresuró a decir acercándose al hombre y posando sus manos en su pecho —El único sufrimiento al que me estarías condenando sería el dejar que me case con un hombre tan orgulloso, egoísta y controlador como lo es el Señor Hardy, tengo apenas 16 años...

Una lágrima cristalina resbaló por la mejilla de la chica, la cual el hombre limpió con su guante rápidamente y se acercó al rostro de esta, sus labios se unieron en un delicado beso, en el cual, la castaña pudo sentir los afilados colmillos del hombre rosar sus labios y su sed de clavar sus colmillos en su suave y pálida piel aumentar.

—Eloise, es hora— La novia soltó un respingo y se volteó a ver horrorizada a su madre, quien entró de golpe y sin previo aviso —¿Todo va bien?— esta se volteó a ver al vampiro, pero se sorprendió al ver que este ya no estaba ahí.

—Aparte de que estoy a punto de contraer matrimonio con un sujeto al que apenas conozco y dictar mi vida en una mansión llena de lujos vacíos y sin sentido... Todo está perfectamente bien.

El velo de la chica cubría su rostro dejándolo invisible para todos los presentes, así no podían ver la tristeza en su mirada, ignorando las palabras del padre en frente de ellos e ignorando la mirada fría de su futuro esposo a su lado e ignorando todas las miradas de los presentes a sus espaldas.

¿Qué pasaría si en Moonlight lovers...Où les histoires vivent. Découvrez maintenant