¿Qué pasaría si en Moonlight lovers...

#27

La luna apenas se estaba asomando en el cielo, una chica de cabello castaño se despedía con la mano efusivamente de un auto que tenía arriba un cartel que decía "Gloria's Shop".

Con un suspiro cerró la puerta y se volteó para ver el vestíbulo de la mansión en todo su esplendor —Ahora veamos...— Dijo sacando de su bolsillo una libreta y un bolígrafo —Toallas, traje de baño, sombrilla, sandalias, radio, ¿Kiki?— Preguntó viendo a su perro subiendo a una caja, tenía unos lentes de sol en miniatura y un sombrero playero, se veía muy feliz moviendo la cola de un lado a otro.

—Puede que te lleve si te portas bien— Comentó con una sonrisa —Pelota, lámpara ¿Comida?— Se preguntó Eloise mirando una canasta para un picnic, pero simplemente tachó la palabra "Comida" de su libreta —No hará falta... Tal vez un poco...

—¿Y de donde salió todo esto?— Preguntó Vladimir bajando las escaleras, justo en el vestíbulo estaba Eloise con unas cuantas cajas y desempacando el contenido de estas.

—Oh, es mío, hoy me llegaron algunas cosas que pedí hace como una semana...— Sonrió siguiendo con sus cosas, pero en eso escucharon unos pasos bajando las escaleras, ambos se voltearon y se encontraron con un Ethan recién levantado.

Pero en cuanto vio todas las cajas el sueño se le desapareció al igual que su cara de amargado y una sonrisa enorme se le dibujó en el rostro —¡¿Por fin te mudarás?!— Preguntó bajando a toda velocidad hasta estar al lado de la castaña.

La chica, con la misma sonrisa del contrario, posó su mano en el hombro de este y respiró hondo —¡Ya quisieras!— Respondió dando dos palmadas suaves en la mejilla del peliblanco para tomar nuevamente su lista, pero al darse la vuelta, se dio cuenta que Rafael estaba saliendo de la biblioteca y caminaba directo a la pila de cajas que tenía en el suelo.

—Rafael, cuidado, hay cosas en el suelo— Avisó Iván saliendo del gran salón junto con Aaron, haciendo que el peliazul parara de golpe su andar.

—Oigan— Todos los presentes se dieron la vuelta y se encontraron con Beliath entrando apresuradamente a la mansión —¿Notaron el auto que salía de la man...?— Pero no pudo terminar su frase, ya que al no ver por dónde iba, se terminó tropezando con una de las cajas que estaba en el suelo.

—¡Oh por Dios!— Gritó Eloise completamente preocupada corriendo hacia el pequeño accidente —¿Te lastimaste?

—No guapa, estoy bi...— Pero en vez de que la castaña le tendiera la mano para ayudarlo, ella pasó olímpicamente de él y cargó a su perro, quien se encontraba a centímetros del cuerpo de Beliath, y lo cargó en brazos como a un bebé.

—¿El hombre malo te hizo daño?— Preguntó con una voz aguda abrazando y llenando de besos al canino.

—Y se... ¿Perdón? Yo soy el que se cae y se pudo romper la columna, ¡¿Y te importa más el perro que no sufrió ni un rasguño?!— Eloise se volteó a ver a Beliath y bajó a Kiki de sus brazos, quien no dudó en ir a lamerle la cara al pelinegro —No me provoques a echarte a la calle.

La contraria sonrió nerviosamente para ayudarlo a levantarse —Lo siento... Es la mamá que hay en mí...

El de reflejos morados rodó los ojos —Y ¿Qué es todo eso?— Preguntó señalando las cajas —¿Alguien se muda? ¿Pensaste lo que te dije anoche Vladimir?

—¿Por qué piensan que voy a mudarme?— Eloise empezó a revisar su lista nuevamente tachando cosas y marcando otras.

—Porque te estas llevando dos mochilas, un bolso, una nevera térmica, una sombrilla, toallas, ropa, una pelota— Aaron empezó a nombrar todo lo que estaba viendo entre las cosas de la chica.