| | D Í A . 4 : Martes | |

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Hacia. Chingo. De. Calor.

La ciudad Ninjago estaba como a treinta y nueve grados ese día, y si le sumamos que le tocó educación física en la última hora de clases, la cual era durante la hora en la que el sol se encontraba justo en el punto de la rabia, que ya se había terminado su botella de agua y que se tuvo que ir en una pecera a su casa, no era sorpresa que Lloyd se encontrase más muerto que el mar muerto.

Llegó a su casa como una hora después debido al tráfico, solo para encontrarse a Harumi tumbada en el sofá con el ventilador frente a ella.

—¿Tú no deberías estar en la universidad? —inquirió al verla tan tranquila.

—resulta que entró en paro, así que yo solo me relajo, me relajo, por qué, vida solo hay una, escuela, un chingo.

—no entiendo cómo puedes estar tan tranquila cuando tú titulo profesional está en riesgo... —dejó su mochila en el piso y se sentó justo frente al ventilador.

—¡Oye! ¡Estás muy grueso como pa' vitrina! ¡No me da el aire!

—¡Tú lo tuviste todo el día!

Empezaron una pequeña riña hasta que finalmente Harumi termino con el mentón apoyado sobre la cabeza de su hermano adoptivo, puesto que de esa forma sí le daba el aire en la cara.

—me muero de hambre —se quejó el menor—, ¿Dónde chucha se metió Morro?

—dijo que iba a la tienda por unas maruchans y unos Takis.

—¿Sabes que? Teniendo en cuenta que casi quema la casa intentando hacer un huevo revuelto, yo voy a poner a hervir el agua para hacer las sopas.

—ahora me siento más tranquila.

Se volvió a formar silencio. Era un momento inusualmente pacífico entre los dos, fácilmente se podrían quedar dormidos mientras disfrutaban del aire fresco que les brindaba el ventilador.

—¿No crees que ya se tardó? -preguntó somnoliento.

—sip, definitivamente.

De pronto escucharon un portazo.

—¡Ya llegó por quien lloraban, chamacos! —Anunció el mayor—. ¡Y está haciendo un chingo de calor!

—sip, imagínate el ir en una pecera con este calor —se quejó Lloyd.

—eso debe ser horrible, que bueno que tengo el coche de la tía Misako.

—Hijo de la verga-

Morro dejó una caja en la mesa frente al sofá.

—sírvanse mis reyes, chelas frías para el calor.

Más se había tardado en decir eso que Harumi en agarrar una de las botellas y abrirla para darle un largo sorbo.

Lloyd por su parte, miró la caja de cervezas con algo de inseguridad y luego volteó a ver a Morro.

—eh, ¿No me trajiste una Coca?

—nah, agarra una chela —respondió despreocupado.

—¿Qué no es ilegal que un menor de edad beba alcohol?

—ya estás a punto de cumplir dieciocho, estas más pa' allá que pa' acá. Y mientras no esté la policía todo es legal.

—ya, sin miedo al éxito —insistió Harumi pasándole una botella que recién había abierto.

Lloyd la recibió con algo de duda, era su primera vez probando alcohol.

Dio un trago y...

—¿Por qué diablos a la gente le gusta la cerveza? —se quejó.

—¿Masoquismo?

—no lo sé y honestamente no me importa.

Lloyd suspiro pesadamente y le dio otro trago a la cerveza. Quizás no era su bebida favorita, pero en esos momentos era sumamente refrescante.

[Tres cajas de cerveza después]

—¡No tengo trono ni reina!

—¡Un mundo idea-!

Morro empujó a su prima con tanta fuerza que la hizo caer del sofá dónde estaban trepados cantando karaoke con las botellas vacías de cerveza como micrófonos.

—¡Cállate mierda, que estoy cantando! ¡Somos cuatro prostitutas, las más grandes putas, de esta disco LALALALALALALA!

Lloyd por su parte estaba tomándose otra cerveza de un solo trago. Cuando finalmente se la terminó, le dio un leve hipo mientras comenzaba a hablar:

—¿Saben qUÉ? ¡Ustedes dos pueden irse a chingar a su madre! ¡ya me quedó claro que no me quieren! hic ¡¿Pero saben qué?! ¡me vale que no seamos familia biológica! hic ¡yo sí los quiero aunque ustedes no me quieran! ¡así que váyanse todos a chingar a su madre! ¡yo me voy a mimir!

—¡eh! ¡espérate güey, sí te quiero! ¡nomás no lo digo muy seguido! pss tengo que reafirmar mi autoridad como el mayor de los tres y pss tú eres el más fácil de chingar —lo abrazó del cuello y le revolvió el cabello—. Ya güey, no te enojes.

—ps al chile al inicio sí me caíste mal —confesó la muchacha—. Al inicio dije: ese chamaco pendejo sin dientes me va a quitar la herencia, pero al chile ahora te conozco y la neta hasta me caes bien.

Lloyd abrazó a su familia política mientras empezaba a llorar. Morro intentó aguantarse pero bien sabía que la última vez que su primito lo había abrazado había sido cuando eran niños. Por su parte, Harumi solo los abrazó diciendo:

—son un par de chillones, pero así los quiero.

Quizás no se iban a acordar de eso la mañana siguiente, pero por ahora eso estaba bien.

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¡¿qUÉ CREEN?! YA TENGO COMPU

TUVE QUE ESCRIBIR ESTO EN CHINGA PARA NO DEJARLOS OTRA SEMANA SIN ACTUALIZACIÓN UNA DISCULPA.

Honestamente creo que este es mi día menos favorito hasta el momento. Pero ni modo.

Espero que les haya gustado y les haya sacado una que otra risa. Nos leemos luego, cuídense, tomen agüita, baiiii.

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