Chapter 36

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Entré por la puerta del Starbucks más cercano de Foster y vi a Leven sentado a una de las mesas junto a una enorme ventana de cristal

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Entré por la puerta del Starbucks más cercano de Foster y vi a Leven sentado a una de las mesas junto a una enorme ventana de cristal.

El ambiente estaba liviano, calmado, como si fuese a ser un gran día...pero
no, no sería así.

Me acerqué. Él lucía preocupado y aturdido. Suspiré y me senté frente a él. El delicioso olor a café inundó mi nariz. Él alzó la mirada mientras mordía con sus dientes el piercing de su labio. Joder, en serio se parecía a Eros.

—Gracias por venir, Iz. Me tomé el atrevimiento de pedirte un Frappuccino, veo que siempre lo pides—sonrió de lado y le devolví la sonrisa.

Sus pestañas y cejas eran muy lindas y espesas.

—Muchas gracias, Lev. Dime qué sucede—estaba preocupada por él.

Le di un sorbo al exquisito café y él suspiró.

—Aspen regresó—soltó y abrí los ojos como platos—no pasaron ni cinco minutos desde que llegué a mi habitación y ella tocó la puerta.

—¿Estás bien?—le pregunté y él tapó su rostro con sus manos. Su cabello cayó hacia al frente, sedoso y despeinado.

—No lo sé. La realidad es que desde hace mucho tiempo no sé cómo me siento—me respondió y aparté sus manos de su rostro.

—Lo primero de lo cual tienes que estar convencido es que no fue tu culpa lo que sucedió con Aspen—le aseguré y él rio a lo bajo.

Sus dedos jugaron con el salero de centro de mesa.

—Ya, eso ya lo entendí, pero me derrumbé por ella, consumí drogas por ella...yo le mentí a todo el mundo, Iz—confesó y la verdad es que me preocupé aun más.

—¿En qué mentiste, Lev?—le pregunté, viendo que las palabras se quedaban atoradas en su garganta.

—Ella me ha acusado de drogadicto, me lo sacó en cara hoy. Incluso me pidió volver, que ha cambiado, que me puede ayudar. Fue ella quien me metió en la puta mierda esta de las drogas. Antes nos pinchábamos juntos, cristales de meta—confesó él, luciendo avergonzado y culpable. No me esperaba que la situación fuese tan grave.

—Mierda, Lev. No tenía idea de que fuese tan grave—admití en voz alta.

—Lo sé—restregó una mano por su rostro y resopló—agh. No sé cómo pedirte esto.

—¿Pedirme qué? Solo habla. Haré lo que sea para ayudarte, ¿vale?

Nos conocíamos desde hacía poco tiempo, pero ya quería mucho a Leven. Era muy buena persona, lo sabía.

—Sé que ya tienes suficiente con tus cosas y esto es demasiado, pero por favor, no me dejes caer de nuevo en la puta adicción a las drogas. No puedo volver a caer y siento que en cualquier momento volveré a pincharme y ahora que ella está aquí...—habló deprisa, sus manos temblaban ligeramente, así que las sostuve.

Can Yøu Fix My Heart? (Psycho #1) ©Where stories live. Discover now