La elitista universidad de Foster es el sueño de muchos. Es ese asombroso lugar donde el apellido va primero que un nombre.
Cuando Isabella Heik llegó, descubrió que habían cuatro personas específicas que eran el centro de atención y el deseo de la...
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Uno de ellos era el líder, el que decía la última palabra. Sabía lo que quería y lo que tenía que hacer para conseguirlo. Aiden Case, no dudaría un segundo en salirse con la suya, daba igual si tenía que pasar por encima de los mismísimos Case. Que su sonrisa luminosa y retorcida no te engañe.
Su apatía era desconcertante, inquietante, perturbadora. Sus ojos azules eran gélidos, imposibles de descifrar. Su expresión era un constante recordatorio de: "Los odio a todos". Eros Case, callado, raro e imponente. ¿Acaso sabía sonreír? No te dejes llevar por su voz varonil y profunda capaz de provocar orgasmos auditivos.
Él era más amable de lo que parecía, a pesar de su expresión sombría y sus ojos oscuros. Hansel Case, su mirada serena tal vez era solo puro cuento, eso nadie lo sabía. Hablaba poco y sonreía cuando quería ahorrarse algunas palabras.
Lake Case, el menor de todos. No por eso menos impresionante. Irradiaba luz imponente y parecía que nada le importaba. Se mantenía al margen de las movidas de sus hermanos mayores. Probablemente si tuviese que elegir a alguno para pasar un buen rato, lo elegiría a él.
Pero lo más importante de todo es, no confíes en ninguno de los Case, no los provoques, no metas las narices en sus asuntos, ignora sus secretos y no caigas en su hechizo. Lo tomas o lo dejas, solo si quieres mantener tu estabilidad emocional y sobrevivir en Foster.