Capítulo 4 - Secuestro

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Habían pasado ya 2 semanas desde la visita de aquel extraño sujeto a la cafetería. Lucas había notado que ese sujeto sólo iba a la cafetería los mismos días que el tenía turnos por la noche, siempre ordenaba el mismo café y le pedía que le recomendara algo del menú, pequeñas charlas sobre el clima o algún tema sin sentido eran las que ese extraño sujeto solía iniciar tratando de mantener una conversación con
Lucas, pero él trataba siempre de termínala antes de que lograra tomar fuerza. Por alguna razón lo hacía sentir incómodo estar cerca de esa persona, no sabía si eran sus ojos que lo miraban fijamente como si trataran de leer sus pensamientos o la forma tan casual con la que le hablara, como si fueran cercanos pero lo que más escalofríos le provocaba era ver como siempre mencionaba algo que a él le gusta o tuviera interés en eso, se preguntaba el cómo era posible que siempre supiera que decir para hacerlo que lo volteara a ver, era como si supiera cosas de su vida que solo quienes eran cercanos a él sabían.

En la última ovación que este sujeto visitó la cafetería Lucas se encontraba recostado sobre el mostrador sosteniendo una de sus mejillas con una mano mientras jugaba con un lápiz, al escuchar la campanilla de la puerta de paro recto y al ver que era ese sujeto se quedó en silencio sin darle la bienvenida y volteó a ver a Rick quien entendió casi al instante que era lo que Lucas quería, con un gesto tirando su cabeza hacia un lado le insinuó que fuera adentro, a la cocina en lo que él se encargaba del pedido.
Limpio sus manos y caminó hasta el mostrador, se recostó en el mostrador cruzando sus brazos y le sonrió preguntando,
— Hola, ¿Qué desea ordenar?
— ¿Y el cajero de siempre? ¿Y Lucas? — Preguntó el mayor confundió al haberlo visto irse cuando el entró.
— Hoy le atiendo yo, ¿no es una molestia, o si?

El hombre se quedó callado, a pesar de siempre ocultar su rostro, por como su cuerpo estaba tenso y la mirada que tenía se notaba el disgusto al no ser atendido por Lucas trato de ocultarlo y por la comisuras de sus ojos se podía asegurar que le sonría devuelta a Rick.

Una vez que salió de la cafetería, Rick lo llamo para que saliera.
— Ese sujeto me eriza la piel.— Dijo Lucas con una cara de disgusto.
— ¿Para qué fuiste amigable con ese sujeto?— Dijo Rick mientras miniaba la mesada.
— ¿De que hablas? Tú eres amigable con todos los clientes, hasta coqueteas sin el mínimo de vergüenza.— Dijo molesto.
— ¿Celoso que no lo hago contigo? — Le dijo en un tono burlón tratando de provocarlo.

Lucas lo miró y torció sus ojos mirando de vuelta hacia la puerta ignorándolo.
— Sabes algo, deberías intentar disimular que no te agrado.
— ¿Por qué debería? No te debo nada.
— ¿De qué te sirve tener esa cara si tienes esa actitud de mierda.
— ¿Qué tiene mi cara? ¿Ahora qué vas a criticarme?
— ¡¿Cuándo te he criticado?!
— ¡Lo estás haciendo ahora!
— Eso no es una crítica, ¿Sabes qué si lo es? El que siempre estés con esa expresión de aburrimiento como si todos te molestáramos. Eres demasiado pequeño para ser tan amargado.
— ¡No soy pequeño! ¿Desde cuando 1.74 m es pequeño?
—¿Te molesta más que te diga enano que amargado?
— ¡No me digas enano! Y no soy amargado, tú eres el que me irrita todo el tiempo.
— ¿Yo te irrito? ¡Imagina que es trabajar un amargado deprimido como tú todo el tiempo!

Ambos escucharon la campanilla de la puerta al abrirse, no era común tener mucho clientes a tan solo 39 minutos de la hora de cierre, aparte de aquel hombre nadie tomaría café a las 10 pm.

Al ver que quienes erraban eran sus jefes ambos asustaron volteándose a ver preguntándose si los había escuchado discutir.
— ¿Pero qué tenemos aquí? ¿Problemas? Peleaban como un viejo matrimonio y lo digo yo que tengo 49 años con mi esposa. — Dijo el hombre entre risas.
— No sería bueno que un cliente escuchara ese tipo de discusiones, muchachos. — Dijo la señora O'Connell en un tono más serio escuchándose algo molesta por la actitud de ambos.

EnjauladoWhere stories live. Discover now