La farmacia

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Capitulo 7

[Advertencia: Escenas de intentó de abuso y violencia]

—Mierda... No... Por favor abre— pido al jalar la manija de la puerta de la patrulla miéntras veo al hombre acercarse cada vez más.

Miro con desesperación dentro de la patrulla todos los rincónes de esta, no hay manera de salir más que rompiendo una ventana, pero no encuentro con que hacerlo. El hombre se sitúa frente a la puerta y da unos débiles golpes al cristal de la ventana para después bajar su mano hacia la cerradura de la manija de la puerta del copiloto. Si justamente donde yo me encuentro.

—Hey linda tu amigo te abandono, pero estoy seguro que me daran una buena cantidad por ti— dice el hombre al inclinarse hacia enfrente mantenimiento la puerta abierta y recargando su brazo en ella.

Escuchar esas palabras me aterra. Jamás crei que me asustaría saber que el desconocido que había entrado a mi casa me había dejado, pero mírame ahora dentro de una patrulla deseando que regrese, que no se haya marchado.

Al pasar unos segundos me doy cuenta que mi esperanzas de que el chico regrese otra vez a salvarme son absurdas asi que decido hacer algo para escapar del hombre. Debo salvarme. Así que sin que este se lo espere le clavo una patada en la parte baja del estómago, este retrocede un poco con la mano en su estómago alejándose de la puerta tratando de recuperar el aire perdido por la patada.

Esa es mi salida. Avanzo hacia la puerta y salgo de la patrulla rapidamente. Estoy por dar un paso hacia la calle la cual se encuentra vacía cuando alguien me sujeta por detras de mi cabello. Al dirigir la mirada atras miro al oficial. Este tiene su rostro rojo y en sus ojos se refleja ira.

Trato de safarme de su agarre, pero él me ha tomado muy bien. Suelto quejidos por el dolor en mi nuca porque el hombre hala tanto de mi cabello que creo que separara el manojo de cabello de mi cuero cabelludo.

Unas lágrimas amenazan por salir de mis ojos ante aquel dolor.

—¡Eres una perra!— espeta el hombre mientras me inclina abajo y después me estrella con fuerza contra la patrulla.

El golpe es tan fuerte que me deja agatas completamente desorientada. Aún así trato de alejarme del hombre. Al avanzar un metro este vuelve su mano a mi cabello y jala de el para ponerme de pie. Lágrimas ruedan por mis mejillas y suelto un quejido. Siento que la parte de arriba de mi cabeza punza.

En unos segundos todo se vuelve borroso y después me encuentro acostada en los asientos traseros de la patrulla y el hombre (El oficial) encima de mi. Siento un escalofrío horrible en mi muslos que me traen de golpe a la realidad.

—¡No me toques!— exigo entre lágrimas.

—No creo que Black se moleste si te doy una calada.

Al soltar aquello el hombre se inclina hacia mi. Llevo mis manos a su pecho y comienzo a pedir ayuda y removerme en los asientos.

—¡Sueltame cerdo!— ordeno y con lo poco que puedo separarme de este aprovecho para escupir en su rostro.

—¡Maldita perra!— el hombre limpia su rostro mientras lo miro con mis ojos llenos de lágrimas e ira y sin que me lo esperé me abofetea.

Su palma golpea demasiado fuerte mi mejilla lo que hace que me sienta mareada y todo se comience a poner un tanto borroso perdiendo la conociencia mientras siento como unas manos acarician mis muslos y una voz asquerosa que parece lejana suena por mi cabeza.

Estas muy buena preciosa, solo dejate llevar.

Desconocido— digo en un tono débil casi como un susurro.

El desconocidoWhere stories live. Discover now