En sus manos

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Capitulo 4





Desde la ventana de mi habitación que da hacia el jardín de enfrente veo a mi madre, a Tyler y Chelsy subir a una camioneta gris mientras sus maletas son llevadas a la parte trasera por el chófer de la familia. Estos ya están listos para marcharse hacia Miami florida, donde según mi madre pasaran su merecida luna de miel. Estarán allá más de una semana. Según tengo entendido han reservado la mejor habitación en el mejor hotel, pero ni por eso me apetece ir. Tyler antes de salir me inisitio que accediera a ir o que hablara con mi madre antes de que se fueran, pero me rehuse rapidamente a ambas cosas. Ella tampoco parecia muy feliz de que hiciera alguna de las dos.

<<¿Quien se rehúsa a un viaje todo pagado? o si Megan>>

Observo el coche salir de casa para después llevar la mirada hacia el gran ventanal de mi habitación que es cubierto por la cortina. Recorro esta y me asomo hacia la casa de a lado. Me aterra imaginar que el desconocido de ayer esté allí, pero el cuarto está vacio tal y como anoche.

Bajo hacia el comedor y Amanda no tarda en dejar un desayuno muy balanceado sobre el gran comedor de madera de caoba barnizado en el cual me encuentro con mi pijama puesta, mis ojos hinchados y grandes ojeras bajo estos dado a que ayer no pude dormir sin despertarme cada 10 minutos por alguna pesadilla donde resivia un tiro en la cabeza.

Pico con un tenedor unas fresas en mi plato con aburrimiento cuando escucho a alguien aclarar su garganta. Levanto la mirada y me encuentro a Amanda la cocinera frente al comedor.

—Señorita Megan— me llama la mujer de cabellera corta y gris.

—Ya te he dicho que me llames Megan solamente, nos conocemos de años Amanda— digo al darle una sonrisa y poner mi atención en ella.

—Megan— corrige y asiento —. Ya que ust... tú eres la única en casa queria pedirte permiso para ir a visitar a mi tía Karina que se encuentra enferma, sólo sería hoy, volvería mañana muy temprano.

La mujer me observa nerviosa jugando con sus dedos.

—Claro Amanda yo me las puedo arreglar sola, no te preocupes si quieres puedes quedarte con ellas más días.

La mujer forma una sonrisa en su rostro. Amanda es una mujer muy puntual y trabajadora que se merece descansar. Y ya que se que mi madre se ha negado a darle vacaciones me parece bien que esta descanse unos días en la ausencia de mi madre.

—¿De verdad Megan? te tomare la palabra.

Le doy una sonrisa al ver su alegría.

—No hay de que— la mujer esta por marcharse, pero antes la llamo —. Amanada— esta para y me mira —. Solo que esto quede entre ambas.

No quiero que mi madre se entere, dado a que es capaz de correr a Amanda por ese atrevimiento como diría ella. Amanda solo asiente y se marcha.











Gran parte del día me la paso deambulando en casa evitando algunos lugares de esta. Decidí que hoy sería mi día perezoso, estaría en casa sin hacer absolutamente nada y mañana iria a buscar un empleo.

—Si esa es la dirección, gracias— dejo el teléfono de casa de regreso en su lugar terminando de ordenar una pizza la cual rengo pensando devorar viéndo una película.

Por mi mente paso invitar a Enzo, pero sé que el chico no accedera ya que este es muy estricto en cuando se trata de trabajo y no saldra antes ni por hacerme compañia en esta gran casa. Vaya amigo. Podria usar la carta de que estoy enferma y venga a cuidarme, pero he usado esta muchas veces cuando salia unas horas antes de la agencia. Todos ellas eran mentira por lo que sé que no me creera.

El desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora