Prólogo

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Llegas a ese punto donde un timbre te importa más que tu vida, donde solo con su voz te sientes pleno, donde una sonrisa te debilita, donde una palabra importa más que miles.

Se ríe. Y, caramba, observas como sus hombros suben y bajan, observas la vibración de su cuerpo, sonará loco, pero detallas su sonrisa, sus dientes, sus labios...el hoyuelo en su mejilla. Quizás he quedado como un idiota mirándola, pero era todo lo que quería por horas.

Mirarla. Repetirlo una y mil veces como una película. Te acostumbras a ella y no escucharla parloteando de uno de sus nuevos conocimientos te mata. Se convierte en tu necesidad.

El placer que encuentras en su cuerpo no podría asimilarse nunca a algo con otra persona. Es solo ella. Sexo y amor. El ingrediente secreto, nunca en mi vida había disfrutado tanto de una noche que como fue con ella, amándola, grabándome sus curvas, recorriendo cada centímetro de su cuerpo con amor. Con besos, caricias leves. Por primera vez no era sexo, le hice el amor.

Dicen que el amor se va formando día a día con pequeños detalles, sonrisas, confianza, tiempo. ¿Pero fue así para nosotros? Si con solo escuchar esas primeras palabras sabía que estaba perdido, que había caído en aquel pozo y del cual ni la cuerda más extensa me podría sacar.

Con ella era más que sexo, más que noches, más que caricias, más que desnudez. Era el deseo de tener a alguien a quien amar y que lo hiciera con la misma fuerza que yo. Era el deseo, el sueño y la necesidad de sentirse amado.

Y con ella lo tenía todo.

Y, ¿cómo pensar que eso comenzó con varias miradas, varias palabras, varias sonrisas?

¿Cómo pensar que eso comenzó Molestando a Lorena?

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Fecha: L/25/04/22

Molestando a Lorena ✔️Where stories live. Discover now