favorite. (diluc x lumine)

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Lumine vio a Diluc.

Diluc vio a Lumine.

Diluc cogió su mochila y se dio la vuelta asustado.

—Hola Diluc.

Su mayor pesadilla se estaba recreando.

La ignoró.

Lumine con una radiante sonrisa, se puso delante suyo.

—¡Ayer subí la foto que elegiste! A mucha gente le ha gustado, ¡no me sigues en redes sociales!

—No tengo redes sociales, Lumine.

Diluc quería llorar en una esquina, Lumine era irritante.

Su sonrisa, también.

Ella empezó a balancearse sobre sus propios pies mientras reía, y se puso a su lado para así andar los dos juntos.

—¿Viste que ayer avancé trabajo? ¡No pude dormir, así que fui productiva! No te puedes quejar...

No pudo dormir porque estaba tan nerviosa de haber salido de su casa que sus ojos no podían cerrarse sin que sintiera de nuevo el toque de él sobre su brazo.

—Has hecho lo que debías de haber hecho, ni te pienses que voy a aplaudirte por hacer lo básico.

—Pues yo siento que lo hiciste muy bien ayer.

(N/A: el praise kink de Diluc goes brr)

El pelirrojo la miró y rodó los ojos para entrar primero en el aula.

Todos miraban a Diluc fijamente.

¿Diluc era tan odiado?

Ella iba detrás suyo mirando a todos de reojo.

¿Por qué le molestaba que miraran tanto a Diluc?

Se sentaron, sacaron sus cosas y se quedaron en silencio.

Otro día más.

(...)

La última clase fue en el aula, así que ellos dos estaban juntos.

Diluc recogió más rápido que Lumine, y tiró su silla hacia atrás en busca de levantarse, pero Jean se puso delante suyo, tapando a Lumine.

Venti solo se tapó la boca abrazándose a Fischl.

Lumine odiaba que le dieran la espalda.

Encima, el culo de Jean estaba delante de Lumine.

Y Jean estaba hablando con Diluc.

—Diluc, ¿esta tarde tienes que hacer algo?

Jean era una chica brillante, no se le veía maldad en su mirada.

Pero eso a Diluc, en lo absoluto le interesaba.

Jean le parecía aburrida.

Jean era una chica que podía aportar muchas cosas, que nadie le malentendiera pero... ¿él que iba a aprender?

—Diluc va a venir a mi casa. No puede quedar con nadie.

Lumine se levantó haciendo un gran estruendo con la silla, y Jean se giró para mirarla molesta.

—¿Por qué alguien como él iría a la casa de una puta como tú?

Diluc claramente se quedó sentado observando el espectáculo con diversión.

Solo le faltaban las palomitas.

—Oh, cariño, ¿tantos traumas tienes con que te robe a los chicos?