ojos que sí ven, corazón que sí siente

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—¡Lumine!

La mencionada se giró, y sonrió al ver a su perro fiel.

—Hola Fischl, ¿cómo estás?

Lumine acarició la cara de ella, provocando que al instante se sonrojara y bajara su mirada.

—¡Te eché mucho de menos este verano! Estás... muy guapa.

—Gracias cariño.

Lumine miró el nuevo edificio el cual iban a entrar, y la miró de reojo.

—¿Al final qué escogiste?

Preguntó Lumine poniéndose un cigarrillo en la boca y empezando a fumar tranquila.

—Biotecnología, ¿y tú?

—Bioquímica.

Que curioso era que alguien que bebía sangre humana y que lograba comer trozos de carne humana, quisiera estudiar su composición química.

Ella... ella quería saber el porqué necesitaban la sangre humana.

También sobrevivían con la sangre animal pero, ¿por qué no estaban igual de satisfechos?

¿Qué era lo que les hacía diferentes de los humanos?

¿Podría revertir su legado?

Aunque eso le costara la vida tanto a ella como a su hermano.

—¡Estaremos en algunas clases juntas!

Lumine se tapó la boca para reír con dulzura, y soltó el humo para chasquear la lengua.

—Solo me importa conocer a chicos y tener sexo, emborracharme y drogarme hasta perder el conocimiento. Los estudios para mí son secundarios.

(...)

Lumine entró al aula, o mejor dicho, su alfombra roja, y sonrió al ver como Venti y Jean estaban sentados al final del todo.

Fue hacia ellos acompañada de Fischl, y se sentó para estirar sus músculos bostezando.

—¡No nos has hablado en todo el verano!

Jean, la chica con complejo de madre sobreexplotada.

—¡Me tienes que explicar si has follado con chicos guapos!

Venti, el maricón afeminado con complejo de vivir en un show de comedia.

—Chicos, recién ha llegado a clase, dejadla en paz.

Fischl, el perrito fiel con baja autoestima.

Y ella, la abeja reina.

La chica perfecta.

Se acomodó su corta falda y sus calcetines, y se apoyó mejor en la silla para sonreír victoriosa.

—Este verano ha sido increíble... anfetamina, éxtasis, marihuana... e incluso, conseguí follar con dos gemelos... joder, que bien lo hacían.

Todos estaban poniendo su atención en ella.

Jean, era una virginal de mierda que tenía fobia a los hombres, entonces le interesaba escucharle.

Venti era un chismoso que le gustaba todo relacionado con hombres.

Y Fischl, escucharía todo lo que ella dijera.

—Son tan ridículos los hombres ¡já! Solo necesitaba ir a la discoteca, subirme un poco el vestido, restregarme y ¡pum! Ya estaban tan duros que lloraban por un poco de atención.

Ella se cruzó de brazos riéndose victoriosa, y los demás también se rieron.

—Era tan divertido ver lo tan mal que utilizaban sus pollas diminutas y creyéndose los reyes solo por follar conmigo... que pena que al acabar, siempre les decía que no me sentía satisfecha y que me buscaría a otro... incluso, pude follar con varios vírgenes... tan inocentes, corriéndose al pasar dos minutos...

favorite. (diluc x lumine)Where stories live. Discover now