oh no

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Lumine entrelazó sus dedos con los de Diluc, y lo miró con emoción.

—¡Gracias por dejarme estar en tu casa! Os haré una reforma genial... menuda pena vivir en un sitio tan lujoso y tenerlo tan sucio...

—Si sigues criticando mi casa no te dejaré dormir.

Los dos empezaron a reír, y cuando cruzaron la esquina, ella suspiró.

—¿Crees que estarán?

—Seguro.

Los dos se colaron en el jardín de sus vecinos, y pasaron la valla para ir al jardín trasero.

Lumine sacó la llave y entraron, y suspiró de nuevo al ver todo destrozado.

Subieron las escaleras en silencio, y al llegar a su habitación, cerraron la puerta.

Todas sus cosas estaban destrozadas y desordenadas, pero por suerte consiguió poner en su mochila todas las cosas importantes.

Diluc alzó una ceja, y se agachó para llamar a Lumine con un susurro.

Lumine se giró, y abrió los ojos impresionada para correr hacia Diluc.

—Lumine, pensaba que te satisfacías con las personas pero al parecer sobrepasas el límite.

Susurró Diluc poniéndose el vibrador rosa chillón al lado de su cabeza para comparar la medida.

—Joder, mide como mi jodida cabeza, ¿esto te cabe?

—Diluc, cosas de mujeres. No opines.

Lumine cogió el vibrador y se lo metió en la mochila metiéndolo en su respectiva caja.

—¿Cuantas velocidades tiene?

—Nueve.

—¿Y cual te pones?

—El nueve.

Ese vibrador solo lo utilizaba con el celo. No lo podía utilizar cuando no lo tenía porque le hacía daño aunque se pusiera lubricante.

Tenía muchísimo miedo de confiarle el celo a alguien, y quienes lo sabían eran Childe y Eula.

Sabía que Childe no le haría daño, pero a ella no le gustaba, así que... no, no iba a entregarle su celo.

Simplemente, deseaba que alguien la pudiera tocar teniendo el celo.

Lumine cerró la mochila, y se levantó para coger el marco de fotos que tenía con Aether.

Por suerte no lo tocaron.

También lo guardó, y miró a Diluc para amenazarle con la mirada.

—Hey, no me mires así, total que no utilices el vibrador delante mío, me da igual.

—¿Celoso del vibrador? Penoso.

Diluc se cruzó de brazos molesto dispuesto a discutir, pero al escuchar la puerta principal abrirse, los dos se miraron asustados.

¿Cómo un Alfa que había heredado la genética de su padre, siendo alguien extremadamente fuerte por naturaleza tenía miedo por lo que podía suceder?

Simplemente, tenía miedo de que Lumine de nuevo lo parara.

Sabía que si se ponía furioso podría destruir todo a su alrededor en un chasquido de dedos, pero le incomodaba que Lumine pudiera hacer algo que los pusiera en compromiso.

Lumine abrió la ventana, y salió por esta para darle la mano a Diluc.

—¿Estás loca? ¡Me dan miedo las alturas!

favorite. (diluc x lumine)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz