su mirada clavada como una bala en el pecho

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Lumine salió con los platos, vasos y cubiertos. Preparó la mesa con sus servilletas y al final, dejó la olla con la comida.

Diluc al oler el exquisito aroma de la comida recién hecha, se levantó del sofá y fue hasta la mesa para mirar con curiosidad.

—Lumine; pensaba que eras una niña mimada que no sabía hacer lo básico y me has sorprendido... ¿me has metido veneno?

—¿Cómo te atreves a insultarme? ¡Te odio, pero jamás ensuciaría mis obras de arte!

Diluc se sentó, y Lumine se sentó delante suyo.

Sirvió en los dos platos.

Y Diluc empezó a comer, y ella también.

Pero los dos no sabían de que hablar.

Pero a Lumine le daba igual, porque adoraba ver a Diluc comer con tanta emoción.

Aunque Diluc tuviera una cara de muerto siempre, sus ojos brillaban al comer, y encima, se notaba que comía porque tenía hambre y porque le apetecía el plato.

Lumine puso mechones de su pelo detrás de sus orejas mientras sonreía avergonzada mirando su plato.

Adoraba cocinar, y adoraba cuando la gente disfrutaba de sus platos.

Odiaba a Diluc.

Pero quería ver que comía bien.

—No te creas que por cocinarme me caerás bien.

Soltó sin más Diluc mirándola enfadado, y ella no pudo evitar reír.

—Jamás cocinaría para ti, Diluc Ragnvindr. He cocinado porque yo también quiero comer; pero si por mí fuera, morirías de hambre.

Él se acomodó las gafas, y cogió la espátula para meter más comida en el plato.

Lumine solo pudo pensar una cosa:

"¿Era así de atractivo cuando se conocieron?"

(...)

—Voy a ir al lavabo, cuando vuelva recojo todo y comenzamos con el trabajo, ¿sí?

Susurró Lumine levantándose y acomodándose la ropa, y Diluc la miró para chasquear la lengua rodando los ojos.

—A ver si no vuelves.

Lumine sonrió totalmente feliz, y sabía que Diluc en ningún momento le dijo donde estaba el lavabo así que debería de buscar.

Entró, hizo sus necesidades y se limpió las manos, y al salir e ir al salón, abrió los ojos al ver que la mesa estaba recogida y limpia.

Un escalofrío recorrió su espalda al notar una presencia detrás suyo, y se giró para mirarle directamente los ojos.

Esos ojos eran la puerta al infierno.

—¿Por qué lo hiciste? Iba a recoger yo.

Dijo ella molesta, aunque por dentro se sentía en completo peligro por mirarle a los ojos.

—Quiero que te vayas ya de aquí, así que quise agilizar las cosas.

Lumine sonrió de lado, como una mueca de completa amargura, y echó su cabello hacia atrás con burla.

—Me pregunto como tu familia te soporta, ¿tu madre no te hace la comida?

Lumine de repente se abrazó a sí misma al notar como la mirada de él se oscurecía por completo, y él pasó por su lado dejando que las frías paredes fueran la cárcel de ella.

favorite. (diluc x lumine)Where stories live. Discover now