CAPITULO 18 EN TUS OJOS

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Lo primero que notó Spock fue la fina capa de hielo que cubría la arena seca bajo él. Sus pies ya se estaban entumeciendo por el frío y avanzó a pasos agigantados, tratando de orientarse.

El cielo sobre él estaba cubierto de finas grietas, de las que brotaban lodo negro.

Un grito agudo resonó en el paisaje mental y vio cómo una manada de pájaros blancos revoloteaba por el firmamento roto. A su izquierda había una hilera de puertas rotas, un par de zapatos de niño pequeño yacía en un charco de pintura verde congelada. Un rastro de fragmentos dorados se desvaneció en la distancia y Spock se arriesgó a seguir.

"...Ven a buscarme..."

Spock trató de seguir el eco. Apenas podía ver y su pecho palpitaba dolorosamente a cada paso que daba. Algo en su interior intentaba alcanzarlo, pero era inútil. Era como si intentara mover un brazo que hacía tiempo le habían amputado.

El de repente dolor de cabeza se había convertido en un problema.

Una fuerte ráfaga de viento le alborotó el pelo y tuvo que cerrar los ojos un segundo, cuando el viento le arrastró pequeños cristales de hielo del suelo hasta la cara.

Tosió, el hielo se asentó en sus pulmones y se preguntó si lo mataría si se quedaba aquí.

Pero, tenía que encontrar a Jim.

Un columpio se encontraba frente a una estatua sin forma hecha de piedra y alambre. Estaba salpicada de varios colores, desde el azul suave hasta el rojo ardiente. Entre la malla de alambre se habían encajado diminutas perlas negras. Parecían ojos que miraban a Spock acusadoramente.

Una luna pálida colgaba del cielo vacilante, derramando una luz gélida sobre el paisaje mental.

Spock estaba desorientado. Nada tenía sentido.

Las astillas doradas del suelo le cortaban los pies y no llegaba a ninguna parte. En su lugar, dejaba huellas verdes en el suelo helado.

"¡Jim!", gritó, con la voz ronca por el frío y un eco inquietante en el paisaje mental que se extendía ante él. Una gota de lodo cayó sobre su hombro y le carcomió la piel hasta que se la quitó apresuradamente.

Se limpió los dedos en la túnica.

Su mano era más pequeña de lo habitual. Era la mano de un niño.

Spock se tambaleó.

Puertas cerradas, puertas rotas, puertas abiertas, se estaban desmoronando a su alrededor.

"¡Jim! ¿Puedes oírme?

Una casa apareció en la lejanía. La reconoció por las innumerables fusiones que tuvo con Jim.

Era la granja en la que Jim había vivido en la Tierra.

Una voz ronca gritaba obscenidades desde el interior de la casa, algo se estrelló contra el suelo y se hizo añicos. Un adolescente gritaba, palabras que Spock no pudo entender debido a la velocidad con la que fueron escupidas.

Luego se escuchó otra voz, más pequeña gritar esta vez.

Una puerta se abrió de golpe y Spock vio cómo un chico alto corría hacia los campos oscuros y se desvanecía.

Y Un niño rubio se encontraba parado en la puerta abierta, con lágrimas cayendo por su rostro adolorido. Una mano ancha le agarró el hombro al pequeño y lo arrastró de vuelta a la casa. La puerta se cerró de golpe.

En Tus Ojos (Spirk) // (Spock x Kirk)Where stories live. Discover now