HARU- DRABBLES

Nuevos comienzos (SouHaru) parte IV

Se hizo costumbre hablar con Haruka antes de ir al trabajo o escribirle algún mensaje durante el día, pero aún no habían salido a ningún sitio, muchas veces quiso invitarlo a comer, pero, seguramente si trabajaba en una cocina todo el día Haruka quisiera algo diferente.

Seguía pensando en eso cuando vio un cartel sobre un festival que habría el fin de semana.

― ¿Sabes si a Haruka le gusten esas cosas? ― le pregunto a Rin, ya que tenía más tiempo conociéndolo.

― Pregúntaselo tú mismo.

Sousuke había insistido mucho con Rin sobre si estaba interesado en Haruka y este lo había negado todo, pero con ese tipo de respuestas cortantes no estaba muy seguro, así que quiso hacer algo para provocarlo.

― Haruka es algo serio, y no tenemos tanto tiempo conociéndonos, pero estoy seguro que, aunque sea una mamada hare que me dé. Tuvo que desviar el rostro para evitar que lo golpease Rin.

― No hables así de él, no es como esos tipos con los que solías salir en Tokio.

― Sé que no lo es, y yo tampoco soy la misma persona. Hace mucho se había arrepentido de nunca buscar algo más serio, esas aventuras de una noche con el tiempo solo dejaban un gran vacío, y Sousuke había aprendido la lección.

― Me gusta Haruka, e iré en serio con él, espero no te moleste.

Rin suspiro, por supuesto que le gustaba Haruka, porque si no iría a Saba Cake todos los días cuando en realidad no le gustan los dulces, intento salir con Haruka tiempo después de que terminase con Makoto, pero fue rechazado. Haruka solo lo veía como un amigo, lo asumió y no volvió a insistir, aunque por supuesto, eso no evitaba que le siguiera gustando.

― Por mí no te preocupes, yo sé que Haruka no me ve de esa manera.

― Entonces, ¿todo bien?

― Si, no tengo problemas con que salgan, solo espero que no quieras jugar con él, hace poco salió de una relación complicada, no sería justo.

Haruka no le había contado nada de eso, pero la verdad, no es que le importase mucho con quien estuvo antes

― Te lo repito, voy en serio ― insistió Sousuke.

― Bien...

...

Haruka acababa de salir a la calle, muchas personas usaban la vestimenta tradicional en esa clase de festivales, pero ellos en cambio habían preferido vestirse normalmente. Haruka llevaba un suéter crema, pantalón marrón oscuro y zapatos de igual color y Sousuke llevaba una camisa gris con pantalones y zapatos negros.

Las calles estaban adornadas de luces y de papeles de colores y variados puestos con comida y bebidas que podían disfrutar.

Decidieron ir a un juego de tirar los dardos, donde por supuesto Sousuke acertó todos en el blanco en tanto que Haruka falló unas dos veces de cinco.

Se detuvieron luego en el juego de pescar peces con una red que era el favorito de Haruka, cuando fue su turno acumuló unos diez sin que se rompiera la red y tuvo opción de llevarse uno como premio, pero prefirió dejarlos allí.

― Eres bueno en ese juego ― alabo Sousuke mientras lo rodeaba con un brazo y seguían caminando.

― Es mi favorito en los festivales, de niño me gustaba quedarme con los peces, pero deje de hacerlo cuando los llevaba a casa y al poco tiempo morían. Después de jugar otro poco se fueron a un puesto a comer uno de los platillos que ofrecían y a descansar un poco.

― Haru ― saludaron dos jóvenes que al parecer eran gemelos pues se parecían mucho.

― Ran, Ren ― saludó.

Haruka se disculpó con Sousuke y fue a saludar a los chicos que estaban en el puesto de al lado. Después de un rato Haruka se despidió pues no quería dejar a Sousuke solo, se sintió satisfecho consigo mismo por no preguntar por Makoto ni una sola vez.

Comieron a gusto y luego se sentaron en el césped alrededor del lugar a disfrutar del espectáculo de fuegos artificiales, manteniéndose cerca todo el tiempo el uno del otro.

Habían pasado una hermosa noche solos los dos juntos, Sousuke acompaño a Haruka devuelta a su casa, le dio un suave beso en la mejilla como despedida, pero al mirarse a los ojos supieron que les sabría a poco, así que unieron sus labios esta vez, Haruka sentía las manos de Sousuke acariciándole la espalda, mientras que las suyas acariciaban su nuca. Volvieron a besarse otro poco hasta que no les quedo más que despedirse.