Capitulo 1: En la celda con el enemigo.

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SARAH.

No se cómo llegamos a los golpes yo y la chica. Bueno la verdad ella intento entrar mientras gritaba el nombre de mi esposo y yo la empujé. Después de eso empezó lo demás.

—!Maldita loca!—la chica gritaba mientras era sostenida por mi esposo que por los gritos salió aturdido y con una cara de terror.

—!Cállate vieja arrastrada!—Patrick me tomaba de la cintura para no dejarme ir.—suéltame que la termino de matar!.

Las patrullas ya estaban apunto de llegar por el sonido de las sirenas que se escuchan desde el otro lado de la calle y los vecinos estaban afuera viendo el chisme. No los juzgo  yo también sería. Pero ahora me toca a mi ser la que hace todo el alboroto.

—Cuando me ibas a decir que te revolcabas con una zorra.—escupí con odio.

—No le digas así a Cloe.—mark la defendió y eso me prendió que casi tiro a Patrick.

—!Cloe suena a puta!.—la mire con una sonrisa cínica y ella frunció su entrecejo.

—Y Sarah a zorra.—ambas estábamos intentando zafarnos para volvernos a golpear pero la policía ya estaba aquí.

Las luces de las patrullas alumbraban toda la manzana y cada vez más los vecinos  salían y algunos se metían por el frió. Uno de los policías me tomo de la muñeca y alejo a Patrick de mi.

—Las señoritas nos acompañarán a la policía.—el guardia me recargo en la patrulla y tomo mis muñecas para ponerlas detrás de mi espalda.

—Esto es injusto.—me removí—quiero un abogado.

—Señorita está consiente de que armo un escándalo en la madruga y está en un estado de ebriedad.—apretó las esposas en mis muñecas y me quejé.

—!Suéltenme!—escuche a la castaña  que era puesta en la misma situación que a mi.

—Llévense a esa y a mi suéltenme.—lo mire con un ojo abierto ya que la luz me encandilaba.

—No, ahora suba.—me abrió la puerta trasera y mire a Patrick el cual hablaba por teléfono y de seguro llamando a mis padres.

Obedecí a la orden del guardia y me subí sin quejarme, estaba apunto de quebrarme a llorar pero cuando mire por la ventanilla hasta la otra patrulla estaba a la castaña mirándome con odio y le sonreí.

Agradecí que no se escuchaba nada ya que me empezó a lanzar insultos que fueron callados por el policía que se había subido al auto.

                                         *🌪*
No se que horas eran de la madrugada pero solo sabía que se me había bajado mi estado de ebriedad y ahora estaba en una celda con la chica que se metió con mi marido. Ambas en cada esquina y con diferente ropa, ya que la otra quedo echa trizas por la pelea.

—Si no fuera por ti, estaría en mi cama durmiendo.—Solte.

—No me importa.

—Bueno tampoco te importo meterte con un hombre casado no?.

Me miro con un poco de pena y desvió su mirada hacia otro lado.

—Te comió la lengua el ratón?.

No recibí respuesta y me levanté a pasos lentos hacia ella, me arrodillé y la tome bruscamente de la barbilla para que me mirara.

—Por tú culpa mi matrimonio se fue a la mierda.—escupí con odio.—todo esto es tu culpa.

Me tomo de la muñeca para empujarme lejos de ella.

La última estación. Where stories live. Discover now