La última estación.

Prologo.

•Prólogo•

No sabía donde me había metido en todo este tiempo, conocí a un chico que cambió mi mundo, todo era amor y felicidad al principio pero todo eso se fue apagando al pasar de los años.

El amor que nos teníamos ya no existía en nuestra relación, mark mi esposo llegaba de su trabajo y solo hacia sus necesidades diarias y después se iba a dormir, a cambio yo me quedaba bebiendo como una loca mientras lloraba en uno de los sofás.
Nunca dude un segundo de el, tal vez supuse que algo hacía mal o el sexo que le otorgaba no lo satisface al cien por ciento y por eso ya no me tocaba como antes.

Mi celular vibro tan fuerte que lo tome sin darme cuenta quien era, le di un sorbo a la botella de vino antes de hablar.

—¿Alo?.—hable con dificultad por mi estado.

—Sarah, estás ebria?.—La voz de Patrick mi mejor amigo de toda la infancia sonaba del otro lado.—no me digas que estás bebiendo por el idiota de Mark.

Lleve la botella a mis labios y tome un sorbo, las lágrimas bajan por mis mejillas y estas eran acompañadas por mi rimel.

—Si...—me recosté en el sofá.—me duele que me esté ignorando y ya ni si quiera me bese.

—Tranquila.—pausó.—iré ahora mismo a tu  casa  para charlar.

—Mark esta aquí durmiendo.—hablé bajo.

—Me da igual, iré.—colgó.

Mire mi teléfono y lo lance a uno de los sofás que había en la habitación, aun seguía bebiendo como loca y de seguro me veía en un estado desagradable.

Perdí la cordura al estar llorando por un hombre, genial Sarah.

Me levante sintiendo el frió suelo de madera tocar con mis desnudos pies, llevaba un vestido de encaje negro que levantaba mi busto y era un poco corto. Me lo había puesto solo por mark pero le dio igual, solo me dio una rápida mirada y se fue a dormir.

—Idiota Sarah.—golpe mi cabeza y camine como pude hasta la nevera para sacar otra botella de vino.—veamos.—pase mis dedos por uno de los vinos más caros y lo saqué.

Iba a tomar un poco pero la puerta de la entrada sono y supuse que era Patrick, bufé dejando la botella en la barra. Camine como pude hasta la entrada, abrí y ahí estaba Patrick mirando de abajo hasta arriba.

—Si fuera hetero.—me apunto.—te re doy.

Solte una pequeña risa y me hice a un lado para dejarlo pasar.

—Gracias por el cumplido.—mire su vestimenta que era de camisa rosa y un pantalón ajustado, su perfume olía a kilómetros.—por que tanta colonia?.

—Iba a una fiesta pero el tipo con el que me iba a ver canceló.—se dio la vuelta para mirarme y tomo mi rostro.—Dios cuanto tiempo has estado llorando?.

—Horas.—le di un manotazo y cerré la puerta con cuidado de no hacer demasiado ruido. Pase por un lado de Patrick y fui hasta la cocina para tomar unas copas de vino.

—Deberías de dejar a Mark.—solto y le di una rápida mirada.—no te merece Sarah.

—Nadie me merece.—tome las copas y empece a servir un poco de vino.—A parte no lo dejare por que le amo.

Patrick negó varias veces mientras se acercaba a mi. Le extendí la copa y la tomo.

—Mira debes de experimentar con más personas.—bebió un poco.—te casaste muy joven y con el primer baboso que te tomo de la mano.

Rodé mis ojos.

—Mark me prometió el cielo y..

Me interrumpió.

—Te sientes en el cielo?.

—Nop.

—Entonces.—levantó su Ceja.—deja de complicarte fill.

—Cuando te cases entenderás.—bebí de un sorbo todo lo de mi copa. Me senté en una de las sillas y puse mis brazos sobre la barra para recargarme sobre ellos.

—Nunca me casare querida.—dejo la copa en la barra.—No quiero estar amarrado a alguien y luego arrepentirme.

—Bien.—le di una sonrisa hipócrita y pase mis manos por mi cabello.

Patrick iba a hablar pero el timbre de la casa sonó desesperadamente, ambos nos asustamos y miramos la hora eran casi las doce de la madrugada.

—Quien mierda será?.—me levante con enojo y fui casi corriendo a la puerta.

—No abras Sarah, puede ser algún ladrón o peor aun un secuestrador.—me siguió.

Cuando estaba enfrente de la puerta la abrí y Patrick se escondió detrás de mi. Me lleve con la impresión de que había una mujer de una estatura un poco alta y de cabello castaño mirándome con arrogancia pero a la vez con miedo.

—Quien eres?.—levante mi Ceja confundida.

Patrick se asomo por encima de mi hombro y se apretó a mi.

—Soy la amante de Mark.—sonrió.—debes de ser Sarah.

Abrí mi boca y mis ojos sin creer lo que la chica acababa de decir. Ahora todo cobro sentido y Mark estaba así conmigo por que tenía una amante. Que por obra del destino estaba enfrente de mi.

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Espero les haya gustado el prologo mis amores y también denle una oportunidad a mi otra historia que esta en mi perfil. Les amo.

Les dejo las fotos de las chicas para que se den una idea de cómo son.

Bueno sin más que decir espero se la pasen muy bien y tengan un excelente día les amos.