One Shots [Multifandom]

nicholas scratch

el mundo oculto de sabrina

— dime que me amas —

—Está bien, es suficiente—. alguien te llamo.

Volteaste la cabeza hacia tú amiga. Ambas están sentadas en las escaleras de la Academia de Artes Oscuras, hablando de hechizos cuando viste a Nicholas Scratch hablando con las hermanas raras.

—¿Suficiente?— repetiste.

—¡Deja de distraerte con Nick!

—¿Qué?— te enderezaste—. ¿De qué estás hablando, Brina?

—¿Estás bromeando?— tú amiga se rió—. Cada vez que entra en una habitación, tus ojos van hacia él y tu mente se pierde en esta tierra de fantasía que creaste para evitar decirle cómo te sientes.

Resoplaste, desviando la mirada de tú amiga antes de cerrar el libro que descansa sobre tu regazo y levantarte.

—Deja de ser tan dramática, Spellman. No es así.

—¿Ah si?— ella sonrió—. Entonces, ¿por qué te ha estado mirando con esos ojos de cachorrito enfermo de amor desde que nos vio en las escaleras?

Sus ojos se agrandaron y tomó a su amiga de la mano, obligándola a caminar.

—¡Spellman! ¡Blackrose!— ambas oyen que las llama Prudence antes de que puedan desaparecer por el pasillo.

Sabrina volteó a mirarte, molesta, y se volvió hacia las extrañas hermanas y Nicholas.

—Hola, Prudence—. ella simplemente saludó.

—¿Y qué es este libro que veo...?— dijo con una sonrisa—. Magia oscura, ¿eh?

—Saben que está prohibido practicarlo—. les recordó Dorcas.

—¿Quién dijo algo sobre practicar?— respondiste—. Se llama leer.

—Ahora, si nos disculpan, tenemos que irnos—. agregó Sabrina.

Prudence las miró de arriba abajo antes de darse la vuelta y chasquear los dedos a sus hermanas para decirles que la siguieran.

Y una vez más, antes de que las dos amigas pudieran irse, alguien las detuvo. Esta vez fue Nicholas. Te agarró por la muñeca, obligándote a girarte y mirarlo.

—No estás usando ninguno de esos hechizos, ¿verdad?— preguntó.

—Si no te conociera mejor, diría que estás preocupado por mí, Scratch.

—Lo estoy.

—Bueno, no lo estes—. le sonreíste—. Sabes que soy poderosa. Y además, lo tenemos todo bajo control.

El se quedó mirándote a ti y a Sabrina inseguro sin poder creerles del todo.

—Si necesitas mi ayuda sabes que puedes llamarme—. insistió.