10 | Casa del árbol.

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Al día siguiente, Helen no fue a estudiar y Marcos se preocupó. Estuvo queriendo hablar con Nicolás durante toda su estadía en el colegio, pero fue imposible; no sabía bien cómo, pero se escabullía con facilidad.

Se resignó al hecho de que no podría verla ese día, pero pasadas las tres de la tarde se sintió vacío. No sabía si lo que estaba creando y alimentando en su ser, era una dependencia emocional, pero se sentía genial. No sabía si la cercanía de Helen era una droga, pero quería seguir probando.

Le preocupaba pensar que Helen había sido golpeada por su padre o castigada. Se sentía en parte responsable, pero se negaba a experimentar arrepentimiento, le rompería la boca a Christopher otra vez, si fuera necesario. Para calmar la desesperación y angustia, decidió ir al garaje de su casa y retomar el arreglo de una motocicleta que su padre había dejado en el olvido. Era de un modelo antiguo, pero dado que no podía saber nada de Helen, tenía que poner sus pensamientos en otra cosa y ¿Qué más que otra de sus pasiones? La mecánica.

Tenía bastante en claro que su carrera elegida era la mecánica automotriz, pero temía mucho no estar lo suficientemente listo para aguantarla. Eran dudas tontas, porque Marcos no era del tipo de personas que dudaba de sus capacidades, pero el miedo al futuro le hacía sopesar hasta su propia cordura.

Su teléfono vibró dos veces y quiso olvidarse de él, quería concentrarse de lleno en lo que estaba. Sus manos y cara estaban embadurnadas de grasa de la moto. Sus padres habían sostenido una larga conversación posterior a la pelea. Sobraba decir que no les había agradado la noticia, pero su padre principalmente se había sentido orgulloso de que su hijo se peleara por defender el honor de una chica.

No pudo evadir más la vibración del teléfono y fue a ver qué era. Era un mensaje de texto de un número desconocido:

Te veo en la casa del árbol del patio trasero de mi casa, a las 8pm. HH.

HH. Helen Hedrickson.

Helen le había mandado un mensaje y lo había citado.

Su corazón quiso salir del pecho. Se calmó y aun manchando la pantalla de su móvil con las huellas dactilares en grasa, agendó el número de Helen. No entendía por qué no había enviado un WhatsApp, pero tomó lo que la vida le había dado y lo atesoró.

Tuvo que comunicarse con Nicolás y convencerlo, para que éste le dijera dónde vivía Helen. Le había dicho qué rutas de autobús tomar y qué casa era. A dos calles de la casa de Helen quedaba la iglesia, donde seguramente estarían hasta las siete pasadas, por lo que debía ser muy cuidadoso. También le dijo que si ella lo había citado allí, era porque estaba castigada, pero no sabía bien por qué se iba a arriesgar llevándolo literalmente a su casa.

A las siete y veinte minutos, Marcos estaba caminando ya por la calle por donde se suponía estaba la iglesia. Claramente allí había una y él pudo oír la voz de un hombre a través de un micrófono. Esperó afuera un rato, pero no pudo ver a Helen desde ahí. Decidió ir en busca de su casa. Era una pequeña, de una sola planta. Tenías rejas de madera blanca cercando su patio trasero. Había muchas flores y a Marcos le recordó su trabajo y lo nerviosa que la había puesto.

Vio la casa del árbol y trepó a ella con gran facilidad y se dispuso a arriesgar el todo por el todo, esperando que apareciera ella o cualquier otra persona.

El tiempo se hizo eterno, pero pasadas las ocho de la noche, escuchó voces en la casa y vio algunas luces encendidas. La casa del árbol no era grande, tenía una sola puerta y una sola ventana. Estaba bonita, nada descuidada. Se preguntó si Helen la frecuentaba para hacer trabajos o lo que fuera y escuchó un susurro desde abajo.

—¿Marcos? — era su voz, él apenas se asomó un poco para que ella lo viera y se metió de prisa. Estaba muy nervioso. No sabía ella por qué lo había citado allí. Ella apareció después de unos segundos con un vestido negro que combinaba con una balaca del mismo color y llevaba el cabello cuidadosamente cepillado. — Pensé que no vendrías.

VORÁGINE Y COMPULSIVO │EN PROCESODove le storie prendono vita. Scoprilo ora