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Esa noche Jungkook soñó con una mamada.

No hay mucho que explicar, sólo ellos dos en aquel establecimiento de la gasolinera, con Jimin reclinado dándole placer mientras él se hundía en su boca una y otra y otra vez. Despertó con el vago recuerdo del sueño y una mancha en el pantalón que Jimin le había prestado.

"Maldita sea" fue su primer pensamiento de ese día.

Era jueves y debería estar en clase pero allí estaba, en el cuarto del enano. Se incorporó y pronto se dio cuenta de que estaba solo en la habitación, la cama de Jimin estaba deshecha todavía, pero fría. No había ido al baño simplemente.

"En algún momento debió despertar y haberse ido. Estará como un tonto congelado en el sofá" pensó mientras se crují el cuello.

Eso y el dolor de su hombro eran la única garantía de que al menos un rato durmiendo abrazados. No obstante, la sensación no era agradable pues sabía que hirió a Jimin.

Él no había tenido relación con su madre pero aún así, de hecho tal vez por eso mismo, podía entender a Jimin y lo angustiado que estuvo la noche anterior. Tanto como para aferrarse a él y buscar consuelo entre sus brazos.

"No solucionamos absolutamente nada, no es como si esperase algo distinto" pensó tras corregirse por haber imaginado que ya todo volvería a estar bien a la mañana siguiente.

Descalzo y despeinado se levantó y dio un par de pasos por la habitación. Sobre el escritorio había una foto; era Jimin con quien imaginaba que debía ser el famoso Jackson. Era pelirrojo y con unas gafas que le daban un toque intelectual.

"No nos parecemos en nada."

Lo miró detenidamente, para él, ese Jackson era el culpable de la baja autoestima de Jimin, pese a que en la foto este sonreía junto al pelirrojo; parecía estar loco por él.

Dejó la foto y con confianza abrió el armario de Jimin, no podía salir al pasillo con ese pantalón manchado. Luego fue al baño, se lavó la cara, hizo un vago intento de peinarse y minutos después estaba bajando las escaleras.

Se oían ruidos en la cocina así que fue allí directamente, le preocupaba haber dormido demasiado y que los Park ya estuvieran vestidos y desayunado sin él, pero allí sólo estaba Jimin.

Este preparaba el desayuno mientras lo colocaba todo en la bandeja para su madre, con una tonta florecilla y todo. Jungkook se enterneció al verlo hacer algo así; tanto tiempo mimando a Jimin que no pensó que él pudiera consentir así a otros.

—¿Y mi bandeja? — bromeó con coqueteo, ese tono era algo intrínseco a su persona independientemente de en qué punto estuviera su relación.

Pero Jimin no reaccionó lo más mínimo.

—Buenos días. Lo tuyo está ahí... — señaló sin más un café con tostadas sobre la mesa.

Al fin y al cabo era anfitrión. Al momento, Jimin agarró el desayuno de su madre y caminó hacia la puerta.

—¿No desayunas conmigo?

—Ya desayuné, voy a subirle esto a mi mamá o se enfriará.

—Oye, Jimishi... debo decirte que de verdad siento lo insistente que fui ayer. Yo provoqué la situación y encima te juzgué. Fue una broma que se me fue de las manos.

—Olvidalo, yo ya lo he hecho.

Jungkook se acercó despacio por detrás, no iba a besarlo pero aún así Jimin giró la cabeza.

—Lo siento... — murmuró.

Jungkook se alejó un par de pasos y Jimin huyó de allí.

Lo hizo porque no se sentía muy digno tras haber llorado y mosqueado su camiseta como un bebé, además de que por fin había reflexionado sobre su manera de comportarse.

Alone between Wolfs [Kookmin]Where stories live. Discover now