Libro 1
ADVERTENCIA, ESTA HISTORIA CONTIENE ESCENAS +18 Y +21 ENTRE OTROS TEMAS.
Nathalie Parson se graduó de maestra y tras unas pequeñas vacaciones encontró trabajo en un colegio no muy lejos de su departamento.
Hunter Meyer viene de una familia...
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—Deja de mover los pies asi porque te vas a lastimar —coloco las manos sobre los hombros de Ian. —¿Estás nervioso?
Niega y después asiente.
—Melissa es mi amiga, pero...a veces me cuesta decir cosas. —dice mirando la hora en la laptop.
—No tienes que hacer nada, créeme que ella estará gustosa de verte y las palabras saldrán. —le beso la frente. —Te traeré un poco de fruta para que calmes los nervios.
Danielle prometió ir a la casa del gobernador y hacer que Melissa tenga una videollamada con Ian. Espero que pueda conseguirlo, porque este niño está demasiado ansioso por ver a su amiga
Llevamos ya un mes y una semana aquí, cada día que pasa me gusta más, pero no quita el hecho de que quiero volver a Nueva York, ver a mi mejor amiga, a Nick y a Hunter, con el que he estado haciendo videollamada cada tres días, ya que ha estado muy ocupado.
Rose cumplió 9 meses ayer y lo festejamos comprándole un pequeño pastel para tomarle una fotografía. Todas se las envié a su padre y las guarde en el álbum que tiene con fotos de Zay.
Seguro en un futuro querrá verlas y le diré cuan emocionada estaba su madre por su llegada.
Le pongo uvas, plátano y fresas en el plato que le llevo a Ian dejándolo sobre la barra de la cocina.
—Faltan 20 minutos, ten un poco de paciencia. —le digo tomando el tenedor. —Abre. —le doy la fruta muriendo de amor cuando sus mejillas se inflan. —Oye...te voy a decir algo.
Se pasa el bocado tapándose la boca con la mano.
—¿Es algo malo? —inquiere.
Niego tomando una fresa.
—No, es una buena noticia. —respiro hondo. —¿Que te parece la idea de ser hermano mayor?
Frunce el ceño.
—Rose no es mi hermana. —dice serio.
—No, no estoy hablando de Rose. —tomo otra fresa. —Hablo de que tengo dos bebés dentro de mi y por lo tanto serás hermano mayor.
Se queda procesando lo que le digo, hasta que poco a poco se va asomando una sonrisa en su carita hermosa, la cual se borra al instante bajandose del banquillo y corriendo lejos de mi.
Okey, eso no me lo esperaba.
Tomo otra fresa caminando detrás de él, está a punto de cerrar la puerta de su habitación, pero logró meter el pie para que me deje entrar. Se sube a la cama empujando los cojines lejos.
—Oye, ¿Que pasa? ¿Porque estás enojado? —intento tomarlo, pero se aparta. —Ian, dime qué pasa, cariño.
Niega evitando verme, lo empujo un poco para meterme en la cama. Está de lado, con una mano bajo su cara y no me mira cuando quedó frente a él, en la misma posición.
