"A través de las estrellas"

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Silencio.

No escuchaba nada.

Cerró los ojos un par de segundos hasta que dejó de sentir aquel mareo extraño.

Lo borroso pasó a estar difuminado y lo difuminado cada vez más claro.

Estaba en el bosque, sentado en la entrada de la tienda de campaña.

Miró sus manos. En una su varita. En la otra el mapa del merodeador. Un pequeño cartelito en la sala común de Gryffindor decía claramente "Ginny Weasley".

- Ginny…- Susurró.

Intentó levantarse pero le temblaron las piernas y volvió a caer al suelo, mareado. Una figura salió de la tienda y lo miró preocupada.

- ¿Te encuentras bien?- Preguntó Hermione.

Harry se llevó las manos a la cabeza. Un montón de imágenes desordenadas y borrosas pasaron por su confusa mente. Ginny y él en la lechucería, los dos en la sala de los menesteres, montando en escoba, bailando en la torre de astronomía…

- ¿Harry?- Insistió Hermone preocupada.

Harry no le respondió. Nada tenía sentido. No lo entendía. Era como esos sueños que intentas volver a recordar cuando despiertas pero no lo logras y sólo tienes destellos de imágenes confusas.

- ¿Qué ha pasado?- Preguntó y se dio cuenta de que su boca estaba seca.

- Nada…

- ¿Nada?- Hermione le escrutaba con la mirada.- Harry no me mientas. ¿Son las visiones, verdad? ¿Has vuelto a tener otra?

Visiones… Quizás sí, quizás había sido eso. Quizás todo había sido por culpa de Voldermort… Se enjuagó los ojos y sacudió la cabeza, intentando despejarse de aquel mareo extraño. Hermione le miraba preocupada pero con cierto deje de reproche en su cara.

Entrecerró los ojos intentando en vano que las imágenes cada vez más escasas de su mente se volvieran claras. Pero no lo conseguía. Volvió a mirar en el mapa del merodeador el letrero que decía "Ginny Weasley" y un extraño escalofrío recorrió su cuerpo. No era como esos que tenía cuando algo malo ocurría, cuando Voldemort estaba cerca o cuando entraba en su mente. No. Lo que acababa de sentir no era a causa de Voldemort.

- Harry.- Insistió Hermione.

- Yo… Estoy bien, Hermione. Sólo… me he mareado un poco.

- ¿Seguro que no tiene nada que ver con él?

- No, no… Creo que es porque no he comido demasiado últimamente.

Notó cómo Hermione hacía una mueca y entristecía.

- No es por tu culpa.- Se apresuró a decir.- Hacemos lo que podemos.

- Gracias… ¿Seguro que estás bien?

- No te preocupes, de verdad.

Hermione le sonrió débilmente y entró de nuevo a la tienda. Harry se quedó parado. Parpadeó un par de veces y se revolvió el pelo con la mano.

Las confusas imágenes se habían ido.

Ya no había nada.

Suspiró y volvió a sentarse apoyando su espalda en la tienda de campaña. Desplegó el mapa y lo mió nuevamente. Y no supo por qué, una enorme sonrisa se le escapó al leer de nuevo aquel nombre: Ginny. La sonrisa se convirtió en una carcajada silenciosa y se sintió estúpido. Porque de pronto comenzaba a sentir que todo estaba bien. Que todo era una mierda, pero que estaba bien.

Sintió un calor especial al pensar en aquella pelirroja que descansaba en la sala común de Gryffindor. No sabía por qué, pero sabía que volvería a verla. Y sabía que volvería a tener la oportunidad de besarla de nuevo, de decirle lo que sentía por ella. Porque la imagen de la boda de Ginny con un hombre sin cara cada vez era más borrosa también. Algo dentro de él le decía que más le valía ganar esta maldita guerra para poder ser él el que la esperara en el altar.

𝑨 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆́𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Where stories live. Discover now