"Charla De Chicas"

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El día estaba siendo muy largo. Parecía haber pasado una eternidad desde el momento en el que había abierto los ojos y había visto a un Ron mucho más joven del que recordaba. Todo era confuso y extraño, pero no podía evitar en el fondo algo de felicidad por todo lo que estaba pasando. Volver a ver a Ginny, escribir a Sirius, hablar con Dumbledore… tenía que reconocer que en su interior, una pequeña parte de él, estaba feliz. Y eso hacía que se sintiera algo culpable…

Caminaba hacia el Gran Comedor como si estuviese sonámbulo. En realidad no comía decentemente desde mucho tiempo atrás, pero no tenía hambre. No dormía más de cuatro horas seguidas desde que dejaran Grimmauld Places, pero no tenía sueño. Acabar dentro de tu propio cuerpo tres años más joven tenía algunas ventajas. Aunque no podía evitar sentirse algo bajito. Sabía que no era especialmente alto, no tanto como Ron, pero ahora podía notar cuánto había crecido en esos últimos años.

Ahora que estaba más relajado y tranquilo después de haber hablado con Dumbledore, paseaba por los pasillos de Hogwarts y no se lo creía. Era demasiado extraño volver a vestir el uniforme y pisar ese suelo después de pensar que no volvería. Pero estaba allí.

Entraron al comedor y Ron le indicó con la mano un ligar vacío en la mesa de Gryffindor donde sentarse. Se encaminaron hacia allí mientras se fijaba en los alumnos que había a su alrededor. Veía muchas caras conocidas en las que no se había fijado nunca cuando estaba en cuarto. Una Romilda Vane de segundo curso le miraba con mala cara, seguramente creyendo que era un tramposo por amañar el Cáliz de Fuego para que apareciese su nombre. Cómo podían cambiar las cosas… Pasó al lado de Angelina, Fred y George y no pudo evitar sonreír al recordar viejos tiempos en los que los cuatro jugaban en el mismo equipo. Estudiantes de Bouxbaton y Durmstrang iban de aquí a allá hablando con amistades de diferentes casas. Todo era tan extraño…

Se sentó en la mesa con Hermione a su lado y Ron en frente. Nunca pensó en volver a vivir un momento tan simple como ese. Miró hacia la mesa de los profesores y no pudo evitar soltar un gruñido al ver a Snape. Maldito príncipe mestizo de las narices… Apretó fuerte las manos y la mandíbula se le tensó. Tenía que controlarse para no levantarse y pegarle un puñetazo en toda la nariz. Pensar que Dumbledore confiaba en él…

- ¿Qué ocurre?- Preguntó Ron al mirar su cara de rabia.

Hermione miró a los profesores y creyó saber qué ocurría. Moody estaba sentado al lado de Snape.

- ¿Es por "Ojo-Loco"?- Harry le miró sin entender.- Ya sabes, por todo lo que nos has contado.

- No, no es por eso. No pasa nada… Además, ya habéis oído a Dumbledore, hay que comportarse como si no supiéramos nada.

- Eso va a ser difícil.

Harry y Hermione se dieron la vuelta para ver a qué se refería Ron. Allí, no muy lejos de ellos, Cedric Diggory entraba al Gran Comedor junto con dos amigos. A Harry se le paró el corazón al verle, igual que le había pasado al ver a Dumbledore. Hermione, a su lado, volvió a mirar al frente intentando esconder una lágrima, pero no lo consiguió.

- ¿Estás bien?- Le preguntó Ron, pero ella no le contestó. Seguía sin poder creer lo que les había contado Harry sobre la marcha de su amigo. No podía creerlo. No. No de Ron…

- Hermione, tienes que controlarte. Todos tenemos que hacerlo.- Dijo Harry.

- Lo sé, lo sé. Es sólo que es tan triste… ¡No es fácil!

- ¿Y crees que para mí lo es? La última vez que lo vi fue en una situación muy diferente a esta…

Empezaron a cenar intentando olvidarse de que a pocos metros de distancia Cedric, y todo lo que eso representaba, estaba sentado comiendo animadamente, ajeno a los pensamientos de los tres amigos.

𝑨 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆́𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Kde žijí příběhy. Začni objevovat