"El Bailé de Navidad II"

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El corazón le latía a mil por hora. Tenía delante a Ron, más cerca de lo que nunca antes lo había estado. Con la mano izquierda entrelazaban sus dedos y con la otra, apoyada en su cintura, le hacía recordar que ese momento era real. Y encima de ellos la planta más oportuna del mundo: Muérdago. Se miraron un segundo antes de poner su atención de nuevo hacia esas hojas verdes que levitaban encima de sus cabezas. Ambos sabían qué significaba aquello.

Hacía un tiempo que ya sabía lo que sentía por Ron y ahora, después de meses preguntándose si lo que sentía por su amigo estaba bien, venía Harry del futuro y le decía que ese pelirrojo despistado y glotón que tenía delante también sentía lo mismo por ella.

- Hermione…

Ron la llamó, dudando. Pudo notar lo nervioso que estaba, igual o incluso más que ella. Se suponía que su primer beso iba a ser con Viktor Krum, pero no podía pensar en nadie más perfecto que Ron para aquel momento.

Un beso, un simple beso que cambiaría todo entre ellos.

La música dejó de sonar, las Brujas de McBeth dejaron de tocar y los alumnos rompieron en aplausos. Algo le llamó la atención detrás de Ron. Allí, cerca de donde antes estaban Harry y Ginny mirándolos, estaba Viktor. La miraba desde el otro lado, con los ojos tristes y cara de confusión.

Ron comenzó a acercarse. Pero no podía. No así. Quería que su primer beso fuese con él, pero no quería sentirse culpable por hacerlo. Quería que al recordarlo lo único que sintiese fuera felicidad. Y sabía que si besaba a Ron en ese momento no iba a conseguir eso.

- Ron, no puedo…

Se separó de ella y la miró sin entender. Hermione estaba segura de que por su cabeza pasaba una y otra vez a la velocidad del rayo la pregunta "¿por qué?".

- Yo… pensé… lo siento.

Vio cómo sus orejas se ponían rojas como de costumbre y se apartaba de ella poco a poco.

- Y pensaste bien, de verdad.- Se apresuró a aclarar.- Pero…

Lanzó una mirada a Viktor, que seguía observándola, y Ron se dio cuenta.

- Es por él, ¿no?

- No… Bueno, sí. Pero no por la razón que tú piensas.

- No entiendo.

- Viktor se ha portado muy bien conmigo, Ron. Ha sido un gran amigo y todo un caballero conmigo. No puedo hacer esto, no delante de él.

Ron guardó silenció durante un momento.

- Creo… Creo que te entiendo. Pero… Eso no quiere decir que tú no quisieras… bueno, que no hubieses querido que nosotros… ¿no?

Sonrió al ver a Ron tan nervioso. Mejor aún, nervioso por ella.

- Me hubiese encantado.

- Bien, bien…- Ron parecía satisfecho con la contestación.- Entonces será mejor que te deje con tu…- Se calló al no saber cómo definir qué era Krum para Hermione.

- Sólo es mi pareja por esta noche, nada más.

- De acuerdo.

Ron sonrió. Una sonrisa sincera. ¿Estaría pensando en ellos dos pasada esa noche? Quizás… pero le gustaba pensar que así era.

- Gracias por el baile.

Entonces Ron se acercó. Tan cerca como había estado hacía unos segundos. La miró con sus orejas todavía rojas y le dio un tierno beso en la mejilla.

- Gracias a ti.- Le susurró al oído.

Ron alzó la mano y cogió la pequeña ramita de muérdago que estaba todavía sobre sus cabezas, la guardó en su bolsillo y se fue de allí buscando a Harry o Ginny o… ¿Qué más daba a quién? Estaba paralizada. Sostenía en sus manos la rosa que Ron le había regalado y comenzó a darle vueltas para intentar calmarse. ¿Había venido también el Ron del futuro? Porque ese pelirrojo no parecía el mismo de hacía una semana.

𝑨 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆́𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Where stories live. Discover now