En esta historia los papeles se invierten, no es el chico popular y guapo que apuesta por la pobre e inocente chica nerd. Es ella quién está dispuesta a ganar una buena cantidad de dinero por enamorarlo.
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— Convivir como hermanos—
No solamente tenía que aguantarme a la tonta niña en el instituto y en mi casa, ahora tenía que acompañarme al tonto viaje con mis amigos ¡Mis amigos! Tengo que compartir mi casa, mi Nana, mi hermana y ahora también a los imbéciles de mis amigos.
La ira me estaba consumiendo y mi única manera de desquitarme era tirando las cosas en mi maleta, odiaba el desastre y tener todo desordenado en la maleta me hacía molestar más.
Tomé un poco de aire antes de empezar a organizar el desastre que yo mismo había hecho.
Si llegaba tarde por la tonta de Maggie. Cerré los ojos y solté un suspiro, Nana entró a mi habitación, odiaba que entrarán sin pedir permiso pero era mi Nana, no podía molestarme con ella.
— Maggie esta lista y Jackson te está esperando abajo.
— Ya bajo.
Ella asintió y salió de la habitación, termine de acomodar mis cosas y bajé mi padre estaba abajo junto con Margaret la madre de Maggie.
— Connor. — Mi padre me llamo.
— Rodee los ojos antes de voltearme hacia Margaret. — Lamento mucho haberme ido y no quedarme a cenar.
Margaret me sonrió.
— No te preocupes, entiendo que hayas querido estar con tus amigos y aprecio tus disculpas, disfruten mucho el viaje.
— Gracias.
Mi padre me miró con el mento en alto y asintió.
Salí de la casa hecho una furia, subí a mi auto y cuando me asegure que ni mi padre ni Margaret habían salido para despedirnos, puse mi auto a andar, que Jackson se encargué de la nerd no la quiero conmigo en estos momentos.
No entiendo porque papá tenía que hacernos estos, estábamos muy bien como estábamos, él llegando a altas horas de la noche y yéndose a primera hora en la mañana, solo viéndonos en eventos sociales, cumpleaños y festividades, sin mucho contacto, cada quién en su mundo pero sin otra mujer y mucho menos con una hija. Nuestras vidas eran perfectas como estaban.
¡Claro que conocía de su romance con la asistente! Todos los ejecutivos pasan por ese poco original momento y lo aceptaba, siempre y cuando no atormentará nuestras vidas de otra manera.
Pero Eleazar Morgan hacia las cosas a lo grande, porque él no sabía de qué otra manera hacerlo.
Ninguna mujer sustituiría a mi madre y mucho menos una asistente.
