En esta historia los papeles se invierten, no es el chico popular y guapo que apuesta por la pobre e inocente chica nerd. Es ella quién está dispuesta a ganar una buena cantidad de dinero por enamorarlo.
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— Rumores —
Ha pasado una semana desde que estoy en la nueva casa, desde que nos mudamos con los Morgan e intentamos ser una familia. El fracaso nos persigue si soy honesta, Connor sigue sin querer abrirse con mi madre, solo habla lo necesario y después se encierra en su cuarto, Anne está muy feliz de tener a mi madre en su vida así que la actitud de su hermano le da muy igual, Eleazar está muy frustrado por la actitud de Connor y mi madre intenta comprenderlo.
Yo solo estoy existiendo, no le generó problemas a mi madre, ni malos gustos a Eleazar, la mayor parte del tiempo estoy con nana en la cocina o con Anne en el jardín ayudándola con sus tareas y haciendo las mías.
Connor habla conmigo a veces pero solo lo necesario, una vez se sentó conmigo en el jardín para hacer la tarea de matemáticas juntos.
— ¿Que? — Fue la respuesta brusca que me dió cuando lo mire raro por sentarse en la silla de al lado.
Me encontraba en el jardín, al frente de la piscina con muchos libros y cuadernos en la mesita con una enorme sombrilla para cubrirnos de la pepa e sol como diría mi abuelita.
— Nada. — Respondí rápidamente y baje la mirada a mi cuaderno con una sonrisa divertida.
No hablamos nada pero el silencio no fue para nada incómodo, nos habíamos acostumbrado a él por todas las mañana que íbamos al instituto, como en esta ocasión, la música nos acompañaba a un volúmen prudente Hips Don't Lie de Shakira empezó a sonar, los dos tarareabamos la canción en voz baja sin prestarnos mucha atención.
— Baila la calle de noche, baila la calle de día. — Murmuré y Connor se me quedó viendo.
— No cantes en español en presencia de Mario. — Me pidió.
No pude evitar soltar una carcajada al igual que él.
Llegamos al instituto y nos bajamos del auto, tengo que decir que los supuesto rumores de mi noviazgo con Connor habían disminuido muchísimo pero hoy, el ambiente era muy raro, todos nos veían con diversión en sus rostros.
Fruncí el ceño, saludé a los chicos de lejos y caminé hasta mi casillero.
— Maggie. — Julieta llegó rápidamente a mi lado. — No sabes todo...
Se quedó callada por el grupo de Britney venía hacia nosotras con una sonrisa malvada en su rostro.
— Miren a quién tenemos aquí, a la rata de biblioteca.
