Capítulo 31: Las musas nos bendicen.

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Después de pasar gran parte de la tarde con Ranmaru, mientras los tres jugaban con lo gatos que habían encontrado, los tres regresaron de nueva cuenta a la mansión para darse un baño.

Aún después de que Claudia le diera un baño a Alex y se diera un baño ella, faltaba aún bastante tiempo para que llegara la hora en la que Tokiya, iba a leerle un cuento a Alex, así que Claudia, fue con su bebé a la sala de música para tocar el piano con el niño.

Alex, estaba sentado en las piernas de su madre mientras que con sus pequenas manitas presionaba las teclas del piano.

Claudia, le iba mostrando a Alex, las teclas que debía tocar y le decía cual era el nombre de la nota que tocaba al igual que le enseñaba como se leía la nota.

Alex, escuchaba con atención lo que su mamá le decía para intentar tocar el piano.
Aún se le dificultaba mucho pero Claudia, siempre le besaba la cabeza y le decía que lo estaba haciendo muy bien, que cuando creciera, sería mucho mas fácil para él, tocar no sólo el piano sino también otros instrumentos.

A Alex, le gustaba mucho cuando su mamá le daba clases en el piano pues, aunque no lo hiciera del todo bien, recibía besos y abrazos de su madre.

Cecil, se encontraba observando a Claudia y a Alex, desde la rama de un árbol cercano a la ventana de la sala de música.
Dicha ventana estaba abierta y era posible escuchar lo que decían.

Cecil, veía con una sonrisa como Alex, parecía tan concentrado en tratar de tocar el piano.
Sus manos eran muy pequeñas todavía y por eso se le dificultaba pero ya había memorizado como se trazaba cada nota en papel y como sonaba cada una, lo cual era impresionante para un niño de su edad.

Verlo así solo le confirmaba que las musas bendecían tanto a Claudia, como a Alexander.

Verlo así solo le confirmaba que las musas bendecían tanto a Claudia, como a Alexander

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Decidió unirse al niño y a la idol en su clase de piano así que entró por la ventana.

-Hola- los saludo Cecil, mientras entraba por la ventana- ¿Puedo unirmeles?

-Claro que sí- le dijo Claudia.

-¡Cecil!- exclamó Alex al verlo- Etoy tocano el piano- le contó el niño al idol.

-Y lo estás haciendo muy bien- le dijo Cecil a Alex- ¿Me dejarías tocar el piano contigo?- le preguntó a Alex.

-Shi- le dijo el niño.

-En ese caso, ¿me enseñarías lo que has aprendido?- le pregunto Cecil al niño.

Alexander, rápidamente le comenzó a enseñar al idol lo que su mamá le había enseñado.

Cecil, se sentó junto a Claudia y tocaba en el piano las notas que le iba mostrando Alex.
Él, no tenía mucha experiencia tocando el piano pero, después de haber visto a Claudia enseñarle a Alex, por los últimos 30 minutos, había aprendido un poco él también.

-Esto es muy divertido. Me recuerda a cuando estaba aprendiendo a bailar el Agnadance- comentó Cecil.

-Deben ser recuerdos muy lindos- le dijo Claudia al idol.

-Sí, lo son- le dijo él.

-Yo quiero bailar Anadance- dijo Alex.

-¿Quieres que te enseñe a bailar el Agnadance?- le preguntó Cecil al niño.

-¡Shii!- exclamó muy feliz el niño mientras levantaba sus dos bracitos.

Cecil, se sintió muy feliz de que Alex, a quien quería como si fuera su hijo, quisiera aprender el Agnadance.
Rápidamente, tomo al niño en brazos para después dirigirse al centro de la sala música para comenzar a enseñarle.

Primero, le enseñó como debía pararse y después la forma en la que debía colocar sus brazos.

Cecil, llamó a Claudia para pedirle que lo ayudara para que Alex, no fuera a caerse.
Después de que Claudia, llegó a su lado, le enseñó a Alex, como debía de girar.

Después de varios minutos de practica, Alex y Cecil, estuvieron listos para bailar el Agnadance

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Después de varios minutos de practica, Alex y Cecil, estuvieron listos para bailar el Agnadance.

Los dos sonreían felices mientras bailaban juntos.

Cecil, en un principio creyó que sería complicado que Alex, aprendiera el Agnadance, ya que incluso a él le había tomado algo de tiempo aprender el Agnadance.
Alex, había aprendido muy rápido el baile.

Se sentía sumamente feliz al bailar con Alex, incluso paso por su mente el pensamiento de si su padre se había sentido de la misma manera la primera vez que lo había visto bailar el Agnadance.

Claudia, veía como Cecil y Alex, bailaban alegremente.
Se veían demasiado alegres y por eso Claudia, dudaba en hablarles y decirles que ya era hora de que ir a cenar.

Masato, fue a buscarlos poco antes de que fuera hora de la cena y al ver que Alex, estaba bailando, aprovechó para grabar un vídeo del niño, después les dijo que era hora de prepararse para ir a cenar.

Los cuatro se dirigieron al comedor para cenar con todos los demás.

Mientras cenanaban, Masato les contó que Alex estaba bailando en ma sala de música con Cecil y les dijo que había tomado un vídeo del niño.
Les envió el vídeo a todos, incluidos Saotome, Hyuga y Ringo.

A todos les pareció adorable ver a Alex, bailando.

Cuando terminaron de cenar, Tokiya, fue a leerle un cuento a Alex, como ya era costumbre suya y del niño.

Cecil, le envió el vídeo de Alex, bailando el Agnadance a su padre.
Últimamente, hablaba mucho con su padre por teléfono y le contaba mucho sobre Alex, al punto de que el rey de Agnapolis, ya consideraba al niño su nieto.

El padre de Cecil, quedó encantado al ver al niño bailar el Agnadance.
Él, al igual que Cecil, estaba seguro de que si las musas tenían un favorito, ese era Alex.

Continuará...

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Ya esta listo el siguiente capítulo de esta historia.

Espero que les guste.
Gracias por leer.

Les mando un abrazo.
❤🥰

Una gran mujer. (Utapri) (Utapri Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora