35- Bestias sedientas de sangre

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Aquellas bestias que salieron de las gemas mágicas se lanzaron contra Henkikoira y Dafne, la chica logró azotar su espada contra el suelo lanzando una ráfaga de viento helado pero fue en vano, el tigre con cuernos la tumbó al suelo listo para comérsela pero aun con todo eso ella con su mano pudo congelarlo y así tener una ventaja para escaparse.

—Es la primera vez que tengo esta sensación en muchos años — musitó la chica asustada —, era como hace seis años... Bandera Negra.

—Híbrida detrás de ti — exclamó Henkikoira.

Pronto el ser amorfo quiso atacarla pero una flecha disparada por el chico de cabello bicolor dio de lleno contra el único ojo de ese monstruo, Dafne estaba paralizada del miedo pues su bestia interna, Aysel, estaba completamente asustada, temerosa y tensa. Con sus manos tomó su espada nuevamente pero seguía temblando, respiró profundamente para tranquilizarse y continuar con su pelea. 

—Algo que admiro de los híbridos: siempre toman lo mejor de sus padres — murmuró Henkikoira —, ¿qué pretende hacer? su olor está cambiando. Huele a sal de mar, su olor de lobo se va disipando poco a poco.

(...)

Etannsti y Kassia se enfrascaron en un combate muy duro en la manada de Ceres, el chico que salta en el tiempo no llevaba ni por un segundo la ventaja, de un golpe la sirena mandó al joven contra una de las cabañas destruyéndola hasta que no queden más escombros. 

—Mucho ruido y pocas nueces, niño — dijo Azrael con una rosa negra entre sus dedos.

—Qué pena con ustedes pero — decía Etannsti levantándose de los escombros —, apenas estoy calentando.

El peliblanco atacó a Kassia a una velocidad que a simple vista parecía superar todos los límites, con gran fuerza mandó a la sirena a varios metros de él, ella apenas pudo recuperarse enterrando sus pies en la tierra húmeda de la aldea. Preparó una esfera de agua en su puño derecho cuando empezó a sentir su cuerpo paralizado.

—Ya comprendo — mencionó Etannsti sin emoción alguna —, tal parece que ustedes están detrás de los ataques a las manadas ¿no es así? y piensan que esos lugares formarán parte de su mal llamado "espacio vital humano" 

—Qué bien que lo entiendes — murmuró Gahlia —, pero ningún humano ha querido ir a estas islas insignificantes. 

—Es inútil, ustedes saben que desde tiempos inmemoriales los humanos han compartido este mundo con otras criaturas, es absurdo pensar que quieran ir a una guerra por un pedazo de tierra — exclamó Etannsti mandando varias armas cortopunzantes contra Gahlia y Azrael —, la guerra sólo implica pérdidas para cada bando.

El peliblanco empujó a Kassia contra sus compañeros ahora que ella podía moverse, cada palabra que salía de la boca de Etannsti estaba cargada de verdad. ¿Cuál era el verdadero propósito de Windsor y Nibiru? ambos seres que nunca revelan más que sus órdenes las cuales han causado tantos desastres por un propósito que aún está por descubrir. 

—Si desean pelear, yo estoy aquí, y si es necesario moriré por lo que es correcto — exclamó Etannsti —, esta es mi villa y no permitiré que nadie le haga daño a ningún inocente.

—Ya suenas cómo un justiciero — exclamó Azrael preparando una rosa negra pero justo cuando la iba a lanzar una flecha lanzada desde atrás le cruzó el pecho.

Sobre una roca de la playa estaba una mujer de pelo azul claro, ojos marrones, vistiendo un largo vestido verde brillante sosteniendo un arco curvo con una flecha ya puesta sobre la cuerda, vigilaba con recelo el combate pero no podía decir nada ¿la razón? era una sirena por ende sus cuerdas vocales no funcionan fuera del agua.

—Nadie de esta aldea va a morir aquí — resonó ella en las mentes de todos.

Eso sin duda a Etannsti hizo sonreír con gran calma, Azrael pronto comenzó a desangrarse, de su herida brotaba una gran cantidad de sangre negra, estaba al borde de la muerte de no ser que la voz histérica de Kassia resonó en todo el lugar. 

—Azrael resiste — habló Kassia al borde de la desesperación.

La sirena que sirve a Nibiru tomó la flecha intentándola sacar con todas sus fuerzas pero con cada esfuerzo sus manos se iban congelando de a poco, y tampoco dejaría que su compañero muriera allí sin más, vio sus brazos y en ellos notó que los cubría la escarcha de hielo y se expandía cada vez más y más por todo su cuerpo. Cuando pudo sacar la flecha, la hemorragia cesó pero ella apenas y podía respirar porque el frío de esa flecha caló hasta sus pulmones.

—Debemos regresar — Gahlia sostuvo a Azrael y a Kassia.

Como si fuera una brisa de viento que se lleva las hojas en otoño, ella se marchó efímera con el viento de regreso a Cipango para curar las heridas de sus amigos. Etannsti quedó mirando como se marcharon esos sujetos que tanto caos trajeron a ese pequeño pueblo, y el sólo hecho de que Kassia haya sacrificado su propia vida por salvar a sus compañeros era de admirar. 

(...)

Windsor extendió unas apéndices hacia Dafne para atravesarla de lado a lado, acompañando a los dos seres que querían acabar con la chica, Henkikoira saltó y cortó las apéndices de su enemigo con su espada, y con un par de armas que tenía bajo su capa mantuvo a raya a los dos animales. Aunque ellos estuvieran alejados de los chicos, las bestias internas de Ivanna y Ceres empezaron a reaccionar y ellas terminaron por perder el control de su cuerpo transformándose en dos lobos de gran tamaño; Ceres en uno blanco e Ivanna tricolor entre negro, gris y blanco. 

—¿Qué está pasando? — se preguntó Jack preocupado.

—No sé qué diablos sea pero no es bueno — comentó Alexey mirando a las dos lobas alejarse.

—Vayan con sus amigos — dijo Letizia, la hija de Madame Lillith que era una niña de apenas doce años.

—Nosotros nos podremos defender solos — Harald tomó de los hombros a su hermana.

Letizia era una niña de cabello corto, negro y lacio, sus ojos eran púrpuras, su rostro era delicado y muy parecido al de su madre. Por otro lado Harald era de complexión delgada, alto, cabello rubio y ojos de un rojo intenso. Jack miró de reojo a Alexey y este asintió con toda la intención de ir a ayudar a Dafne en su pelea aun cuando eso le signifique la muerte. 

Alfa y Omega: La Dama del Mar (en pausa)Where stories live. Discover now