11.- Promesas rotas

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Luke Lewis.

Mantener distancia con Dereck fue una de las cosas más difíciles que he hecho. Tener que retener los ánimos de llamarlo, de preguntar si todo marchaba en orden, y lo más complicado del asunto, no devolverles las numerosas llamadas que me hizo.

—¿Estaré haciendo mal? —Less me observa mientras termina de hacer las coletas de Alessia.

—No en realidad —dice desviando la mirada—. Creo que esto es lo que debemos hacer. Quiero decir, él no desea nuestra ayuda, ¿qué más podemos hacer?

No respondo, me dejo caer con descuido sobre el sillón y resoplo.

—La noche de la pelea, me llamó tres veces —Less detiene sus movimientos, mantiene la atención en Alessia por un corto tiempo antes de mirarme—. En ninguna le respondí, sabes que no suelo tener mi celular cerca, cuando Justin me lo devolvió, noté sus llamadas.

—¿Lo llamaste de vuelta? —niego.

Alessia dice algo y Less la mira, intercambian algunas palabras y luego nuestra hija corre hacia donde sus juguetes se encuentran.

Juego con mis manos, apartando la mirada de ella y la concentro en la alfombra.

El sillón se hunde levemente bajo el peso de Alessandra.

—Cariño...

—Sé que no soy su padre —musito—. Lo sé bien, Less. Pero...pero no puedo evitar sentir como si mi deber fuese cuidarlo como tal. Como si él fuese mi hijo.

—Entonces llámalo —dice suavemente—. Si eso es lo que crees que debes de hacer, hazlo.

La miro, ella me sonríe y el gesto es todo lo que necesito. En los cuatro años que llevamos casados –casi cinco- Less se ha convertido en mi principal pilar, ella es todo para mí.

Siempre apoyando, siempre sosteniendo mi mano. Siempre fiel, amorosa, comprensiva.

Ella me ha dado tanto, y lo sigue haciendo.

Tomo sus muñecas y la atraigo hasta mi cuerpo, mis brazos se envuelven alrededor de ella para abrazarla en un ademán firme.

—Te amo, ojos verdes —susurro besando su coronilla.

—Oh, tenías tiempo sin llamarme de esa manera —dice con una sonrisa entusiasta—. Y por si las dudas, yo también te amo.

Se acerca para atrapar mis labios entre los suyos, me repito que estamos en la sala de mi hogar y que debo mantener el autocontrol porque de otro modo, los vecinos presenciarían un espectáculo íntimo, y me gustaba mantener mi intimidad.

El sexo con Less es estupendo, no hay otra cosa que me vuelva loco como eso, ¿Quién diría que mi chica de ojos verdes tendría una habilidad extraordinaria en la cama?

El sonido de mi celular interrumpe nuestro beso, y, por consiguiente, mis pensamientos candentes sobre mi esposa.

—Aguarda —pido sacando el celular de mi bolsillo.

Un número desconocido se marca en la pantalla y arrugo la frente.

—¿Quién es?

—Número desconocido —informo. Hago el ademán de colgar, pero Less me detiene.

—Tal vez es algún promotor —dice así que le hago caso, y tomo la llamada.

—¿Hola?

—¿Hablo con el señor Luke Lewis? —inquiere la voz desconocida al otro lado.

Antes de que el fuego se extinga.Where stories live. Discover now