Especial afterdeath 2

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Estaba en la cocina de nuevo, haciendo la cena para los dos. Mientras, esperaba a que Reaper volviese de organizar la mercancía de la floristería para mañana. Los días habían estado más tranquilos, y esa sensación de tensión y pesadez que sentía antes se había esfumado. Realmente me alegraba de que me hubiese contado sus preocupaciones, ahora nuestra relación era más cercana y había más confianza.

Reaper aún era un desastre, le costaba ser ordenado y atenerse a un horario, considerándose a si mismo un "alma libre". Pero, en verdad, poco me importaba. Se esforzaba para seguir algunas normas, ya mantenía su cuarto siempre largo, y como prometí, se levantaba e iba a dormir a la misma hora que yo. Amaba ver como se esforzaba por mi.

Mientras pensaba en mis propios asuntos el timbre del horno, anunciando que ya era el momento de sacar la comida. Era una comida sencilla, salmón al horno con guarnición de verduras variadas. Hice los dos platos y los deje en la mesa ya puesta.

Reaper: ¡Genito~!- Escuché una voz proveniente del vestíbulo-

Reaper entró al salón y me abrazo con fuerza como bienvenida. Este dejo su cabeza apoyada en mi cuello, moviendo su cabeza de lado a lado para rozar su nariz y rostro entre mi cuello y hombro. Reí levemente por las cosquillas que eso me provocaba y acaricié su cabeza.

Geno: Hola Reaper- Me separé de el como pude- Vamos a cenar ya, la cena se enfriará.

El chico asintió varias veces sentándose en la mesa, luego de una cena tranquila los dos nos fuimos a dormir.

Narración omnisciente:

El chico de ojo rojizo estaba en su cama, intentando con todas sus fuerzas dormirse y fallando en el intento. Ya era tarde, seguramente ya habían pasado las doce de la noche, pero simplemente no tenía sueño. Estaba seguro que era por que aún tenía demasiada energía en su cuerpo, lo sentía, pero había tenido la misma rutina que siempre ¿Entonces por que sus ojos no se cerraban?

Se sobresaltó al escuchar su puerta abrirse, pero sus preocupaciones se disiparon al ver que solo era Reaper. Este saludo nervioso y cerró la puerta de nuevo, avanzando por la habitación hasta sentarse a los pies de la cama.

Geno: ¿Reaper? ¿Qué haces aun despierto?- Preguntó el mayor-

Reaper: No podía dormir ¿Puedo dormir hoy contigo?

Los pómulos del albino enrojecieron al escuchar la pregunta, era un nivel de intimidad al que no habían llegado, pero con los ojos de cachorro que le puso Reaper este no pudo negarse. En menos de un  minuto ya estaban los dos estirados en la cama individual de Geno, acurrucados los dos al lado del otro.

Reaper: Pensé que estarías dormido- El joven comenzó a acariciar las caderas del contrario lentamente-

Geno: No podía dormir- Se estremeció levemente al sentir el tacto del otro, un tacto que subió hasta su estomago, por debajo de la camiseta de su pijama- Reaper~ -Dijo en forma de puchero-

Reaper: Vamos, solo un poco- Geno no dijo nada, dando un tímido asentimiento con la cabeza como respuesta-

Reaper alzó sus manos hasta el pecho contrario, apretando y acariciando sus pezones. Geno jadeaba en respuesta a cada caricia, mientras Reaper emocionado atacó su cuello con besos y lamidas. De un movimiento el mayor quedó debajo de la figura de su amante, el cual le quitaba la camiseta lentamente mientras seguía lamiendo y ahora mordiendo levemente su cuello.

La mano de Reaper de nuevo se movió, esta vez hacía abajo, al igual que su boca. Comenzó a lamer y jugar con los pezones del chico, cambiando para poder saborear los dos. Mientras la mano había bajado hasta el miembro del chico, ya descubierto y endurecido. El más joven se emocionó al sentir que su amado Geno estaba tan ansioso como el, comenzando a acariciar la extensión.

Los gemidos de Geno sonaban por la habitación vacía, mientras se estremecía por el placer que le daba su amante. Era una sensación nueva, y antes estaba algo asustado de dar ese paso, pero el placer que le brindaba era más grande que su inseguridad. Reaper empezó a alentir sus movimientos, mientras con la otra mano bajaba por completo la ropa del chico. Quería llegar más lejos, terminar, pero antes necesitaba la aprobación de su amor.

Reaper: Genito ¿Puedo seguir?

Geno: P-por favor- Este soltó entre jadeos, rodeando el cuello de Reaper para darle un pasional beso-

El más joven se lamió los dedos, y mientras masturbaba aún a Geno, introdujo un dedo dentro suyo. La incomodidad de Geno era notable, le era extraño tener eso dentro suyo, pero no era doloroso. Cuando se introdujo el segundo dedo, un leve dolor vino, pero con el un extraño placer. El dolor se fue poco después de que se introdujese el tercer dedo, Reaper había podido por fin encontrar el punto placentero de su amante y arremetía ahí sin piedad. Los gemidos se intensificaron mientras lagrimas lujuriosas se ponían en sus ojos. Dejo de masturbar al chico, viendo que con la preparación ya disfrutaba.

Reaper respiraba profundamente, quería preparar bien a Geno para que no le doliese ya que al igual que el era virgen, pero la erección en sus pantalones empezaba a doler. Quitó los dedos de dentro de Geno, admirando su trabajo con deseo. Bajó sus pantalones de pijama, dejando su miembro descubierto.

Reaper: ¿Listo?- Geno solo asintió de nuevo, pensaba que si dejaba salir su voz solo dejaría escapar gemidos incesantes de nuevo y suplicas-

El miembro se comenzó a introducir despacio y con cuidado, aunque a Geno no parecía dolerle, es más, deseaba que fuese un poco más rápido. Mientras, el de ojos azabache jadeaba, se sentía en el mismo cielo mientras entraba en su amante. Sus paredes era cálidas y apretaban su falo de una forma deliciosa.

Cuando todo el miembro estuvo dentro, Reaper comenzó a embestir. Al principio fueron embestidas lentas y cuidadosas. Pero los dos ardían en su propio deseo, y deseaban más. Los movimientos del menor comenzaron a ser más rápidos e irregulares con cada embestida, embriagado y cegado por el placer del momento. Mientras Geno movía sus caderas al son de las embestidas, adorando esa nueva sensación la cual no quería dejar de sentir.

Luego de ese feroz momento Geno terminó corriéndose primero, apretando sus caderas en los espasmos del orgasmo. Solo dos embestidas más fueron suficientes para que el otro chico se corriese dentro, dejando fluir el liquido dentro de su amante.

Los dos agotados se tiraron a la cama sin preocupación, y, acurrucados de nuevo, se durmieron juntos.

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Bieeen, se que con la mención que me dieron los dejé un poco con las ganas, así que escribí esto. Se que no es lo que esperaban, pero lemon es lemon, espero que les sirva 😔👍

Dicho esto, hasta la proxima

Experimento sin almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora