Capítulo 1: El plan.

1.2K 436 245
                                    

¿Por qué me habrá llamado? ¿Qué hago aquí? ¿Me va a despedir? Ya podría haberme dicho para qué me necesita, que porque el presidente de los Estados Unidos diga algo por una vez no le va a pasar nada, tampoco debería quejarme mucho porque pocos tienen el privilegio de estar en la Casa Blanca y ver al mandamás del país, pero jode mucho que te tengan en ascuas, ¡es el presidente joder! Seguro que me despide, seguro que me ha espiado en secreto y va a sacar mis trapos sucios, ¡pero si yo no tengo trapos sucios! ¿¡Se puede saber que locuras estoy diciendo!? Y pensar que ayer estaba tan tranquilo en el cuartel haciendo mi trabajo deteniendo a los malos, si, fue un día duro, tuvimos complicaciones y hubo rehenes, tuvimos que llamar a los S.W.A.T. a lo mejor es eso, a lo mejor me ha llamado por derrochar los recursos del estado, a lo mejor llamar a los S.W.A.T. fue un error, joder pues haber que digo ahora; a pesar de esa misión el día estuvo tranquilo y mis hombres y yo pudimos irnos sin remordimientos a nuestras respectivas casas.
¡Qué maravillosa cena tuve con mi mujer y mis hijos! Pero como la mayoría de cosas que hago son secretos de estado pocas ¨aventuras¨ puedo contarles, además estaba cansado, en cuanto pude me fui a dormir. Pero a las 6:00 de la mañana nada más levantarme tenía un mensaje de que iban a enviar un coche a recogerme para ir a la Casa Blanca, que el presidente había solicitado mi presencia y que avisara a la agencia de que tardaría e ir, así que sin más dilación me dispuse a hacer mis tareas rutinarias, me duché y me vestí y después desayuné pero a duras penas porque los nervios no me dejaron ni un minuto de paz, a continuación salí por la puerta y ahí estaba el coche, muy puntual, lo que no sé es si llegó puntual o llevaba allí horas.
El camino hasta la Casa Blanca es largo, o por lo menos a mí se me hizo eterno e incomodo, ni me daban conversación ni me decían para que me quería ver el presidente, me sentí cohibido y sobre todo vigilado; se me hizo largo porque aunque vivo en Washington es más seguro y tranquilo vivir a las afueras en pequeños pueblos/barrios cercanos.
La verdad es que la capital es preciosa de ver, muchas veces mando a mis hombres aquí a resolver problemas, yo pocas veces tengo que actuar en persona, pero siempre que puedo disfruto del lugar al que voy y Washington tiene mucha historia y encanto, aparte de leyendas y conspiraciones, pero mejor no decirlo muy alto no sea que me encierren.
Siempre es un honor visitar la Casa Blanca, pocas veces me ha tocado venir, es tan imponente y a estas horas no hay excursiones de colegios que la visitan con la esperanza de ver al mandamás, jaja, no saben que al menos que sea necesario o les pille desprevenido yendo a otro sitio no va a hacer una aparición oficial pero me gusta ver la cara ilusionada de los niños, no es comparable a la cara que tengo yo, desencajada desde que he pisado por la puerta. En cuanto entré me indicaron donde ir y me dijeron que esperara hasta que me llamaran. Y aquí sigo, sintiéndome vigilado constantemente y recordando mí mañana. Toda la gente que está aquí va igual de arreglada que yo y están igual de atareados que yo, van de un lado a otro, la Casa Blanca no es tan diferente de donde yo trabajo la verdad, puede que más elegante y con más historia pero solo eso.
Me estoy impacientando demasiado, qué estará haciendo para que no me atienda, llevo ya una hora y un café aquí sentado esperando. Debería llamar a Sarah, mi mujer, no, está todavía durmiendo y también despertaría a los niños, la llamaré luego, mejor llamo a la agencia, que solo les he enviado un mensaje y se estarán preguntando las mismas preguntas que yo. Así que abro el teléfono y marco el número de John Brown, da llamada y pronto me contesta con su entusiasta voz.
-¿Director Stone? –dice con voz de preocupación e intriga.
-Sí Brown soy yo.
-¿Qué pasa señor? –su voz parece más alarmada.
-Siempre al grano John, nunca cambias.
-Déjate de bromas Ryan.
-No sé qué pasa agente Brown, espero que el Presidente me reciba pronto y me dé información, llevo mucho tiempo esperando.
-Joder Director a saber que le dirá, pero seguro que es algo bueno u otra misión importante que solo pueda realizar usted.
-Me alivias Brown, me alivias pero subirme el ego no ayuda a calmarme del todo.
-¿Cuándo le avisaron de qué tenía que ir al hogar del Mandamás?
-Cuando me levanté a las seis tenían un mensaje que decía que un coche me iba a recoger, cuando hice mi rutina normal y salí por la puerta el coche ya estaba ahí, no sé si es que llegó puntual, o llevaba allí horas.
-Seguramente llevaba allí horas –dijo con una voz irónica que siempre me hace sonreír- y... ¿no sabes nada más?
-Absolutamente nada más, por cierto, ¿qué tal el agente Smith?
-Roger está buscando en los archivos y ya de paso ordenándolos.
-¿Está muy movidita hoy la cosa?
-No Director, por ahora no, por eso Smith está ordenando los archivos, pero estamos todos trabajando como siempre, yo mismo estaba revisando casos antiguos que coincidían con el de ayer.
-Como siempre el Agente John Brown y el Agente Roger Smith están que se salen en su trabajo.
-Eso es porque tienen al mejor director: Ryan Stone para guiarles en el oficio.
-Jaja bueno te tengo que colgar que ya se escuchan pasos y seguramente ya me pueda atender después de una hora y media de espera.
-Hasta luego Director Stone, suerte y luego nos cuenta.
-Por supuesto, hasta luego Agente Brown.
En cuanto bloqueo el móvil los pasos que escuchado antes suenan más fuertes, se abre una puerta y una chica de pelo castaño, delgada y ojos marrones me mira fijamente como si no supiera quién soy.
-¿Director Ryan Stone?
-Sí, el mismo.
-El Presidente le espera, pase por aquí por favor.
-Gracias –dije con una voz temblorosa, el miedo que tengo ya no me importa dejarlo ver ni que me lo noten, después de todo es el Presidente de Estados Unidos de América el que me había llamado sin previo aviso para hablar con él.
Pasada la puerta por donde he entrado solo hay un pasillo iluminado sin decoración, en frente otra puerta marrón y después el famoso Despacho Oval donde cada día el presidente llama y recibe llamadas, da órdenes, crea leyes y todo por el bien de los Estados Unidos y me atrevería a decir por el bien del mundo ya que somos una de las mayores potencias mundiales junto con la lejana China. Llego al final del pasillo, mis pensamientos estallan junto con mis nervios y le veo a él.
-Ah Ryan, ven entra.
-Señor Presidente.
-Siéntate por favor ¿Quieres algo de beber?
-No gracias Señor.
-¿Y de comer?
-No gracias, no tengo hambre, procuro no comer y beber poco mientras trabajo.
-Bien bien, haces muy bien.
-Con el debido respeto Señor ¿Estas preguntas tienen algo que ver con la razón por la que me ha citado? –Digo desconcertado.
-No, nada que ver, ofrezco lo mismo a todos los que vienen, es un simple gesto de amabilidad nada más.
-Pues muchas gracias Señor. –Dije aún mas desconcertado por la respuesta.
-Bueno Ryan vamos al grano.
-Le escucho –Cada vez estoy más nervioso y a la vez tengo mucha curiosidad por lo que me va a decir, por su gesto, no parece que haya hecho nada malo, así que puedo permitirme un poco de tranquilidad.
-Como ya sabes el mundo cada vez está peor y eso es un problema.
-Sí, es un gran problema, pero nosotros desde la CIA hacemos lo posible para que el mundo sea cada vez mejor.
-Veo que no me sigue Director Stone.
-No la verdad es que no, lo siento señor.
-Verás Ryan, el mundo cada vez va a peor, está lleno de criminales, traficantes, camellos, asesinos, psicópatas, mafiosos y un sinfín de más personajes que no nos hacen nada bien.
-Ahora le entiendo, pero no llego a entender a dónde quiere llegar.
-Mira Ryan esto es un secreto de estado. –dijo con una voz bastante preocupada e indignada.
-Lo sé señor, ya sabe que de mi boca no saldrá nada.
-Más te vale. –dijo amenazante.
-Iré un poco al grano ¿vale? El Consejo Mundial se ha reunido este fin de semana, al ver que el número de muertes por personas que no son nada buenas ha aumentado drásticamente, estos traficantes, mafiosos etcétera nos están empeorando y tenemos que hacer algo. Tras horas debatiendo hemos llegado a una conclusión y ya te voy avisando de que es muy radical.
-Le escucho señor, siga por favor.
-La solución es la muerte, matarlos a todos, son malas personas que han estado varias veces en prisión y aun así esos mierdas se escapan o consiguen salir a base de sobornos y me pone furioso, pero bueno, como he dicho nosotros los líderes mundiales hemos pensado y decidido que la mejor solución es eliminarlos definitivamente de la existencia a todos, a los cabecillas, a los subordinados, a todos, pero si se les puede eliminar solo con asesinar al líder de ellos, pues se nos haría más fácil a todos.
-¿Y como sugiere que hagamos tal cosa señor? –La verdad es que me ha dejado helado y me pregunto cómo hará tal cosa, porque una cosa así no se puede hacer de cualquier manera, no entiendo como los líderes mundiales se van a atrever a hacer tal atrocidad sin ver perjudicada su imagen, esto se pone interesante.
-Pues esta vez por consenso, recursos y sobre todo por la discreción me toca hacerlo a mí. Cada líder tiene sus propios recursos e iniciativas secretas, pero he contado nuestro repertorio y por decirlo vulgar, he tenido que ganar esta partida y eso que no quería ganar en esto. Y por eso acudo a ti.
-¿A mí?
-Sí a ti.
-¿Y qué puedo hacer yo con semejante nivel de problema?
-Tú solo no, la CIA, la agencia que tu tan bien diriges, vosotros vais a ser la solución de este problema mundial.
-Lo sé señor, pero ya no tenemos casi problemas internacionales que solucionar, los que ha dicho usted se esconden muy bien, es como si no existieran y además ¿cómo va conseguir que lo hagamos con discreción sin que nos descubran y sin que dañemos la imagen del país?
-Buena pregunta amigo mío, buena pregunta, como ya sabes, mis predecesores dejaron bastantes iniciativas, bastantes las he tenido que eliminar por su antigüedad, no son actas para el mundo moderno aunque sean radicales, no son aptas, pero he encontrado una que sí lo es, una que es la que os va ayudar, el complemento a la solución, que es acorde a los tiempos que corre y sobre todo, es discreta, nadie sabrá que ha sido orden mía, solo el consejo.
-Me alegro señor, la CIA y yo haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudarme en su empresa, si me permite decirlo, no estoy muy de acuerdo con matar a las personas malas, creo en la justicia, pero sé que a veces la justicia es lenta o se estanca y hay que usar otro métodos, que aunque sean poco éticos, son muy efectivos, así que podría decirse, siendo vulgar también, que tengo un amor-odio con su plan, pero estoy de acuerdo, y aunque no lo estuviera es una orden directa y mi deber es acatarla sin rechistar.
-¡Bravo Ryan, bravo! No lo podría haber expresado mejor de verdad, coincido contigo en todo lo que has dicho y pienso que por el mundo es necesario hacerlo, la situación se desmadra cada día más, los corruptos se están apoderando de todo, es hora de hacerles frente.
-Dígame como señor y actuaré con la mayor celeridad posible.
-Con la Iniciativa 19 Stone, con la Iniciativa 19.
-¿Qué es la Iniciativa 19? –pregunté con curiosidad, me se muchas órdenes, protocolos de bastantes ámbitos pero nunca he sabido las iniciativas de los presidentes, tal vez porque nunca se han tenido que usar que yo sepa, pero este dato me da a entender que existen 19 iniciativas y tengo el presentimiento de que existen más.
-La Iniciativa 19 mi querido director, es una iniciativa que me veo obligado a realizar en caso extremo por las circunstancias y consiste en reclutar a un mercenario para que haga el trabajo.
-¿Un mercenario? Me lo puede explicar todo mejor señor.
-Esta iniciativa consiste en reclutar a un mercenario, si puede ser estadounidense mejor, para que elimine a todos los objetivos que necesitemos, a ese mercenario le proporcionaremos todos los recursos que podamos y estén a nuestro alcance, también permisos entre otros países e irá acompañado de dos agentes que tendrán obviamente que disimular y estar encubiertos también.
-Lo comprendo, así los problemas de dañar la imagen y que se descubra el proyecto están solucionados gracias a contratar a un mercenario, pero me parece un riesgo que tenga acompañantes.
-Es un riesgo necesario, esos agentes estarán en contacto con usted para que usted mismo les genere los recursos y permisos a través de mí.
-Entonces indirectamente yo también participo.
-Y directamente también, habrá misiones en la que usted tenga que estar con el mercenario y esos dos agentes que, por cierto, serán de la CIA y los elegirá usted mismo.
-Comprendo, la Iniciativa 19 es bastante discreta y es una solución buena, pero tengo dos preguntas más, he comprendido que mis agentes darán apoyo al recluta y que les proporcionaremos los recursos necesarios y que yo a veces participaré en las misiones, pero estas dos preguntas son bastante importantes y me causan mucha duda.
-No se enrolle, pregunte Stone.
-¿Dónde vamos a encontrar a un mercenario que quiera realizar toda esta empresa? Y ¿De cuantos enemigos estamos hablando?
-Buenas preguntas, aquí tiene sus respuestas querido director: La búsqueda del recluta se la dejo a ustedes que seguro que tendrán más información que yo, y respondiendo a la siguiente pregunta, hay una lista de cien personas, es decir, cien sujetos y misiones que pueden derivar a más que tienen en su cuartel también.
-La primera pregunta está aclarada, y con respecto a la segunda ¿se refiere a la lista de las personas más buscadas y peligrosas?
-Exacto, a esa me refiero, pero como te he dicho, el número se reduce cien más sus derivados, he ido haciendo llamadas para que las añadieran.
-Está bien Señor Presidente, y ¿cuánto tiempo tengo para realizar la búsqueda del recluta y ejecutar la iniciativa?
-La lista está en su despacho, por lo demás tiene veinticuatro horas para encontrar un buen mercenario y ponerse manos a la obra con la lista. Quiero que mañana se ponga en contacto conmigo para informarme de todo, sería cruel hacerle venir otra vez.
-Entendido, mañana recibirá noticias.
-Entonces aquí hemos acabado, puede irse que bastante trabajo tiene al igual que yo.
-Hasta otro momento Señor Presidente y buenos días.
-Igualmente Stone, hasta la próxima.
Salí del despacho más agobiado de lo que estaba, aliviado a la vez porque no he hecho nada mal, pero más agobiado, ¿veinticuatro horas? Este hombre está loco.
Salí del Despacho Oval con casi taquicardias, lo que me pide es imposible, por lo menos en tan poco tiempo. Andando más rápido de lo normal en mí salí de la Casa Blanca, curiosamente el mismo coche que me trajo me está esperando para llevarme al Cuartel General, tendré que dar explicaciones y elegir a los agentes que acompañen al mercenario.
-Buenos días Director Stone.
-Buenos días Agente Thompson.
Tessa Thompson siempre me recibe muy amable, casi se podría decir que me alegra el día tanto como mi mujer (no pensemos mal), pero hoy huele especialmente bien, al tacón de Carolina Herrera, pero sin más dilación me dirijo al centro de la sala para informar del plan, reconozco que me gustan las caras de todos los agentes a la hora de informar de las misiones.
-Atención agentes, hoy tenemos una misión especial, una orden directa del Presidente, que me ha citado esta mañana para explicármela. Así que a continuación os expondré lo que debemos hacer.
Durante más de treinta minutos les fui explicando la Iniciativa 19 y lo que más me alegró es que todos acabaron tan desconcertados como yo, todos pensaban que era una locura, que no iba a funcionar, que las consecuencias para Estados Unidos serían horribles si se descubriera este nefasto plan, pero claro obviamente no lo dijeron, todo esto lo vi reflejado en sus caras, son demasiados protocolarios como para decir su opinión abiertamente, por tanto hasta que no lo dije yo, ellos no dijeron sus pensamientos. Por lo general me considero una persona a la que se le puede decir cualquier cosa abiertamente y en confianza, intento mostrarme así también en el trabajo, quiero que mis compañeros tengan libertad de expresión y que tengan la suficiente confianza para decirme sus planes o sus dilemas personales; cuando acabamos todo de decir nuestras opiniones y quejas volví a ponerme serio y finalicé diciendo el tiempo que tenemos y preguntando quien quiere ser voluntario.
-Tenemos un día para reclutar al mercenario y encontrar dos agentes voluntarios para esta ¨vuelta al mundo¨ así que por favor colaborar o tendremos problemas y el mundo no será un lugar mejor.
-Con el debido respeto señor, es una misión suicida y no hay garantías de que el mundo sea un lugar mejor después de eliminar y muchos de nosotros tenemos familia, no podemos arriesgarnos a realizar esta misión.
-Lo sé agente, pero son órdenes directas, necesito dos voluntarios, tenéis diez minutos para decidiros, mientras tanto necesito esa lista de objetivos y de mercenarios, ¡Agente Thompson! Póngase a ello rápido y el resto a trabajar. Si me necesitan estaré en mi despacho esperando.
Diez minutos después efectivamente vinieron dos voluntarios, justo los que esperaba, el Agente John Brown y el Agente Roger Smith.
-Sabía que seriáis vosotros –dije con cierto tono de ironía.
-Déjese de bromas Director y díganos que hacer.
-Smith a veces su seriedad me asusta.
-No confunda seriedad con responsabilidad.
-Vamos Roger, ya sabes que nos hemos apuntado a esto porque estamos solteros y no tenemos nada que perder.
-Agente Brown, estaremos solteros pero tenemos familias, por lo menos yo.
-John a veces su sentido del humor me asusta.
-Es una de mis numerosas cualidades Señor Director.
-No te pases, en fin chicos, Tessa ya me ha dado la lista de objetivos y el presidente no mentía, son cien más derivados u obstáculos que os podáis encontrar y mercenarios hay poco para elegir la verdad, pero me he tomado la libertad de elegir yo a uno de ellos y ahorrarnos trabajo.
-¿Quién es y donde le encontramos?
-Su nombre es Scott Johnson y su rastro se pierde en West Yellowstone un pequeño pueblo del condado de Gatallin en el estado de Montana. Tenéis que convencerle para que podamos informar debidamente al presidente de que podemos llevar a cabo su locura de plan en cuanto el lo crea necesario, eso sí cuando le estéis convenciendo es importante que no le contéis mucho del proyecto, es decir, de la iniciativa, ya sabéis por si acaso lo rechaza, no meternos en problemas por haber hablado más de la cuenta.
-Entendido señor.
-¿Alguna pregunta más?
-Sí director.
-Adelante.
-¿Qué más sabemos de ese mercenario? ¿Tenemos más información sobre él?
-Aquí tiene su ficha léalo usted mismo.
INFORMACIÓN CONFIDENCIAL CÓDIGO 567918390: PERFIL PERSONAL.
Nombre: Scott.
Apellido: Johnson
Alias: Sin alias conocido.
Pelo: Negro.
Ojos: Marrones oscuros.
Complexión Física: Alto no por encima de la media, delgado, en una forma física aceptable.
Edad: 35 años.
Ocupación: Ex marine (Capitán), ex miembro de la organización terrorista-mercenaria conocida como Sol Negro.
-¿¡UN TERRORISTA!? ¿¡NOS VAMOS A ALIAR CON UN TERRORISTA!?
-Sí.
- ¡Vamos Ryan estarás de broma!
-Coincido con el Agente Brown, si la empresa era difícil esto lo complica aún más.
-¿Ves? Hasta este tío serio coincide conmigo.
-Entiendo vuestras reticencias pero este sujeto es el mejor candidato para esta misión, y si vive en un pueblo pequeño, no creo que siga siendo miembro activo del Sol Negro ni de ninguna otra organización, me hace pensar que solo quiere llevar una vida tranquila lejos de todo.
-Ya pues nos estás mandando ir a perturbar la vida de un terrorista.
-Ex terrorista, y te sugiero que moderes tu actitud, estamos trabajando no en la calle Brown.
-Mis disculpas.
-Agente Smith, ¿a usted que le parece?
-Siendo sincero director, lo veo difícil todo, yo por mi parte no formaría ni aceptaría nada de esto sabiendo o sin saber, pero son órdenes directas y en este caso no se deben incumplir, por mi parte Director Stone, Ryan, haré todo lo posible para reclutarlo y cumplir la Iniciativa 19.
-Muchas gracias Roger, eso es lo que quería escuchar, entusiasmo, se que cumplirás, bueno, que cumpliréis y yo os ayudaré en todo momento en todo lo que pueda.
-Bueno entonces ya está todo, ¿podemos ir ya a suicidarnos?
- ¿Qué te he dicho de tu actitud? En fin si, podéis iros ya, está todo listo para vuestro viaje a West Yellowstone, mucha suerte agentes, confío y confiamos en vosotros.
-Volveremos con él Director, hasta pronto.
-Sí, hasta pronto, sino nos mata antes.
Tengo un buen presentimiento, no sé cómo será Scott Johnson pero espero que haga lo correcto, es verdad que estos dos muchachos se van a jugar la vida en esta misión y eso es admirable, solo espero que sobrevivan.

PAUSADA El mercenario Where stories live. Discover now