En fin, no me enfocaré en lo negativo, más bien me motivaré con la idea de llegar a mi casa, recargar la batería de mi teléfono y llamar a Amane. Sí, eso sin duda me subirá el ánimo.

Seguí avanzando con un mejor semblante en mi rostro mientras tarareaba 'Tiny Light' por el resto del trayecto hasta mi departamento. Al entrar, simplemente me lancé a buscar el cargador de mi celular para después enchufarlo a la luz. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no conseguí prestarles mucha atención a los llamados de mi madre, todo lo que me importaba era encender mi teléfono y cuando lo hice, tal como sospeché, las notificaciones de mensajes y llamadas asaltaron mi bandeja.

Mi corazón brincó de alegría al ver que la mayoría de ellos correspondían por parte de Amane.

—Otra cosa, Nene... —escuché decir a mi madre por encima de mi cabeza.

—Sí, sí, en un momento te ayudo con la cena— contesté vagamente sin despegar los ojos del teléfono, no entendía por qué ahora estaba tan encimosa.

—Nene, no se trata de eso... —murmuró entre dientes, como suele hacerlo cuando contiene su enojo en público-. ¿Podrías dejar tu teléfono un momento y voltear a verme?

Puse los ojos en blanco y volteé a verla soltando un exasperado suspiro y entonces, me petrifiqué por un instante al ver a mi madre en compañía de Mei Shijima, la cual me saludó con una divertida sonrisa en los labios. Quise cuestionar el motivo de su presencia, pero las palabras se ahogaron en mi garganta cuando a unos metros más al fondo, me crucé con la mirada de Amane Yugi.

El calor subió hasta mis mejillas...

—Como puedes ver, tenemos visita...—anunció mi madre con una sonrisa.

Me quedé muda, estaba feliz de ver a Amane, pero ¿Qué hacia Shijima aquí? Además, no recuerdo haberles compartido a ninguno de los dos mi domicilio, por lo que, no entendía de qué forma habían dado con mi departamento.

||Procesando...||

¡Agh! Mi cabeza era un mar de dudas, y lo peor es que no sabía si sería prudente el preguntar al respecto y, aun si pudiese hacerlo, ¿Por cuál interrogante debería empezar?

—¡Cariño! ¡Princesa! Ya estoy en casa—musitó mi padre apareciendo de pronto por la puerta de entrada. Sus ojos se iluminaron al enfocarme, sonrió, abrió sus brazos y aguardó a que correspondiera, ya que por lo general siempre suelo recibirlo con un cariñoso abrazo cada que llega del trabajo... pero, justo ahora la situación me resultaba algo bochornosa— ¿Nene?

Al notar mi vacilación, alzó la vista y se percató de la presencia del resto. Mamá nos explicó de manera rápida y vaga como los jóvenes presentes la habían ayudado con el mandado y que en manera de agradecimiento los había invitado a quedarse a cenar.

"Oh" fue todo lo que salió de la boca de papá con una expresión de desconcertada sorpresa. Mi madre, en cambio, aplaudió suavemente con emoción diciendo: "Bueno, ahora que estamos todos podemos servir la cena". Entonces me pidió que le ayudará a preparar la mesa mientras ella y Mei se retiraban a la cocina.

Mi padre y Amane tomaron asiento y permanecieron en un sepulcral silencio en lo que yo me encargaba de colocar los porta-manteles, platos, vasos y cubiertos. Fue un momento bastante tenso e incómodo para los tres, pero creo que en especial para Yugi dado que su semblante comenzaba a tomar un tono pálido.

—Y... ¿Qué tal tu día, papá? -pregunté con delicadeza, tomando la iniciativa en romper el hielo.

—Todo bien... supongo-contestó, nada cooperativo he de decir.

Enséñame, sensei.Where stories live. Discover now