14- Aᴜᴅɪᴏ ғᴀʟsᴏ

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Kusuo se levanto sin ganas de la cama.

Yendo hacia su armario como cada mañana.

Era claro, le molestaba demasiado el hecho de tener al sol dándole en toda la cara en cuanto se despierta.

Aveces se arrepentía por culpa de no haber cerrado las ventanas la noche anterior.

Solo suspiro algo molesto mientras se buscaba el uniforme.

Ayer había llegado algo temprano, ya que faltaron dos maestras entonces tuvieron que irse.

Sus amigos se fueron por un lado y él por el otro.

No tenia ganas de ir a algún lado.

Quería solo quedarse en su cama y dormir.

Por lo que se fue temprano a su hogar y se despidió de sus amigos.

Se empezó a cambiar, evitando mirar su cuerpo claro, como siempre hacia.

Pues estaba algo acostumbrado a no mirarlo.

El peli-rosa se acomodo bien la corbata mientras se miraba al espejo.

Tragando saliva mientras observaba al suelo.

Solo decidió ir hacia la sala de estar.

Tratando de ignorar un pequeño mal presentimiento que tenia ese día.

Aunque claro, el psíquico no sabia como le iba a arruinar aquel mal presentimiento su día.

El Saiki menor bajo rápidamente las escaleras, topándose con los mayores igual de melosos que siempre.

Buenos días — Saludo el adolescente sentándose en la silla y atrayendo el desayuno hacia él.

Sus padres, aún siendo igual de cariñosos, lo saludaron.

Claro que estos no iban a parar de darse mimos.

Y al psíquico lo alegraba de gran manera aquello.

Por lo que no le molestaba en lo absoluto.

Él sin duda quería saber lo que se sentía estar enamorado.

Tampoco es que se vaya a obligar a amar a alguien.

Aunque ni sabia bien como se sentía una persona enamorada.

Otra cosa que también le temía era al rechazo.

Y a perder personas tan importantes, como sus amigos.

Eso sin duda lo dejaría muy mal, nunca quisiera que ellos se alejen de él.

Realmente agradecía mucho la amistad de ellos.

Por lo que adoraba siempre estar con ellos a pesar de que no se note.

Siempre estaba pendiente de sus charlas y nunca estaba ignorando estas.

Quería estar al tanto de cualquier conversación.

A pesar que no sea algo importante, él siempre quería estar al tanto de lo que sucedía con sus amigos.

A ninguno lo dejaría de lado en ningún momento.

Aunque lo que odiaba demasiado eran los pensamientos que lo criticaban.

Era algo que llego a odiar desde la primera vez que lo escucho.

Y quería pensar lo contrario, pero se le era imposible.

Siempre terminaba creyendo en lo que le decían.

O más bien en lo que pensaban de él.

Siempre les hacia caso y quería cambiar por culpa de eso.

Fᴜᴄᴋɪɴɢ Iɴsᴇᴄᴜʀɪᴛɪᴇs Where stories live. Discover now