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Ya habían pasado tres días desde que su padre se había ido, y era el día donde se supone que regresaria. Estaba contento, por lo que se apresuro a terminar sus deberes, pidió permiso a su tío abuelo y fue a esperar a su padre en la entrada. Llevaba un pequeño plato de nisperos, fue buena idea ayudar un poco en la cocina.

Desde aquel dia que había roto el toque de queda, la juguetona brisa se había quedado a su lado. En las noches, volvía a tocar Inquiry, esta vez en su cuarto, pues la brisa seguía con el en todo momento, por lo que no había necesidad de ir al claro, y de las pocas respuestas que conseguia al menos podía saber que el espíritu estaba tranquilo. Solo había una cosa que no le gustaba.

— Sizhui.

El niño finalmente se dio cuenta que su padre llevaba al menos un par de minutos frente a el. La forma en la que se sintio fue sorprendente para sí mismo.

Las reglas de Gusu expresaban que no debía ser rencoroso, ni egoísta. Pero mientras veía a su padre, se sintió algo molesto. Despues de analizar un poco en silencio, llego a una conclusión. Estaba muy contento de verlo, estaba muy molesto de que se haya ido.

Wangji había estado en silencio. Estaba contento de ver al pequeño esperarlo en la entrada, pero a diferencia de sí mismo, su hijo era muy fácil de leer en cuanto a sentimientos. Por lo mismo, se pudo dar cuenta que, a pesar de que estaba feliz de verlo, también había algo más que lo tenía tan callado.

— ¿Paso algo?

Una ráfaga de emociones lo invadió muy rápido, se sintio abrumado por un momento, y justo cuando estaba por decir todo lo que pasaba por su mente, la suave brisa acaricio su espalda, dándole ligeras cosquillas por detrás de su cuello. Eso fue lo que lo termino por romper.

Lo había extrañado tanto.

Wangji se asustó cuando vio las lágrimas del menor comenzar a salir. Su sorpresa fue aún mayor cuando tuvo al pequeño aferrado a su pierna y llorando en silencio.

La última vez que había sucedido, Wei Ying aún seguía vivo. Y desde que lo llevo a Gusu, A-Yuan fue muy rápido en acostumbrarse a todas las reglas y costumbres.

Wangji nunca se puso a pensar en lo extraño que debio ser. Wei Ying nunca reprimir sus emociones, o prohibiría el ruido y juegos, su hijo había pasado de total libertad, a total restricción.

Y la primera vez que lo dejo solo fue un par de días. Ahora entendía porque su hermano estaba tan reacio a que se fuera por tanto.

A-Yuan se sentía muy avergonzado, pero no podía dejar de llorar, y por más que sabía que estaba mal, seguía de rodillas en el suelo, aferrándose a la pierna de su padre. Podría tener muchos problemas por esto.

Estuvo agradecido cuando su padre lo tomó en brazos, cambió su postura para envolverse en su cuello y cintura, mientras se escondía en el hueco entre el cuello y el hombro de su padre.

Wangji a veces se sorprendía de los años que ya habían pasado. Cuando encontró a A-Yuan, el tenía tres años, ahora tenía siete. Por la forma en la que actuaba, incluso parecía mayor que eso.

— Te extrañe mucho.

Las orejas de Wangji se calentaron y su corazón pareció salir de su pecho, por poco tropieza con sus propios pies mientras caminaba hacia su cuarto.

— Mhm, también yo.

— Te fuiste mucho tiempo.

Se sintio culpable, la voz de su niño salía rota y entre sollozos, el muy suave murmullo chocaba con la poca piel expuesta en su cuello. No debió dejarlo por tanto tiempo.

A-Yuan, ¿Me recuerdas?Where stories live. Discover now