Viesins ; KookTae

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⠀Y por fortuna, pensamiento propio.

⠀"Compórtate como el joven alfa que eres, Jungkook". Había escuchado aquellas palabras tantas veces en mi vida, que en algún punto indeciso se habían vuelto pesadas.

⠀¿Por qué exigir aquello cuando sabían que mi interés por ellos era igual de grande que mi interés por ser un gran alfa?, nulo.

⠀Vas a ayudarme.

⠀Una vez más, aquellas palabras no habían contenido signos de interrogación en ellas. Aún recuerdo el sentimiento de miedo que se había apoderado de mi pecho, aquel cachorro parecía haber sufrido demasiado.

⠀Lo sabía porque era inteligente. Demasiado. Incluso más que yo.

⠀Y le había temido, por momentos, cuando me había sonreído con confianza después de aquella media hora en la que apenas intercambiamos palabras y llenamos de ideas nuestras mentes. Más allá de la envidia que pudo albergarse con libertad en lo profundo de mi ser, sentía que había ganado, porque la inteligencia te da ese poder. El de saber que si alguien es mejor que tú, entonces tienes mucho por aprender todavía. El de saber que considerar que tú inteligencia era elevada no te convertía en alguien engreído, te convertía en alguien sabio.

⠀No hay más grande que quien celebra sus ganancias y acepta sus derrotas.

⠀En ese tiempo había perdido, había perdido contra un cachorro de seis años. El mismo que después de darme el permiso de tomar su mano había cambiado por completo mi vida.

⠀Mi vida. Él era eso. Me la había dado, él me había salvado a mi, no yo a él.

⠀Porque si alguien me lo preguntara, podría contestar al segundo, ¿Yoongi habría sobrevivido si yo no lo hubiera encontrado?, si.

⠀Incluso podría afirmar que él se habría vuelto más inteligente, entre más sufrimiento y dificultades, más conocimientos. Si Yoongi hubiera luchado contra más frío y hambre, probablemente ahora no necesitaría mi ayuda.

⠀—No, Oon — Negué por milésima vez, mis ojos enfocados en los movimientos de mis manos. Ni siquiera podía concentrarme en el llanto que producía la criatura entre sus brazos, ni en sus ojos, que me miraban suplicantes.

⠀—Por favor, Ung — el tono de su voz se notaba suplicante, me dañaba, porque durante toda mi vida, lo único que me hacía flaquear era el temor de volver a ver oscuridad en sus ojos —. Te juro que yo lo cuido.

⠀—No es una mascota, Oon, no puedes cuidarlo — Dejé la última lata de frutas dentro del refrigerador, como siempre todo estaba en perfecto orden.

⠀Dí media vuelta y mi corazón se detuvo por unos segundos, sus gatunos ojos contaban con un brillo imparable de una necesidad que en el momento no estaba comprendiendo del todo. Quizá estaba siendo demasiado duro con él, pero no podía simplemente tomar al cachorro de meses entre mis manos y decir un "Está bien", porque no lo estaba.

⠀No hagas cosas buenas que parezcan malas.

⠀Me lo había dicho mi madre aquella vez que mi cuerpo empapado por la lluvia había ingresado a su hogar, cargando con el peso de aquel cachorro débil y herido sobre mi espalda. Ese día había subido a mi cuarto completamente enfurecido, las palabras de mi madre se habían quedado en su boca y debido a aquello su enojo había aumentado el doble. Pero es que yo en ese entonces no lo había entendido. ¿Por qué estaba regañandome cuando había hecho algo bueno?