Perfectamente imperfectos ©

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Mi cumpleaños...

Fue casi un desastre, teníamos planeado pasar un buen rato en el departamento, embriagándonos y comiendo lasaña entre otra cosas que pudimos hacer.

Ya había invitado a todos, y todo estaba listo...

Hasta que a Azul se le quemó la lasaña, los panes con ajo y el jamón que preparo. Decidimos hacer otra cosa, uno deliciosos Hot dogs, y ¿adivinen qué?

¡¡Se nos acabó el gas!!

No pudimos hacer por que el señor del gas no vendría hasta en dos días, y lo único que quería era comer lasaña y estar con mis amigos.

Que bonito se escucha eso.

Sabía que si me quedaba sentada de brazos cruzados mi cumpleaños sería una vez más el peor de todos, así que le comenté a José que hoy era mi cumpleaños y si sería tan amable de regalarme unos tragos y comida a mi y mis amigos. El aceptó muy contento y me hasta me felicitó.

Todos ya habíamos llegado a Cardys, estábamos Alan, Tom, mis hermanos, Colín, Azul, Ernesto, George, Hansel y yo. Y con esto me di cuenta que necesito amigas, pero de las que no tiran tus cosas por la ventana claro.

— ¿Ya te he dicho que hoy me gustas más que ayer?— susurró George a mi oído.

Agache la cabeza y me puse roja.

— Ya me lo dijiste dos veces.

— Pues ahora son tres— me guiño un ojo.

El estaba a lado mío, vestía unos pantalones negros con una camisa gris y su cabello castaño revuelto, se veía demasiado bien... me mordí el labio inferior y sacudí la cabeza.

Miré donde estaba Azul, la vi muy preocupado y sabía el por qué, ella había pensado que había estropeado mi fiesta de cumpleaños ¡y no era así! Fue culpa de mis hermanos por no haber pagado el maldito gas.

Coloqué una mano encima de la suya y le hice un gesto con la cabeza para que se tranquilizara, no quería que ella sintiera culpa.

— Caprice, me tengo que ir, mañana tengo unas cosas que hacer— Hansel estaba de pie a lado mío— . De verdad espero me perdones por irme así, diviértete mucho y espero que mi regalo te guste.

— Tú no te preocupes y gracias por venir— me puse de pie y dejé que me abrazara.

— Adiós a todos— se despidió.

— Nos hablamos por chat— dijo Tom y Hansel asintió.

Me dio un beso en la mejilla y después frunció el ceño.

— Mejor me voy antes de que me asesinen.

Reí y salió por la puerta de cristal.

No sabía muy bien de qué hablaba hasta que me giré y mi mirada se posó en George, sus ojos eran como dagas clavándose en la nuca de Hansel.

Me volví a sentar y toque la punta de su nariz.

— Que lindo te ves enojado– Dije apoyando mi cabeza en mi mano.

Me devolvió la sonrisa y sus ojos se iluminaron.

— Tú te ves linda hoy y gimie...

— ¡AH!— grité haciendo que todos en la mesa me mirarán— Uhmm... si... ejem...

— Iremos a bailar, ahora volvemos— me cortó Mein, se perdió con Colin en la multitud y suspiré fulminando con la mirada a George.

— No vuelas decir eso, y menos en público ¡Me moriré de la vergüenza!— George carcajeó.