D i e c i o c h o ✨

4.6K 630 54
                                    

Jungkook no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, ni cuán afortunado sería de presenciar ese momento, pues frente a él estaba su omega cargando a su pequeño alfa de unos cuatro meses sobre su vientre del mismo tiempo de gestación con un bonito traje de alce un tanto desgastado y con algunas costuras mal hechas.

— No lo puedo creer — el alfa se acercó para cargar a su pequeñito en sus brazos — creí que esa cosa ya no existía.

— Bueno, estuve limpiando un poco la bodega y lo encontré... creo que Jeongin se ve muy bonito en el — Jimin sonrió acercándose a los dos recibiendo balbuceos de su pequeño — también creo que le gusta mucho — susurro con una gran sonrisa.

— Pórtalo con orgullo Jeongin, esto es una reliquia familiar — el azabache tomó el trajecito en sus manos recordando esos momentos.

17 años atrás

— Jungkook, deja eso, vas a lastimarte — un Jimin de cuatro meses de embarazo se acercó acurrucándose a su lado, mientras se escondía en el cuello de su alfa.

— No es cierto... auch — esa había sido la tercera vez que se había pinchado el dedo — mi cachorro merece un bonito traje.

— Podemos comprarlo cariño, no quiero que te sigas pinchando — el omega tomó sus manos alejando la aguja e hilo, para después dejarlo en la mesita de noche.

El alfa había ido hasta la tienda de telas para buscar las más suaves que podía, de tonos cafés, claros y oscuros, compro varios tipos de hilos, negros, cafés, gruesos y delgados, todos para poderle dar a su pequeño bebé un traje hecho por él... su primer cachorro, no había palabras para describir todo lo que sentía en ese momento, por esa razón su lobo quería proveerle cobijo a su bebé.

Su omega llegó tiempo después del baño con una caja de primeros auxilios, limpio los pequeños puntitos de sangre seca y los decoro con curitas para evitar una infección o que su alfa se hiciera más daño.

— Listo mi chico grande — dio un besito en cada una de las heridas.

— Voy a terminar el traje — Jungkook solo había logrado construir las mangas y los pantaloncitos, pero tenía que terminar, por su cachorro.

— Pero falta mucho tiempo para que por fin esté con nosotros, amor — Jimin se acercó envolviendo su cintura con sus delgados brazos — así que, ve más despacio, deja eso para otro día.

— Pero entre más rápido termine mejor, así a nuestro cachorro no le faltará nada — las manos grandes del alfa abarcaron el vientre del omega sintiéndose tan pleno.

— Amor, todo va a estar bien, nuestras madres nos ayudarán cuando no podamos cuidar del cachorro, tiene un lugar donde crecer, mucha ropa que le han dado sus abuelos y tíos, además de dos padres que lo aman mucho, yo creo que estará bien — Jimin sonrió en grande, tener a su primer cachorro le llenaba de una luz intensa que podía ser vista por cualquiera que lo mirara.

— Lo se, pero también quiero sentirme algo útil y no como el alfa tonto que te embarazo como dice tu madre — ocultó su rostro en aquel cuello blanquecino aspirando ese delicioso aroma que era su favorito.

— Mamá no lo dice de forma seria, solo que soy su pequeño y ella una alfa un tanto protectora — el omega se separó llevando a su novio hasta la cocina.

— Por lo menos se que tú papá me defenderá si tú madre me quiere arrancar el corazón.

El rubio estalló en risas mientras servía los dos platos, hace aproximadamente dos meses que se habían mudado juntos, todo había sido perfecto, un hogar donde ellos comenzaban a crecer como una pareja, verse después de un largo día de largo de trabajos de medio tiempo y sobre todo dormir abrazados murmurándose cuánto se aman.
Claro que la noticia de su primer bebé fue bastante inesperada, había pasado el celó de Jungkook y no pensaron que terminaría en cinta, al igual que Jungkook no pudo hacerle una propuesta a su pequeño novio, todo estaba siendo tan repentino que no quería agregar algo más a la lista, por lo menos no en este momento.

— ¿Cómo le quieres poner? — preguntó el alfa mientras repartía besos en el vientre de su omega.

— Si es niña... Misuk — contestó el omega mientras dormitaba.

— ¿Y si es niño? — ahora habló entre susurros mientras metía a su omega bajo las sábanas.

— Mm, no lo había pensado — Jimin rodó entre las sábanas para pegarse más a su novio — ¿tú tienes alguno? — el alfa asintió aún cuando su omega no lo veía en la oscuridad.

— Seokjin — sonrió.

— Seokjin — el más pequeño saboreó el nombre en cada sílaba, para al final, sonreír como nunca — es un lindo nombre, me gusta.

— ¿Sí?

— Si — Jimin se acomodó mejor en el pecho del alfa — creo que es perfecto.

— Por supuesto — Jungkook abrazo por los hombros a su novio con uno de sus brazos mientras la otra mano iba a su vientre — nuestro cachorro es un gran tesoro.

— Hará cosas asombrosas cuando sea mayor, yo lo sé...

— Papás — ambos se separaron del incómodo abrazo que se habían estado dando, aplastando en el proceso a Jeongin y la pequeña cachorra en su vientre.

— ¿Qué sucede? — ambos se alarmaron, su primer hijo entró como loco, pero alzó las cejas al ver a su hermanito.

— ¿Qué hace Jeongin con esos harapos?

— Harapos los que usas engendro — el alfa más grande se acercó a su hijo dándole varias palmaditas en toda su cabeza ganándose risas de parte de él.

— Tú lo usabas, Jin.

— Para no acordarme, existen miles de fotografías mías usando esa cosa — sonrió cargando a su hermanito.

— A Jeongin le gusta mucho — el bebé balbuceo en respuesta.

— O quizá lo odio con su ser, pero como es un bebé y no sabe pronunciar palabras no podemos saberlo — los tres se miraron y estallaron en risas, ganándose allá primera de su pequeño alce.

— Jeongin, por fin reíste bebé — su padre alfa lo lleno de besos arrebatándoselo a su hijo para estrecharlo en sus brazos — tienes una risita hermosa.

Ambos alfas miraron con una sonrisa al omega, los dos con un amor inmenso a aquel ser rubio que siempre los ayuda a ser mejores y menos animales, un padre y un compañero, eso es lo que veían en Jimin, pero sobre todo, un hogar.

— Pero dinos Jin, ¿qué querías decirnos? — interrumpió él omega.

— Oh... Felix aceptó casarse conmigo — sus padres mostraron dos reacciones, el más alto una de miedo y el otro de total alegría — es broma, no, gane un intercambio a Canadá.

Todos se emocionaron y se abrazaron, los demás pequeños no tardaron en unirse para felicitarlo, sin duda, su primer hijo estaba logrando grandes cosas... su pequeño y primer alce.

La familia JeonWhere stories live. Discover now