"Amo."

En ese momento, el Rey sumiso que es el juguetito de Reynard aparece en la puerta.

"Que demonios quieres Rey esclavo?"

Escucho que una cadena se arrastra por el suelo antes de que el juguetito de Reynard vuelva a hablar.

"Rey Séptimo y Miranda requieren de su aprobación para los gastos de reconstrucción."

"Los contratistas ya están aquí y requieren su firma."

Escucho que Reynard resopla como frustrado.

"Está bien, iré pronto."

El Rey sumiso se retira y el sonido de la cadena lo sigue.

"Tengo que subir un momento, juguetito Elizabeth."

"Cuando regrese..."

"Te follare."

Cierro los ojos incapaz de hacer algo.

La puerta se cierra.

El silencio inunda esta habitación antes de que mis ligeros y quebrados llantos resuenen.

Casi no siento mi corazón latir.

Me siento más débil, fría y sin vida que nunca antes.

Ojalá me hubiera muerto hace mucho tiempo para no encontrarme en esta desesperada situación.

Cuando estoy cayendo en la inconsciencia tan anhelada, unas manos masculinas me tocan.

Siento que las ataduras de mi cuerpo caen a los lados de la silla.

Soy transportada en brazos hacia una cama, donde me recuestan.

"Mi amo me ha pedido que cuide de ti."

"Y eso haré."

Es el Rey sumiso de Reynard.

Sin decir ni una sola palabra, Rey sumiso cubre mi cuerpo con una frazada antes de colocarme un suero en mi lastimada vena.

Por más que intento, mis parpados no cooperan conmigo para que pueda dar un vistazo al lugar donde ahora me encuentro.

"Descansa."

"Necesitarás tus fuerzas."

Maldito Rey.

Maldito Reynard de mierda.

Porque tengo que obedecer lo que me indican siempre?

Cierro los ojos, deseando no volver a abrirlos nunca mas.

Mi sueño me transporta hacia el prado donde esta la cabaña de Jack y Logan.

Entro por la puerta y encuentro una orgía de hombres, mujeres y niños desarrollandose dentro!

"Únete a nosotros Elizabeth!"

Escucho la horrible voz distorsionada de Jack antes de que suelte una risotada horrible.

Me alejo de ese lugar y de pronto llego a la tienda de ropa de Sofía donde ella está cosiendoles en la piel, con hilo y una gran aguja, la ropa a unas pobres niñas!

"Muñequita bella!"

"Déjame coserte ropa primorosa!"

La cara distorsionada de la mujer es terriblemente espantosa!

De nuevo me alejo y esta vez...

No lo puedo creer!

Es mi antiguo hogar!

Dulce JuguetitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora