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"Quedate quieta maldita niña del demonio!"

El practicante intenta tocar a fresita quien no deja de moverse para rechazar el toque de sus manos.

"Con un carajo chiquilla estúpida, que no te muevas!"

Observo que el amigo de Rey sube la mano para golpear a la niña y hago algo muy imprudente.

Me lanzo hacia adelante y tomó la mano de este estúpido hombre.

"Princesa!"

Rey grita al ver mi acción e inmediatamente suelto la mano del hombre.

Caigo al suelo de rodillas con la cabeza en el suelo rogando clemencia ante rey con las manos extendidas.

Hacía mucho que no estaba en esta posición tan sumisa en este lugar.

Me costó, literal, lágrimas de sangre aprender a "dominar" este tipo de sumisión ante Rey por algún cosa que hubiera hecho muy mal.

Como gritar por comida a media noche después de no haber comido nada en 4 días...

"Rey, perdóname, soy una mala princesa y merezco que me castigues, lo siento, lo siento..."

Mis palabras recitadas de memoria escapan de mi boca con voz temblorosa.

Mantengo la cabeza gacha, ruego por clemencia completamente hecha ovillo en el suelo frío de esta, mi antigua habitación.

Nadie habla, solo escucho pasos cerca de mi y tiemblo porque tal vez Rey me patee en las costillas o me pise los pies descalzos.

O tal vez me pise los dedos con sus zapatos o me golpee con alguna vara o piedra la espalda.

No dejo de temblar por la incertidumbre, pero escucho la voz del amigo de Rey decir.

"Maldita sea!"

"Mira, observa bien niña, así debes de ser!"

"Docil, sumisa, mansa con tu amo, con tu señor, con tu Rey!"

"Amigo, esto es demasiado ardiente para ignorarlo."

"Dime tu precio y lo pagaré gustoso, ella lo vale."

Sigo con la cabeza gacha pero abro los ojos ante las palabras del practicante.

"No Rey, no me compartas más, no por favor, no, no, por favor."

"Seré buena, no haré mas tonterías...,"

"No Rey no me compartas con este sádico mal parido!"

Ruego en mi mente porque ni de chiste abriré la boca para empeorar mi situación.

La niña intenta hablar pero solo escucho que solloza de nuevo.

Si tan solo comprendiera que llorar no sirve de nada y solo alienta a estos hombres a que nos torturen más cuando ven nuestras lágrimas.

Escucho los zapatos de los hombres moverse y alejarse de mi cuerpo.

Fresita por fin se ha callado y solo se escucha el ruido de la gota cayendo en el lavamanos del baño.

"Está bien, la cifra me agrada."

Rey...

"Pero me quedaré para observar como tratas a mi princesa."

"No confio en ti como para dejarte solo con ella."

Puedo ver como los zapatos de estos cretinos hombres están a mi lado.

"Princesita, osaste tocar a un amo sin permiso de él."

"Tu castigo debería de ser unos buenos azotes porque me haz dejado en ridículo frente a mi amigo debido a tu comportamiento tan impulsivo...."

Dulce JuguetitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora