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"En serio está muerto el chef?"

Una pequeña niña ansiosa de cabello rubio muy corto me pregunta.

Dejo mi mochila en el suelo para buscar las llaves que abrirán las cadenas de las chicas.

"En verdad está muerto el chef, por lo que estoy aquí para liberarlas."

Comento mientras que me acerco hasta ellas observando como está distribuida la "despensa."

Todas estas chicas y niñas malviven separadas por una pared delgada entre ellas.

Su lugar solo esta provisto de un asiento largo de cemento donde, me imagino que ellas deben recostarse o mal sentarse en el.

Todas usan la misma camisa sucia, percudida y deslavada que alguna vez yo usé en el sotano de Rey.

Pero a diferencia mía, las camisas de las chicas están rotas por la espalda.

Una gruesa argolla las abraza por sus cinturas.

Tienen una argolla más en sus tobillos y algunas de ellas tienen grilletes en ambas manos.

Es todo lo que se puede apreciar.

"Quien eres tú?"

Me pregunta la unica chica en este lugar que creo que es casi de mi edad.

"Me llamo princesa, Rey es mi amo."

La puta costumbre me hace decir cosas que no debería!

Me acerco a la primera niña, que no debe de rebasar los trece años, para quitarle sus cadenas.

"Eres una de las chicas de la casa Real?"

Una pelirroja del fondo me pregunta.

"Soy la única de la casa real."

Asevero como si fuera eso un privilegio...

"Como podemos saber que no estás mintiendo?"

La siguiente chica de cabello increíblemente largo y azabache me cuestiona mientras que abro la cerradura de la dura y gruesa argolla que tenía alrededor de su cintura.

"La prueba es que tengo las llaves, el celular y billetera del chef."

Me concentro en quitarles a todas las chicas sus cadenas de esclavas.

Cuando lo hago ellas exhalan un suspiro de alivio y tristeza.

"Yo no te creo nada y no quiero que me quites mis cadenas."

La chica de mi edad se repliega hacia su lugar mirándome con ojos temerosos.

"Vainilla, esta niña puede ayudarnos a salir de aquí!"

"Debemos irnos, no podemos dejarte en este lugar mas tiempo!"

Una de las chicas de cabello café rizado intenta razonar con la chica.

"Ustedes no entienden!"

"Si el chef regresa y no están en su despensa, habrá consecuencias graves y fuertes!"

"He visto esto muchas veces, incluso saben lo que le paso a Morita!"

"Ella y yo intentamos sacarlas del infierno que nos daba fresa!"

Los ojos de la chica se llenan de lágrimas.

De pronto se quita la playera y muestra su cuerpo repleto de cicatrices profundas, dolorosas, terribles...

"Morita falleció bajo las botas del chef!"

"Yo tuve que soportar que me quemara la piel para que aprendiera mi lección!"

Dulce JuguetitoWhere stories live. Discover now