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No movemos ni un solo músculo mientras que escuchamos las pisadas y ruidos que hacen las mujeres allá arriba.

"Princesita, que haremos ahora?"

Estoy ideando un plan para salir de este lugar junto con la niña.

Arriba, las voces de las mujeres se siguen escuchando.

"ssshhhh...fresita, déjame escuchar por favor."

Le pido que guarde silencio porque cualquier cosa que ellas digan puede ser de utilidad para nosotras.

"No dejes de avisarme si notas o escuchas algo extraño."

"Si llegas a capturarlas, que sea con vida."

"En especial a la jovencita de mayor edad y altura."

"Princesita es muy..."

"Valorada y apreciada por varios miembros del consejo."

"En especial por mi."

Escuchamos como la doctora camina hacia lo que creemos es la salida de la casa.

Una puerta se cierra.

Los pasos desaparecen.

Solo se escucha unos ligeros pasos que se encaminan hacia la puerta del sótano.

Hacia donde estamos nosotras.

Todo esta iluminado en este lugar...

No habrá un lugar donde podamos escondernos si no hay oscuridad!

Abrazo a fresita detrás de un armario de madera rogándole que guarde completo silencio.

Se escucha que la puerta se abre.

Unos pasos descienden...

"Si están aquí las dos, pueden salir."

"Soy amiga de Rey, por lo que no estoy de acuerdo con este..."

"Tratamiento hacia mi amigo."

La juvenil voz de la chica se escucha con eco en este lugar.

"De verdad no les haría daño."

"Ustedes no son mi tipo..."

"Solo quiero ayudar a Rey a devolverle sus preciados activos."

Otra vez esa palabra.

No somos cosas!

Mucho menos malditos "activos!"

"Si deciden subir, dejaré la puerta abierta para que puedan irse."

"No quiero que haya más mujeres en esta casa!"

"La única mujer que debe estar aquí, soy yo."

Los pasos resuenan de nuevo en las escaleras alejándose.

Fresita y yo dejamos escapar nuestras respiraciones contenidas.

"Podremos confiar en ella Princesita?"

"Que debemos hacer?"

Echo una mirada temerosa hacia las escaleras.

En efecto, la puerta blanca está abierta esperando que la crucemos con singular alegría para escapar de esta casa.

"No se fresita..."

"Rey mismo dijo que no podíamos confiar en nadie."

"Creo que eso es lo que trataba de decir fresita."

Ambas estiramos las piernas sentadas detrás de un sillón.

Momentos como este es cuando agradezco todo lo hijo de puta que fue Rey conmigo en el pasado.

Dulce JuguetitoWhere stories live. Discover now