Cap.9| Ya no hay respeto a los embarazados

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Jake estaba tratando de calmar su hambre solo con la sopa que había pedido, pero la tierna carne de cerdo en salsa agridulce que había en el centro de la mesa estaba llevándose toda su atención, pero no podía tomarla, porque no era suya y lo más importante, porque no sabía cómo mierda sostener los palillos para comerla, por eso había pedido la sopa en primer lugar.

Cuando estaba en la secta Wen, comía tranquilamente, porque pedía que le llevaran la comida hasta la habitación y allí podía descartar los palillos y comer felizmente con los dedos o la cuchara de la sopa, pero aquí eso no era posible y lo único que podía hacer era conformarse con la sopa, que si bien estaba deliciosa, no era lo que su estómago ansiaba.

Así que tuvo que calmar sus deseos de probar la seguramente deliciosa carne y se concentró en su propia cena, luchando con las mangas de la túnica que tapaban sus dedos, ya que era demasiado grande para él. Anduvo prácticamente todo el local buscando algo que le quedara, pero no encontró nada más y tuvo que conformarse con esa. No estaba nada mal, no veía la gran diferencia de las que usaba antes, aparte de que esta era de un verde pálido que le ayudaba a pasar desapercibido entre la gente común.

Hizo una mueca de desagrado ante el color. No es que sea feo, es que él parecía un arbusto andante.

Suspiró llevándose una nueva cucharada de sopa a la boca, tratando de ser discreto con su disgusto por la misma, pero al parecer no lo fue, porque al instante tenía cinco pares de ojos encima, haciendole encogerse un poco en si mismo por la atención que estaba recibiendo.

Y es que él no lo sabía, pero los instintos de los discípulos les exigían calmar su malestar aún si ninguno de ellos sabía su verdadera casta y estaban bastante confundidos por la actitud de su lado lobuno, se supone que ellos odiaban a Wen Chao, entonces ¿Por qué demonios verlo hacer pucheros de tristeza se sentía tan mal?. Ver el malestar en su rostro los tenía al borde de su asiento buscando qué era aquello que le estaba afectando y tratando de solucionarlo.

Wen Yao le dió un codazo a uno de sus amigos que estaba casi gruñendo en su asiento ante la inconformidad de su Joven Amo.

— Joven Maestro ¿Gusta? — preguntó en su lugar, ofreciendo un poco de carne habiendo notado de antemano la mirada del chico en esta. Jacob tragó saliva sin despegar sus ojos de la deliciosa carne, pero aún si se moría por probar negó con la cabeza.

— N-no, gracias, estoy bien con la sopa — "mentiroso" se gritó mentalmente.

El chico dudó un momento y luego asintió sin dejar de mirarle con curiosidad, aún así no insistió más. Jacob se relajó solo un momento hasta que sus ojos se toparon con los oscuros de ShaoLin que le miraba atentamente, él sonrió pequeñito y apartó la mirada obligándose a terminar la cena para huir a su habitación lo más pronto posible.

No quería terminar poniéndose en evidencia, y los ojos de aquel niño, que sabía más de lo que debería de su vida eran muy curiosos.

•••

Al dar un paso al interior de la habitación de aquella posada, Jacob arrugó la nariz con desagrado. No le gustaba nada el olor que había allí, le hacía sentir inquieto, amenazado.

Sin darse cuenta estaba sosteniendo su vientre con protección y fulminando la estancia con sus bonitos ojos. Era extraño, un fuerte olor que con los días ahí había aprendido a distinguir: Alfa.

No sabía la razón, pero cuando estaba cerca de ellos no podía estar en paz, se sentía intranquilo, amenazado. Era algo inconsciente que apenas se había detenido a pensar, pero había excepciones, como Wen Qing y Wen ShaoLin. Quizás era algo del embarazo, pensaba.

¡Transmigre a "The untamed"! {Slahs Crepúsculo-The untamed)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon