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(N/A Según el internet, Gilbert tiene 18 al final de la tercera temporada ~mayor que Anne y el resto por 2 años~. Aquí estamos en la segunda, así que tiene 16-17, Aleix es unos meses mayor.)

⚠️ D I S C L A I M E R ⚠️

LOS PRÓXIMOS CAPÍTULOS TRATAN TEMAS SENSIBLES COMO LA VIOLACIÓN, ABUSO FÍSICO Y PSICOLÓGICO. SE RECOMIENDA DISCRECIÓN Y QUE NO SE LEA EN CASO DE SENSIBILIDAD.

Gilbert Blythe

—¿Qué tienes que decir sobre esto?— pregunto tan pronto entro a la casa, tirando los libros a la mesita de café. Bash me mira confundido y Aleix, que estaba dormido con la cabeza en su regazo, se sobresalta y se sienta en el sofá, restregándose el ojo que está hecho un puño.

—¿Qué pasa?— preguntó, su apariencia débil me recordó su estado y me calmé un poco, no queriendo asustarlo.

—Fui a la biblioteca e investigué tu apellido.— acorté, yendo directo al grano y dejándome caer con un golpe sordo en el sofá. Aleix suelta un jadeo que solo puedo definir como aterrorizado.

—¿Y? ¿Sabes lo común que es el apellido Malfoy en Francia?— trata de cubrir, su voz temblando. Bash se da cuenta de que miente inmediatamente, igual que yo.

—Si, solo una familia lo posee, exactamente. —comienza a respirar agitadamente y a negar con la cabeza, Bash nos mira totalmente confundido y yo tomo la mano del rubio, haciendo que me mire. —Está bien, Aleix. No importa por qué no dijiste nada, no importa si prefieres no decirnos aún, te entiendo.

—Yo...— lágrimas comienzan a bajar por sus mejillas y yo pongo mi mano en su nuca, juntando nuestras frentes.

Bash toma uno de los libros que está en la mesita y lo abre en la página que marqué, sus ojos se abren tanto que pareciera que en cualquier momento se saldrán de su lugar.

—¿Familia real? ¿Eres... de la realeza de Francia?— pregunta, y Aleix separa su cabeza de la mía, me doy cuenta de que sus manos tiemblan.

—No exactamente. No soy rey, príncipe ni nada así, no soy importante.

—Aleix.— lo llamo suavemente, levanta su vista para verme fijamente, y yo aprieto sus manos para tratar de darle un poco de seguridad. —Eras el siguiente archiduque en línea. Ibas a ser la mano derecha del rey.

Él aprieta sus ojos, como si no quisiera escucharme y estuviera tratando de alejarse de esta situación. Bash sigue ojeando el libro y lo voltea para ver en la parte de atrás su fecha de publicación.

—Se publicó hace dos años. Lo último que dice del siguiente archiduque en línea, es que murió a los trece años en un desafortunado accidente.

—¿Eso dijeron?— se ríe un poco, con ironía. —Así que estuve escapando todos estos años, y no me estaban buscando. Sospechaba que ya no tendrían razón para buscarme, pero no estaba seguro.

—¿Por qué no te buscarían? Eres el único hijo varón del anterior archiduque, y el puesto solo puede ser tomado por un sucesor.

—Exacto. Ya tenían uno. — Susurra.

Aleixander Malfoy

Cuatro años antes

Desperté cuando sentí el agua helada calándose por mis huesos, literalmente. Titirité, sintiendo que me ahogaba y soltando un grito que me sobresaltó. Ahora que de nuevo estoy consciente, siento el dolor en mis tobillos y en mis muñecas donde las cadenas aprietan, la incomodidad de la silla de madera de la que no me he parado en días y la agonía del artefacto que mantiene mis ojos abiertos.

Mi cuerpo se siente débil por los días que llevo sin comer y el frío se intensifica ya que me encuentro desnudo. El doctor Moreau me mira con una sonrisa perversa mientras se acerca a mi, y yo me retuerzo en la incómoda silla todo lo que mis restricciones me lo permiten tratando de alejarme del horrible hombre.

—Buenos días, joven Malfoy. ¿Durmió bien? Tengo el presentimiento de que hoy será el día en el que progresemos con su enfermedad. —su larga mano huesuda se acerca a mi rostro.

—No, por favor... Ya aprendí, lo juro.— lloro, pero no trato de alejarme de su toque. Los palos afilados como agujas se clavarían en mis ojos, y él me abofetearía.

—No le creo, señor Malfoy. —responde, soltando una risa macabra y aprieta la rueda que se encuentra al lado de mi cabeza, forzando a mis párpados a quedarse abiertos. Sonríe para si mismo y luego enciende el proyector cinematográfico, comenzando a darle vueltas a la palanca.

—No...

—Puedes comenzar, Soleil.

Su "asistente", de la que todavía no me había percatado, se acerca a mi con la misma mirada aburrida de siempre, mirándome con nada más que asco mientras se arrodilla en el suelo frente a mi, niego nuevamente y trato de alejarme pero es inútil. No puedo moverme, y no puedo cerrar los ojos tampoco.

Imágenes de mujeres desnudas se presentan ante mi, una después de la otra en una repetitiva cinta. La mujer frente a mi comienza a tocarme sin mi consentimiento, y el doctor nos mira de forma enferma mientras sigue dándole vueltas a la palanca que alimenta las imágenes que me atormentan.

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N/A

En este capitulo no habrá meme.

Escribir este capítulo fue sumamente difícil para mí, y se que escribir los siguientes que tengo planeados sera igual o peor.

El tema que quiero tratar con las próximas partes era y es algo real y que desafortunadamente aun pasa. Muchos padres creen que la terapia de conversión funciona, y que realmente pueden "curar lo gay" fuera de sus hijos.

Entendere completamente si no quieren continuar leyendo, ya que próximamente pasaremos el tema de la violación y la manipulación, así como el abuso psicológico en general, por eso decidí incluir esto en el disclaimer desde el principio, estará igualmente en todos los capítulos.

Continuaré escribiendo, porque no quiero que se me vaya el tren del pensamiento ya que al fin, después de TRES BORRADORES DE 1,000 PALABRAS CADA UNO, conseguí ambientar estos capítulos justo como están imaginados en mi cabecita.

Tambien, me disculpo de que sea tan corto, pero tengo los temas que quiero tratar por orden.

¿Que les parece y que creen que pase? déjenme saber.

Pride - Gilbert Blythe Where stories live. Discover now