1

486 56 2
                                    

–Hyunjin, es tu turno.

El nombre flotó en el aire, amenazante como una nube de tormenta. Hyunjin, un joven de dieciocho años con cabello castaño y una expresión tozuda, respondió con un gruñido de desaprobación. Estaba cansado de su medicación diaria, las inyecciones y las pastillas, y la constante vigilancia. Cada dosis, cada mirada, cada toque de los trabajadores de la institución parecía un golpe a su individualidad, un recordatorio de que estaba atrapado en una realidad que rechazaba.

–No lo haré –le advirtió a la enfermera con una amenaza en la voz. Habló de sus "amigos", un eufemismo para las alucinaciones que a veces visitaban su mente. A pesar de su resistencia, la enfermera le administró la medicación con una eficiencia clínica, dejándolo frustrado y aún más decidido a liberarse de las restricciones que le habían impuesto.
Las cuatro paredes de su habitación parecían cerrarse sobre él, como una trampa que se cerraba cada vez más. No podía soportarlo más. El sentimiento de prisión, de impotencia, estaba aplastando su espíritu. En un momento de desesperación, tomó una decisión audaz y temeraria: escaparía y buscaría venganza contra sus padres por el abandono.

Durante el período de recreación, Hyunjin fue liberado al patio. Era un espacio abierto, rodeado de paredes altas y vigilado de cerca por personal de seguridad. Pero Hyunjin no veía las paredes y la vigilancia como barreras, sino como desafíos a superar. En su mente, trazó un plan de escape, uno que estaba seguro de que funcionaría.
Cuando llegó el momento de regresar a sus habitaciones, Hyunjin se escabulló. Bajó silenciosamente las escaleras hasta la segunda planta, pasando inadvertido por los guardias. Su objetivo era la habitación 945, donde esperaba encontrar una bata blanca que pudiera usar como disfraz. Con un poco de habilidad y suerte, logró abrir la puerta y comenzó a buscar la bata.

Fue entonces cuando escuchó una voz que lo hizo saltar. Un chico de pecas, con una voz grave y profunda, le estaba hablando. Pero Hyunjin no le prestó atención, estaba demasiado centrado en su búsqueda. A pesar de las amenazas del chico de pecas de llamar a seguridad, Hyunjin persistió.

–Quiero irme, ya no aguanto. –susurró Hyunjin.

El chico de pecas le dijo la dura verdad: no podía escapar. Esta era una institución de salud mental, no un lugar de juegos para niños. Los guardias ya debían haberse dado cuenta de su ausencia, y seguramente estaban buscando a Hyunjin. De pronto, la realidad de su situación se estrelló contra él y la desesperación lo invadió. Sin embargo, estaba tan lejos de la realidad que habló con su amigo imaginario Spike, ignorando las reprimendas del chico de pecas.

Finalmente, el personal de la institución entró a la habitación, capturando a Hyunjin y ordenándole que volviera a su habitación. Aunque se resistió, finalmente fue llevado a la fuerza, dejando al chico de pecas aterrorizado y confundido. Así terminó el intento de escape de Hyunjin, una mezcla de valentía, desesperación y una desconexión profunda con la realidad.

٬  👤 ․⠀Hallucination.  ˚ . ✦ (Hyunlix) [En Edición]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang