Capítulo 8

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18 años atrás

Hola, cariño — tomo al bebé en brazos con mucho cuidado — ¿Cómo amaneciste pequeño?

No puedo creer que mi hijo ya tiene 1 año, y a pesar de haberlo tenido a una edad temprana, no me arrepiento. Realmente me encanta tenerlo en brazos.

Aunque sé que lo debo cuidar mucho. Ya he preparado todo para poder ir a algún lugar lejos de los cazadores.

No podría dejar que se lleven a mi bebé, no cuando he luchado por mantenerlo oculto por un año.

— Ya llegué con lo que me encargaste — se escucha su voz después de la puerta cerrarse.

Voy directamente a la sala y me encuentro con un montón de bolsas de plástico tiradas en el piso.

— ¿Qué tanto trajiste? — pregunto mientras reviso el contenido de las bolsas.

— Todo lo que necesita este pequeño — él toma a mi hijo y lo carga de una manera menos cuidadosa que yo.

— Lo lastimarás — le digo, permitiéndome descansar un poco y sentarme en el sillón.

— Tranquila, yo sé como cuidarlo — él lo mueve de manera un poco brusca de un lado a otro. Eso solo hace que mi niño suelte carcajadas — Ves, le gusta.

— ¿No deberías estar en la escuela? — le cuestiono sarcásticamente.

— Tú también, ¿No?

— Ya en serio Vladímir, tienes que ir a la escuela.

— Ya estoy mayor como para que tú me digas que hacer — comenta él mientras toma a mi niño con más delicadeza, lo cual agradezco — Solo soy menor que tú por 2 años, no es para que me puedas mandar.

— Tengo 19, soy más grande que tú y dos años son dos años, punto.

Me sorprende lo maduro que es Vladímir a su edad.

Lo conocí en la clase de magia. Él no es estudiante, solo ayudaba a los maestros a cambio de dinero y un techo donde vivir. No me gustaba que lo dejaran dormir en un cuarto en la escuela, es muy grande el lugar para que él se quedara solo, así que decidí invitarlo a quedarse en mi casa, después de todo, yo también estaba sola.

— ¿No te ha llamado? — pregunta de la nada.

— No, y no creo que lo haga — siento un nudo en mi garganta, que aunque trato de reprimirlo me es imposible soportarlo.

— Hey, no, no llores — Vladímir se acerca y se sienta a un lado mío — No lo necesitas, ni el pequeño tampoco.

— Lo sé — él limpia mis lágrimas con la mano libre mientras que con la otra sostiene a mi hijo — Pero solamente quería que conociera a mi bebé

— El niño estará mejor sin él.

— Gracias — le digo, tomando su mano.

Eres mi amiga, no hace falta agradecer. 

Joan

— Él jamás les haría daño — les aclaro.

— Es un vampiro, por supuesto que lo haría — recalca Lexi, con el enojo aumentando.

— Niñas, sé que él no les hará nada. No puede

Magia Letal (Segundo Libro ✔️) Where stories live. Discover now