CAPÍTULO XXVIII- "Inseguridad"

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"Inseguridad"

Allison:

Mi comienzo de semana no fue mejor de lo que esperaba. En la primera hora escuche mi nombre ser llamado por los altavoces en los anuncios matutinos. La directora, madre de Ben, me esperaba en su oficina y a pesar de que no quería ver a ninguno, madre e hijo, no podía negarme. En este momento no éramos dos mujeres que nos odiábamos, éramos directora-alumna, y aunque no deseaba verle la cara a la pelirroja, no tenía más opción. 

Mientras caminaba hacía la oficina principal tuve precaución de no cruzarme con el pelirrojo. No entró a la primera clase y no supe de él en todo el fin de semana, no negaba que eso me alegró, pero también me aterraba la idea de que estuviera escondido esperando la oportunidad para atacar cuando estuviera sola. Recordar la rabia que tenía el viernes y pensar en lo que pudo hacerme si no hubiera logrado escapar, me causaba arcadas.

La secretaría me recibió y me permitió pasar a la oficina de la directora. Tomé un poco de aire antes de empujar la puerta <Tranquila>, me repetí.  Entre y la pelirroja me esperaba sentada en su lugar. No dijo nada e ingresé sentándome en la silla al frente del escritorio. 

Zamira Serrano, directora. El cartel dorado brillaba en el escritorio y extrañamente lograba ponerme más tensa. Me aclare la garganta para que ella dijera lo que necesitaba y me marchara. Jamás tuvimos una buena relación, y después de aquella noche aún menos. Ella me miro sobre el marco de sus anteojos y siguió en silencio acomodándose las gafas café. 

Tenía un mal presentimiento sobre todo esto. Limpie mis manos sudorosas contra mi falda roja, joder, este silencio me pone tranquila. La directora siguió acomodando las hojas en sus manos mientras yo me ponía a dudar que plan tenía en marcha porque si de algo estaba segura, era de que abría represarías. La insulte, humille y logre que fuera vetada de su restaurante favorito, no me llamo aquí para darme un abrazo pero esperaba que no mezclara lo personal, con lo laboral y esperara que resolvamos nuestros asuntos fuera de la institución.

Choque mis uñas contra el escritorio de madera intentando ganarme su atención pero ella tarareo vigorosa. Me acomode el dobladillo de la falda y sin querer perder más mi tiempo me puse de pie para marcharme.

— Sentada— Ordeno como si fuera un perro.

— Estoy perdiendo mi clases, con permiso— Me voltee y el estruendoso ruido de un puño chocando contra el escritorio me hizo pegar un brinco.

— ¡Sentada!.

Voltee y la observe, toda esta tranquilidad era falta. Ella sonrió de nuevo y mirando sus papeles me extendió uno con la mayor de las sonrisas. Lo tome en mis manos algo desconfiada y mientras leía ella se aclaraba la garganta de manera ruidosa.

— Estás expulsada de la institución— Dijo mientras leía esa misma oración en el papel que sostenía en mis manos. Con esas simples palabras palidecí.

— ¡No puede hacerme esto!— Me exaspere levantándome de la silla.

— Ya lo hice.

— No tiene razones para hacerlo. Si me expulsa me va a joder; estamos a mitad del año escolar, mis amigos están aquí y esto arruinara mi expediente para buscar universidades.

Ella se encogió de hombros sin preocupación. 

— No es mi problema.

Sentí mis ojos humedecerse por la rabia. Esto era injusto.

— ¡Le avisaré a la junta directiva!— Amenace — ¡Esta mezclando nuestros asuntos personales con mi educación y su trabajo!.

La pelirroja rió como si estuviera contando chistes para divertirla.

Los Secretos De La Familia Fox- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora