CAPÍTULO XVI■ "Celos"

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Celos

Pueblo de Greston

Jackson Fox.

Subí en mi coche y pude ver a Lissy por el espejo retrovisor, estaba hablando sola, mejor dicho reclamándose a si misma. Yo tenia ganas de estrellar la cabeza contra el volante, ¿Chocar los puños?, ¿Enserio? Acaso teníamos cinco años.

 ¿Que mierda me estaba pasando?.

Encendí el auto y salí de la casa de Lissy antes de avergonzarme aún más, pero esa rara sensación volvió a azotarme. Apreté con mayor fuerza el volante del coche y prendí la radio al máximo volumen para intentar distraer mi mente, pero a pesar de que mis oídos dolían por la fuerte melodía de rock, mi corazón aun latía de manera descontrolada y una horrible sensación de vació se instalaba en mi pecho, era algo raro y desconocido que me hacía temer. Temía de lo que esto podía significar y me desesperaba no poder contárselo a papá, entre ambos nunca existían los secretos, pero sabía que se lo diría a Cristián en un parpadeo y él no dudaría en llevarme lejos del pueblo.

No podía irme de Greston sin cumplir el propósito por el que realmente vine a este pueblo de mierda. Quería creer que esa era la razón por la cual no quería irme aun, esta mierda ya me estaba jodiendo el cerebro. Entre más rápido cumpla mi propósito y me vaya, más rápido volveré a la normalidad y dejare de parecer un puto crio enamorado. Mi teléfono sonó en mi bolsillo y rápidamente conteste al ver el nombre en la pantalla.

— ¿Qué quieres, Carrie? — Dije apenes conteste la llamada 

— Solo quería saber si estabas vivo, idiota. — Bufo— Papá te va a matar

— Me vale— Dije mientras más me alejaba de su casa, la sensación en mi pecho crecía y se sentía peor. Tomé un poco de aire y lo solté, como Cristián nos enseñó si eso nos llegara a suceder. Maldición, necesitaba su ayuda. Me sentía un torbellino de emociones raras y desagradables que me hacían querer vomitar.

— No voy a cubrirte esta vez.

— Siempre me cubres— Respondí sonriendo. — Por eso eres mi favorita.

— ¿Y puedes ir a comprarle unas galletas de arroz en la cafetería del pueblo para tu hermana favorita?

— No. — La sonrisa se borró de mi rostro y me detuve en el semáforo. Mi respiración aún estaba agitada y mi corazón latía desenfrenado. El agrio sabor de la sensación de vacío y soledad aún estaba instalado en mi pecho, pero era soportable. 

— Jackie... por favor.

— No.

—¿Ni para tu hermana favorita en todo el planeta? — Podía imaginarla haciendo un puchero como de costumbre

Volví a apretar el acelerador cuando el semáforo se puso en ver. Con la otra mano libre me rasqué la cabeza y solté un suspiro.

— Ok

Aleje el teléfono de la oreja y espere el chillido que conocía a la perfección. Carrie siempre fue la más malcriada de todos, siempre Cristián o yo cumplíamos sus caprichos o peticiones.

 — También compra unas galletas de chocolate para Claire y una bolsa de papitas para Jordán.

— ¿Que...?

— Gracias, Jackie. Te amo

Antes que pudiera protestar me colgó. A veces tener hermanos era un dolor en las pelotas. Mejor dicho, casi todo el tiempo.

Me adentré en la pequeña cafetera y la atención de las personas se centró en mi mientras más avanzaba más miradas de las mujeres y hombres me llevaba, no me sorprendía, siempre estuve acostumbrado a la atención de las personas por mi físico.

Los Secretos De La Familia Fox- EDITANDOWhere stories live. Discover now