CAPÍTULO XIV- "Cicatrices"

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Nueva York/ actualidad.


Patrick Leister

Llevé la copa de vino a mis labios mientras observaba el penhouse. Estaba ubicado en la mejor zona de la ciudad, tenía una estructura magnífica y por dentro era elegante y refinado, como todos los hoteles de su dueño. Me fascinaba la arquitectura y debía admitir que sin duda los hoteles de los Edwards eran los mejores en todo sentido de la palabra. Cuando escuché el sonido de la llave colocarse en la cerradura miré de reojo mi bolso a un lado de la mesa y con una sonrisa en mis labios esperé a que abrieran la puerta.

Se llevará una a gran sorpresa cuando me vea aquí.

Cuando entró esperé a que él notará mi presencia mientras yo analizaba su cuerpo robusto y cabello casi totalmente blanco por las canas. Por lo que había investigado sobrepasada los sesenta años y ya no era ni la sombra de aquel hombre que le encantaba visitar las bodegas. Él seguía con la cabeza metida en su teléfono, ni siquiera había colgado su abrigo, así que algo irritado hablé para llamar su atención.

- Hola, Flavio. - dije y él se llevó una mano al pecho por el susto, mientras yo dejaba tranquilamente mi copa en la pequeña mesa adelanté de mí y con mi pañuelo limpiaba las huellas.

- ¿Quién mierda eres? - Preguntó retrocediendo- Llamare a seguridad...

- Inténtalo- Lo incentive poniéndome de pie. Él miró de reojo la puerta y comenzó a correr. Lo seguí y me tiré encima de él. Agarré su brazo aplicando una llave y obligándolo a que su pecho choqué contra la pared. Cuando intentó gritar agarré su cabeza y lo impacté un par de veces con fuerza contra el muro haciéndolo quedar inconsciente.

Arrastre su pesado trasero hasta la mesa del comedor y comencé a atarlo con las cuerdas que había traído, envolví su abdomen y dejé libre sus manos. Aprovechando que estaba inconsciente comencé a sacar mis cosas y dejarlas preparadas a un costado de gigantesca mesa. Cuando comenzó a despertar y removerse entré las cuerdas que lo sometían. Miré su frente, de la cual brotaba una gran línea de sangre y volví a contemplar la pared dónde había impactado su cabeza qje también estaba manchada. Ahora tendría que comprar una lata de pintura. Ese hotel era una obra arquitectónica, sería un insulto mancharlo con la sangre de ese cerdo.

- Toma todo lo que quieras, pero no me hagas daño- Dijo con voz débil y me le reí en la cara mientras agarraba la pava con agua caliente, en mis manos. - No sé quién eres, pero...

- No pudimos conocernos en el pasado...- Tiré agua lentamente en su brazo y él comienzo a gritar de dolor- Pero tenemos un amigo en común: Louis Blake.

Él abrió muy grande sus ojos y me detuve. Las lágrimas cayendo y contemplé su brazo; rojo, hinchado y herido. Las palabras se trabajaron en su garganta y sólo soltaba incoherencias.

- Y-yo no le debo..d-dinero a Louis...

- Ya no trabajó para él y tampoco vengó por mandato de alguien más- Le corté y coloqué el jarrón arriba de su otro brazo. Lentamente comencé a tirar más agua- Esto es por algo muy personal.

- ¡Basta!, ¡Por favor! - Gritó removiéndose con desesperó- ¡No hice nada!

Sus palabras me hicieron detenerme y colocar el jarrón a la altura de su cuello para comenzar un camino que dejaba atrás piel enrojecida y lastimada. Hice que las quemaduras abarcaran desdé su cuello hasta su rostro. Tiré cada gota sin detenerme por sus gritos.

Los Secretos De La Familia Fox- EDITANDOحيث تعيش القصص. اكتشف الآن